A poco de irse y como una demostración de poder, Cristina Kirchner tomó una decisión de alto impacto económico que compromete al próximo gobierno y, en clave estratégica, fortalece la posición de los gobernadores frente a Mauricio Macri. A través de un decreto de necesidad y urgencia, la Presidenta dispuso el fin del descuento del 15% de la masa de recursos coparticipables a las provincias para financiar a la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses). La medida acata el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la semana pasada, en el que fija ese beneficio para Córdoba, Santa Fe y San Luis.

Cuando los gobernadores del PJ habían arrancado el trámite administrativo para reclamar por la misma restitución e imaginaban una negociación directa con Macri por la coparticipación, Cristina rompió el esquema y anticipó los tiempos.

Si bien los mandatarios especulaban con que una vez presentadas las cautelares, la Corte podía dictaminar "en dos o tres meses", no había ningún plazo para expedirse y, de hecho, en el planteo original demoró el veredicto ocho años.

De esa ilusión se aferraba el líder de Cambiemos. Tarde: la novedad le estalló en las manos y abordó el asunto en una reunión con su gabinete económico. "Es un golpe muy fuerte a los recursos que administra la Anses", se quejó Jorge Triaca, futuro ministro de Trabajo (ver página 6). La medida, que rige de ahora en más, implica casi 100.000 millones de pesos, teniendo en cuenta la proyección bruta por esa percepción para este año, pero quedarían 60.000 netos. Aunque podría ser una bola de nieve: Misiones, Santiago del Estero, Catamarca y Salta anticiparon que pedirán la deuda acumulada.

La noticia también sorprendió a los caciques peronistas. Anteayer supieron de manera informal que la Anses no estaba percibiendo ese aporte, pero no tuvieron confirmación oficial. Sólo notificaron a unos pocos incondicionales, como Jorge Capitanich, el gobernador saliente de Chaco, convertido en uno de los escuderos K en el PJ.

El "regalo" millonario a las provincias llega cuando Cristina pulsea con un grupo de gobernadores por el liderazgo del peronismo. En ese lote están José Luis Gioja y Juan Manuel Urtubey, como referencias regionales. Una primera batalla la perdieron ayer, cuando en un almuerzo tirante en la Casa Rosada, ella les ofrendó ese decreto pero a la vez impuso a Ricardo Echegaray como candidato a presidir la Auditoría General de la Nación (AGN), contra la propuesta peronista de ungir al jujeño Eduardo Fellner, allí presente.

La postal era en sí una paradoja: recibían un cheque jugoso, pero se sentían derrotados por ceder casilleros en la disputa dentro de su espacio. Urtubey leyó en esa cita una emboscada y faltó con aviso aunque estaba en Buenos Aires. El salteño expone en público sus diferencias con Olivos y mastica bronca porque hace tres meses vio reducido el envío de recursos para obras de tendido eléctrico y escuelas.

"Esto beneficia a los gobernadores y debilita a Macri", analizó un funcionario. De hecho, por su efecto inmediato, desactiva conversaciones que el presidente electo tendió por separado con mandatarios oficialistas, como el riojano Sergio Casas. Los recursos automáticos extras que empezarán a llegar a las provincias ayudarán a pagar sueldos y aguinaldos. Es un auxilio especialmente agradecido por aquellas que necesitan del gobierno central para cerrar un año sin conflicto social.

El impacto de la resolución sobrevoló la charla que mantuvieron gobernadores en la Casa de San Juan, por la mañana, antes de ir a la comida con Cristina. Ahí acordaron cerrar filas en su planteo político, misión que no tuvo éxito. Ninguno, después de ese cara a cara con la Presidenta que se va, hizo declaraciones y mucho menos festejó el DNU. "No sé si era la forma el decreto", protestó un jefe territorial que apuesta al fin de la era del "dedo" para la etapa que se abre.

No resuelve la situación del interior, pero imprime alivio. Para dimensionar, ejemplos diversos: cubre la mitad del déficit de Santa Cruz y representa el 10% del presupuesto de Salta. Como contrapartida, la Anses deberá buscar financiamiento. "A diciembre lo tenemos cubierto, el verano se va a complicar", apuntaron en el organismo. La cuenta es fácil: uno de cada seis pesos que ingresan a las arcas del ente previsional lo aportaba, hasta ahora, la deducción del 15% a las provincias. "La bomba la puso la Corte", justificó un funcionario ante LA NACION. Es cierto. El alto tribunal sentó un precedente clave. Pero Cristina, pese a que fue Néstor Kirchner el que promovió unilateralmente la prórroga del tijeretazo en 2006, activó la mecha antes de terminar su gestión.

Claves de una pelea millonaria

Cristina Kirchner firmó un decreto de necesidad y urgencia que restituye a las provincias el 15% de recursos coparticipables que desde 1992 iban a la Anses.

Se basó en un fallo de la Corte del martes pasado, que beneficia a Córdoba, Santa Fe y San Luis, tres distritos opositores que reclamaron en 2006.

La medida del Gobierno no es retroactiva. De haberse concretado este año, las provincias habrían recibido más de $ 60.000 millones extras. Macri deberá asumir ese compromiso en adelante y buscar otra fuente de financiamiento para la Anses. Varias provincias pedirán lo mismo.