Las petroleras que operan en el mercado local coinciden en que el barril de crudo se ubicará entre 80 y 90 dólares en el mediano plazo, casi duplicando el precio actual. Pero difieren sustancialmente en su posición acerca de si la actividad en Argentina debe seguir amparada con un precio diferencial y subsidios o si hay que ligarla al mercado internacional y a sus avatares, según informó Diario Bae.
Estas diferencias de criterios quedaron esbozadas en el congreso internacional Argentina Oil y Gas que se realizó la semana pasada en Buenos Aires, donde Ceos de diferentes compañías expusieron sus perspectivas sobre la actividad. Desde esa tribuna, Teófilo Lacroze, titular de Shell Argentina, vaticinó aquella suba en el crudo que, con diferencias sólo de matices, sus colegas convalidan.
El actual bajón de valores externos no cambió las perspectivas sobre el tesoro que puede resultar en el mediano plazo Vaca Muerta, identificado como uno de los reservorios más importantes del mundo en petróleo y gas no convencional. Pero la onerosa explotación de esa clase de hidrocarburos, sumada a la incertidumbre sobre los precios, acentuó el debate sobre el recorte de gastos.
En esta tarea, los petroleros aspiran a involucrar a los gobiernos provinciales y nacionales, que pueden multiplicar la exigencia sobre los fuertes sindicatos. De lo contrario, la amenaza (implícita o explícita, según los casos) es levantar equipos, con las consecuentes suspensiones o despidos.
Hoy el mercado argentino de petróleo está divorciado de lo que pasa en el mundo, y por eso el barril de Medanito se remunera 77 dólares (en pesos, al tipo de cambio oficial) contra menos de 40 que vale en el exterior, régimen que se sostiene gracias a un precio de los combustibles cada vez más alto. Al mismo tiempo, las arcas públicas subvencionan con un premio los aumentos de producción y ventas externas. Pero no hay certeza de qué ocurrirá con este régimen después del 10 de diciembre.
Desde una posición casi principista, Shell aboga por un mercado absolutamente libre y emparentado con el exterior, aún a riesgo de que hoy ese link no la beneficie en lo inmediato. Finalmente, si el pronóstico es que el precio del crudo suba, el desmantelamiento de la protección estatal no resultará muy traumático.