El Gobierno no pondría ninguna traba a la importación de carne si desde el sector privado se recurriera hipotéticamente a esa medida ante una suba descontrolada de los precios.
Aunque una importación en gran cantidad es remota, ya que en el país no falta carne y la exportación no afectaeal mercado local, debido a que sólo el 6% de lo que se produce va al exterior, en el Ministerio de Agroindustria ya marcaron una diferencia con las anteriores autoridades en este tema. Tampoco están en desacuerdo en que entraran hembras en pie para acortar el proceso de retención de animales que existe con el fin de que crezcan los rodeos luego de años de caída.
Vale recordar que con el kirchnerismo se perdieron 12 millones de cabezas del stock vacuno y eso no sólo hizo que se cayeran mercados, cerraran 140 frigoríficos y quedaran 19.600 obreros en la calle, sino que aumentaran fuerte los precios. De todos modos, pese a no fomentar la ganadería, el kirchnerismo siempre vio como un tabú esta importación. Esto pese a que en las costas de Entre Ríos que dan a Uruguay ya vienen entrando de hace años asados uruguayos pero en un volumen menor que no supera las 300 toneladas.
"No pondríamos ninguna restricción a la importación de carne, salvo la sanitaria", dijo Guillermo Bernaudo, jefe de Gabinete del Ministerio de Agroindustria a LA NACION.
Según el funcionario nacional, si aumentaran los precios de la carne este proceso estará motivado por un tema de retención de stock y de necesidad de incrementar el peso de faena antes que en las exportaciones. En el país hay una retención de vientres que se observa en la participación de las hembras en la faena total, que está en un 41,3 por ciento cuando en épocas de liquidación de stock superó niveles críticos del 49 por ciento.
Para Bernaudo, si se diera el caso de una eventual importación podría ser "principalmente" de Uruguay.
En declaraciones al programa de televisión "Bichos de Campo", Bernaudo recordó que Estados Unidos es tanto un comprador como un exportador de carne vacuna y consideró que la importación es "una herramienta razonable".
El martes pasado, en una reunión en la que Bernaudo y el subsecretario de Ganadería, Rodrigo Troncoso, estuvieron con integrantes de las 24 entidades que en julio pasado firmaron un acuerdo por la carne, el tema de la importación saltó como hipótesis. Alguien la propuso si se necesitara y no hubo objeciones, aunque no se cree probable ese escenario. "A nadie le molestó que se importara si hiciera falta", expresó Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra).
En la reunión de esa cadena, Schiariti dijo que importar hembras en pie, algo que falta, también ayudaría a que la retención dure menos tiempo.
Según el presidente de Ciccra, si es por los precios al público, pasadas las fiestas éstos podrían empezar a bajar y a notarse en las carnicerías a mediados de enero.
"Podrían retrotraerse un 10 a 15 por ciento y llegar a las carnicerías", contó el directivo. En tanto, luego de subir más de 20% en noviembre, la hacienda acomodó algo sus precios. Entre el viernes 4 y anteayer el Índice Novillo del Mercado de Liniers, que mide esa categoría, cayó de 26,453 a 22,562 pesos, una merma de casi 4 pesos.