Los directivos de la consultora Agroideas, Federico Santángelo y Fernando Gil, analizan para FIFRA las perspectivas para la cadena de ganados y carnes. En esta nota comentan cómo creen que evolucionará la exportación de carne vacuna teniendo en cuenta los cambios que se anunciaron en las retenciones y el tipo de cambio y tomando en consideración la baja oferta de novillos a raíz de la liquidación del stock de 2009 y de las malas señalas que tuvo el sector para el engorde de animales pesados. También señalan las perspectivas para los precios de la hacienda y del producto en góndola. Por otro lado destacan el rol que tendrán en el abastecimiento interno las carnes sustitutas como el pollo. Además: los desafíos de la cría y el impacto en el engorde a corral de los cambios en el precio del maíz.
El panorama para la ganadería es positivo debido, entre otras cosas, a las promesas del gobierno entrante en relación a la apertura de las exportaciones y al quita de las retenciones. Asimismo se parte de un precio del ganado “aceptable”, con lo cual una suba de precio como se está dando coloca al sector productivo en un buen punto de partida frente al nuevo escenario económico. La firmeza que se estuvo observando en la venta de hacienda para faena tiene estrecha relación con la escaza oferta de gordo. Esa situación creemos que se prologará en función de la retención de ganado.
Por otra parte, hay que partir de la base que no se recuperó el stock perdido en la liquidación del 2009. La reducción del stock llevó a menos faena y producción de carne. En efecto, existe un déficit de 600.000 toneladas de carne con respecto a fines de la década pasada. Y con los niveles actuales de stock y producción actuales (60% de destete y bajos pesos de faena) habrá escasez de oferta de carne por los próximos años.
Posible evolución de las exportaciones
Se espera que el próximo Gobierno genere las condiciones de incremento en las exportaciones. Históricamente Argentina envío al extranjero cerca del 20% de su producción. En la presidencia de Néstor Kirchner se llegó a embarcar el 24% y fue entonces cuando se decidió su cierre. Este año llevamos exportado el 7% de la producción. El volumen de exportaciones posible en 2016 dependerá del tipo de cambio efectivo (sobre qué banda cambiaria fluctuará el dólar), y de la suba que la devaluación genere en el precio de los novillos. Hoy Argentina está muy cara en términos de dólares con respecto a los otros países del Mercosur. De todos modos, aunque se recupere competitividad el crecimiento será importante en términos porcentuales pero no nominales por la falta de novillos.
La oferta de novillos y recomposición del stock
La disponibilidad de esa categoría de hacienda, la mayor demandada por la exportación, seguirá siendo baja por al menos 2 años. Los terneros nacidos en el 2015, se destetarán en 2016 y podrán salir a venta como novillos en el 2017. De ahí en más, con políticas previsibles en el tiempo y con una fuerte retención de hembras y recría de los terneros, en el año 2018 se lograría incrementar la oferta de novillos para exportación. Claramente los tiempos de producción son extensos.
¿Qué va a pasar con los precios de la carne al consumidor?
El precio del ganado para faena va a subir. Un aspecto clave para contener esos incrementos al consumidor es una mejora del ingreso en la industria por la venta de los subproductos, especialmente del cuero. Si esos precios (cueros, achuras, grasa, etc), se recuperan significativamente, podría contenerse la suba al consumidor.
En este punto cabe recordar lo que pasó con la devaluación del 2002 con la salida de la convertibilidad (300% de devaluación), en dónde el precio de la hacienda subió un 150% y el precio al consumidor un 80%. El mayor ingreso por el crédito bruto de matanza permite que los frigoríficos paguen mejores recuperos a los matarifes lo que ayudó a que el precio de la carne subiera menos que el de la hacienda. (Cabe recordar que las curtiembres poseen un régimen especial de protección por lo cual los frigoríficos no pueden captar el valor completo del precio internacional).
Perspectiva para la cría
El 2016 será nuevamente un buen año para este eslabón, así como fue el 2015. Las diferentes categorías que componen el ingreso de un criador tienen perspectiva de precio muy firme. La oferta de terneros continuará siendo escaza para las necesidades de un sector en expansión, lo cual asegura precios firmes. En cuanto a los vientres estos se encuentran demandados por aquellos que están regresando a la actividad como también por productores mixtos que están modificando los porcentajes de agricultura y ganadería. Por último las vacas de rechazo en un período de exportaciones abiertas conservan también un valor apropiado. La tarea pendiente por años del sector es mejorar la tasa de procreo. Si bien se está observando una mayor profesionalización en algunas empresas, la brecha de 12 puntos aún existente en la tasa de destete con respecto a aquellos productores más eficientes es un tema a mejorar sin dudas.
Impacto de las retenciones en el maíz y en costos de los feedlots
La quita de las retenciones al maíz y la devaluación del tipo de cambio oficial impactarán en los sistemas de engorde a corral. Al cierre de esta nota el maíz cotizaba para las posiciones abril- mayo 2016 a 145 U$. Este incremento del precio del principal ingrediente de la alimentación, se suma a los costos indirectos que aumentan constantemente. Este escenario implica que todo feedlot que no trabaje en forma eficiente no tendrá rentabilidad, y para aquellos que trabajan con buenos índices de conversión el resultado dependerá de la relación compra – venta. Los feedlots tendrán que incorporar o asociarse en una etapa de recría para licuar el precio de compra de la invernada.
Balance de la gestión kirchnerista
Se termina un ciclo que fue muy dañino para la cadena ganadera. Desde que comenzaron las intervenciones en el mercado se perdieron 12 millones de cabezas. En cuanto a exportaciones se pasó del 3º al 12º puesto en el mercado mundial lo que significó que el país dejara de percibir ingresos de divisas por 12.000 millones de dólares (surge de la diferencia si se hubiera mantenido el volumen exportado en el 2006 y el volumen exportado desde el 2010 en adelante). También desaparecieron 20.000 productores, se cerraron 150 frigoríficos y 15.000 personas perdieron su trabajo. Y finalmente no se logró el objetivo que en teoría se plantearon las políticas ya que la carne al consumidor en la década ganada aumento 400%.
La conclusión es que no se puede hacer política ganadera teniendo visión de corto plazo. La ganadería es de ciclos largos y los daños que se le producen tardan mucho tiempo en recuperarse.