ASUNCIÓN (Reuters).- La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) dijo anteayer que la medida adoptada recientemente por la Argentina para flexibilizar la importación de granos "amenaza a la industria local, que ha invertido más de 450 millones de dólares en los últimos cinco años".
La entidad busca que el Gobierno actúe para evitar un desabastecimiento, pese
a que los productores aseguran que las fábricas cuentan con granos suficientes.
"La reciente medida de flexibilización para la importación de granos de soja
adoptada por la Argentina podría perjudicar fuertemente al sector, hasta el
punto de poder causar desabastecimiento y paralizar todos los planes de
expansión en estudio", dijo la Cappro a través de un comunicado. Añadió que se
sumaría como secuela "la disminución de los volúmenes de productos procesados a
exportar, que afectaría el flujo logístico constante y durante todo el año de
las empresas de transporte terrestre y logística fluvial".
Paraguay es el cuarto exportador mundial de soja detrás de los Estados
Unidos, Brasil y de la Argentina, y producirá cerca de 9 millones de toneladas
en el ciclo 2015/2016, en una campaña marcada por los bajos precios
internacionales. Por su cercanía geográfica, los productores paraguayos estiman
que podrían obtener hasta 4 dólares más por tonelada exportando la oleaginosa a
la Argentina, lo que serviría para compensar en parte la caída de sus ingresos.
La industria de la soja en Paraguay es controlada por empresas
multinacionales como ADM, Bunge y Louis Dreyfus Commodities, que también
exportan el producto. "Las multinacionales que tienen fábricas acá no sólo
procesan 4 millones de toneladas en el país, sino que exportan adicionalmente
entre 2 y 3 millones más de soja en grano", dijo a Reuters el presidente de la
Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas,
José Berea.
El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, conformó un equipo técnico que presentará un informe con recomendaciones en dos semanas, aunque el ministro de Industria, Gustavo Leite, adelantó que está en desacuerdo con medidas restrictivas, como la fijación de cupos de exportación.