El fin del ciclo kirchnerista, al menos el conducido por uno de los dos padres del modelo, reanimó la interna de los actores pro y anti oficialistas. Al pedido de voto útil que hizo el director de cine Juan José Campanella a favor de Mauricio Macri, ahora se sumó un cruce entre los actores Gerardo Romano y Oscar Martínez. El líder del PRO, otra vez en el medio.
A principios de mes, Romano comparó la candidatura presidencial del jefe de Gobierno con Adolf Hitler. "Podría llegar a votarlo a (Sergio) Massa, pero jamás a Macri. Podría llegar a votar a (Margarita) Stolbizer, pero no a Macri. Es como si se presentara Hitler nuevamente en Alemania", exageró.
Este fin de semana, el también actor (más prestigioso) y director Oscar
Martínez lo cruzó. En diálogo con el programa "Resumen de una semana agitada",
por Radio LK, opinó. "Me pareció un exabrupto muy desagradable, pero no me
sorprendió para nada que haya dicho eso. Porque lo conozco a Gerardo hace muchos
años y sé cómo funciona y cómo piensa. No tengo una relación continua con él ni
mucho menos, pero hemos trabajado alguna vez juntos".
Martínez también habló del apoyo de Campanella a Macri y se mostró más reservado: "Bastante ya con que he expresado mi desacuerdo con el proyecto oficial. Prefiero no decir a quién voy a votar. Respeto mucho a Campanella y estuve viendo como le han caído encima. La verdad que la campaña deja mucho que desear por lo sucia y el paupérrimo nivel general de todos los candidatos. Es una campaña muy pobre, demagógica, especulativa y marketinera. Es muy poco edificante y por eso es que tampoco quiero decir a quien voy a votar".
Además, dijo que hay una "falsa idea" de que la mayoría de los actores apoya
al Gobierno nacional. "Conozco a mucha gente del medio que no es oficialista. Lo
que pasa es que todo oficialismo, este más que ninguno porque tiene medios
propios, es una vidriera muy grande que hace muy visible a la gente que sí
adhiere. Tienen más canales de difusión que los que no lo somos. Pero sí es
cierto que toda la gente cree que el 99 por ciento de los actores somos
kirchneristas. No tengo una estadística para decirte un porcentaje, pero sí
puedo asegurarte que se podría llenar un estudio de TV con gente muy notoria que
no suscribe al proyecto oficialista que ya lleva 12 años".
Martínez se sumó a la idea de que algunos artistas apoyan al kirchnerismo por
un interés económico:"En todo movimiento hay gente arribista y otros que se
comprometen honestamente en lo que está llevando a cabo una fuerza política.
Pero a mí me consta que hay gente que obtiene beneficios que pueden ir desde lo
económico hasta levantar un teléfono para hablar con un ministro o conseguir
empleo para sus hijos. Este es un país con una memoria muy escasa. De hecho, en
los últimos 30 años se puede ver a gente muy notoria que estuvo siempre con el
oficialismo de turno. Ya sea Alfonsín, la Alianza o el menemismo. A esos mucho
no les creo".
"Me parece que cuando uno es público tiene que tener cuidado de no ser utilizado -agregó en diálogo con el periodista Juan Ignacio Erreca-. Yo siempre me cuidé de eso. Porque prefiero tener libertad de opinión. Por ejemplo, adherí mucho al gobierno de Alfonsín, pero me cuidé mucho de aparecer cerca porque no era militante radical ni quería ser identificado para no tener que callarme la boca cuando tuviera que estar en desacuerdo con algo. Creo que eso siempre es conveniente. Todo depende del grado de intensidad con el que adhieras. Hay gente que apoya y otra que es fanática. El fanatismo es algo que no comparto en ningún ámbito. Pero mucho menos en política porque hay gente que terminó aprobando todo lo contrario de lo que decía defender por estar identificada con una camiseta. Eso me parece muy penoso".
Cuando se le preguntó cómo cree que será recordada la presidenta Cristina Fernández, el actor contestó: “No tengo la bola de cristal, pero supongo que va a ser recordada de un modo muy conceptuoso por quienes la defienden enfáticamente. Mientras que por los que padecimos estos 12 años, al menos estos últimos ocho, también la recordaremos tal como la hemos vivido. Habrá que ver como se la ve dentro de 30, 40 o 50 años. Tampoco voy a vivir eternamente. No lo puedo saber ahora".