En la zona central del país, las máquinas, los productores y técnicos van y
vienen dentro de los lotes y en las rutas. Se cosecha, se siembra, los
movimientos típicos de esta época.
Clarín Rural recorrió algunos localidades de zona núcleo y allí encontró muy
buenos trigales y la soja y el maíz creciendo en gran condición. Sin embargo,
los productores y técnicos hablan de algunos contratiempos, de los riesgos de la
producción agrícola y los futuros problemas que pueden presentarse.
En la zona de Cañada de Gómez, a 80 kilómetros al este de Rosario, los
trigales están en óptima condición, listos para trillarse y con un potencial que
superará los 50 quintales, un gran rendimiento para una zona en la cual el
cereal tiene rendimientos erráticos. Por otra parte, en muchos casos hay
preocupación por la falta de piso para trillar, ocasionado por las frecuentes
lluvias y los perfiles muy cargados de humedad.
El maíz crece a todo vapor en esa zona, en este momento, con diez hojas
diferencias. La soja de primera, por su parte, está en los primeros estadíos de
crecimiento. En este último caso, lo que despierta el alerta es la presencia de
enfermedades fúngicas en las primeras hojas del cultivo. Los asesores advierten
que, por la recurrencia de las precipitaciones, será un año para seguir el
progreso de las enfermedades desde temprano.
Hacia el este de esta región, en el sudeste cordobés el panorama cambia. A
los márgenes de la autovía 9, así como hacia el sur de esta, yendo hacia la ruta
8, es una gran región en la que se destacan los estragos que vienen ocasionando
las constantes precipitaciones desde el año pasado. “Hay lagunas donde antes no
existían y se cuando se las canaliza, para que vaya escurriendo el agua, se nota
que lo que faltó fue planificación de obras hidraúlicas”, dicen en la zona de
Corral de Bustos.
Por esta región aun no salen del asombro. En algunos campos, como El
Triunvirato, en la localidad de Isla Verde, una importante granizada reciente,
de 45 minutos, recuerdan, barrió 350 hectáreas de trigo e igual superficie de
maíz y soja.
“Un gran desazón -se lamentan en este campo-. Por solo días perdimos toda una
campaña de trabajo”. En el caso de la soja ya empezaron a resembrar pero todavía
no está definido que harán sobre el área maicera aunque, estiman, volverán a
resembrar el cereal, teniendo en cuenta la estabilidad del cultivo en estas
fechas.
Muy cerca de ahí, en El Alamo, un campo mixto con granja porcina y
agricultura, la pedrada solo dañó al maíz y soja. Allí los problemas lo están
produciendo los excesos hídricos. Esta semana estaban vaciando un silo
subterráneo, cargado con grano de maíz, porque se inundó. Este año, debido a los
excesos hídricos del último verano, tuvieron importantes pérdidas en la
gestación de las madres por la infestación con micotóxinas en el maíz. “Bajaron
mucho nuestros índices productivos. Los índices productivos recién se
equilibrarán con el nuevo año”, señalan los dueños del campo.
Para ellos, otros de los problemas que se presentan con las fuertes tormentas son los cortes de energía que afectan la fábrica de balanceados. “Con la última tormenta tuvimos varios días sin energía eléctrica. Por eso, aprovechamos cuando hay luz para sobrestockearnos de alimento ante posibles cortes de luz que, seguro, se repetirán esta campaña. En la granja, los cerdos tienen que comer todos los días”, concluyen ante Clarín Rural.