En el Ministerio de Agricultura el clima de fin de ciclo del kirchnerismo ya se vive en las formas, pero en la práctica se resiste "agarrados de las sillas".

Cuando falta menos de un mes para el cambio de Gobierno, en las distintas áreas de esta cartera (Agricultura tiene cuatro secretarías y 12 subsecretarías, además de direcciones nacionales y organismos descentralizados entre los cuales sobresalen el INTA y el Senasa) se está apurando el cierre de expedientes y exigiendo a municipios y provincias con las cuales se celebraron convenios rendiciones de cuentas atrasadas.

Además, continúa un concurso para 463 cargos que, entre otras secretarías y subsecretarías, benefició con poco más del 40% de puestos a la Secretaría de Agricultura Familiar, donde está el líder del Movimiento Evita Emilio Pérsico, y a la Secretaría de Coordinación Político Institucional y Emergencia Agropecuaria, cuyo titular es Javier Rodríguez, hombre del ministro de Economía, Axel Kicillof.

Ya antes de las elecciones del 25 de octubre pasado, Rodríguez pareció adelantarse al cambio de época. "Nos vamos todos; vayan a rendir", le aconsejó a su tropa. El mismo Rodríguez, licenciado en economía, tendría resuelto volver a la docencia en la UBA.

De todos modos, a diferencia de lo que ocurre en otros organismos, quienes se están presentando a los concursos son en gran medida personas de carrera. "Se está haciendo el proceso como corresponde en la función pública, con las evaluaciones. Es gente que ya estaba", dijo una fuente. En esta línea, hace unos días, en medio de suspicacias, el Senasa aclaró que el proceso para la cobertura de cargos en su caso se había iniciado con una norma de 2008.

Desde que su área se transformó en Secretaría, Pérsico se dedicó a fortalecer una red de delegaciones para agricultura familiar en el interior. "Son casi 1000 personas, muchas con un perfil muy kirchnerista, con vínculo con productores muy chicos y con poder de fuego suficiente como para complicar al nuevo ministro si hace cambios", contaron.

En las últimas semanas, el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, bajó la orden de ir cerrando balances. "Estamos haciendo un ordenamiento de los expedientes y pidiendo rendiciones por los convenios como para dejar un poco de orden al que venga y cubrirnos para que no nos digan nada", señaló otra fuente. Sin embargo, ese mismo informante alertó que el próximo ministro podría encontrarse "con un fiambre" porque también "se arrastran" convenios sin cancelar de gestiones anteriores.

"Acá se recibe a todo el mundo, pero así como se cierran rendiciones quedan convenios sin pagar", detalló.

Lo que parece un clima de mudanza en las formas, en la práctica se vive con una cierta resistencia. "No estamos levantando los cuadros; no hay un clima de mudanza, seguimos agarrados de las sillas y con una cierta esperanza de que pase algo en la elección; acá puede quedar mucha gente colgada", indicó otra fuente.

Para 2016, el presupuesto para Agricultura, sumando sus distintas áreas y organismos descentralizados, supera los $ 14.900 millones, contra $ 11.428 millones de este año.