Esto es, uno debería esperar que al promediar las precipitaciones el trimestre sept-nov, se defina un vasto sector con precipitaciones por encima de los valores normales. Este comportamiento se ha hecho presente en forma mucho más irregular que lo que podría esperarse teniendo en cuenta que el evento Niño actual es uno de los más intensos de los últimos 60 años.

El mapa de anomalías de este último trimestre (comparación de los registros pluviales con los estadísticos) permite identificar las zonas deficitarias y las que compensan con sobrantes pluviales.

En el norte no sorprende la escasez de lluvia en el NOA, observándose en el NEA un comportamiento apenas normal en Chaco y el norte de Santa Fe, es decir sin una señal clara de desvíos positivos. En cambio, gran parte de Corrientes y Misiones definen una importante anomalía positiva, la cual es replicada en gran parte de la zona agrícola de Paraguay y los tres estados del sur de Brasil. Es decir la zona de la naciente de los ríos del Plata, han transcurrido un trimestre con sobreoferta de agua. De mantenerse este comportamiento, pronto el control de agua de las represas no dará abasto y esto deberá reflejarse necesariamente en el caudal de los ríos.

Cunando hacemos la lectura de este mapa sobre la región pampeana, aparecen alternancias que no pueden justificarse con el indicador de escala planetaria y por lo cual nos inclinamos a pensar que la influencia del fenómeno en esta región es muy relativa, aún. La zona núcleo presenta excesos pluviales, sin embargo esto no es nada comparado con los que se observaron en el mismo trimestre del año pasado. Al mismo tiempo gran parte de BA al sur del Salado, ha tenido una primavera seca, quizá aliviando las inundaciones de agosto en la cuenca baja del Salado, pero ajustando la disponibilidad de agua durante la fina y definiendo un ambiente algo pobre para las siembras de soja.

Las extraordinarias lluvias que se han observado en la región cuyana y puntana, se vinculan más que nada a lo sucedido en octubre, mes frío y con una fuerte e inusual entrada de humedad desde el sudeste para esta zona. Esta región semiárida, rápidamente evidencia apartamientos destacados de la precipitación con valores que para la región pampeana apenas serían normales.

El intenso fenómeno de El Niño, por lo pronto debe ser monitoreado por la crecida de los ríos más que por la sobreoferta de lluvias en la región pampeana. Debe quedar claro que el mismo se mantiene muy intenso, en su apogeo. Sin embargo también parece afianzarse el hecho de que hay una dinámica atmosférica que está restringiendo el efecto positivo que este fenómeno tiene sobre las lluvias, básicamente al noreste del país, este de Paraguay y sur de Brasil. En el sur de ER ya se preguntan si el mes de diciembre será un poco más bendecido por El Niño.

  • Por CCA - exclusivo Agrositio
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