La pérdida de rentabilidad de los productores, como consecuencia de la caída de los precios internacionales y de las retenciones, está impactando de lleno en las empresas proveedoras de insumos para el campo. Según un relevamiento de LA NACION en los rubros de semillas, agroquímicos y fertilizantes, las compañías van a cerrar 2015 con una pérdida de facturación de casi US$ 900 millones. El año pasado, estos tres segmentos tuvieron ventas por US$ 5267 millones y ahora se prevé que terminarán 2015 con US$ 4378 millones, US$ 889 millones menos o una contracción del 17 por ciento.
Esta depresión refleja la magnitud del efecto dominó de la crisis de los
productores sobre el resto de la cadena comercial. En algunos segmentos de
insumos crecen los despidos, otros realizan malabares para no despedir personal,
las multinacionales que operan en el país reciben órdenes desde sus casas
matrices de hacer recortes del 20 al 25% en sus presupuestos en lo que queda del
año, se ralentizan inversiones en marcha y otros proyectos se archivan.
De las industrias proveedoras de insumos, la más complicada es la semillera, básicamente por la caída en las siembras de trigo y maíz y la baja del uso en semilla de soja fiscalizada. Sólo entre trigo y maíz el ciclo 2015/2016 tendrá como mínimo 2 millones de hectáreas menos. Además, luego de que el año pasado apenas el 15% del área sojera fuera con semilla fiscalizada, es decir, efectivamente comprada por los productores a las firmas, ese porcentaje esta campaña podría superar levemente el 10%, un mínimo histórico.
Toda la industria semillera tuvo ventas en el mercado interno en 2014 por US$
900 millones y finalizaría 2015 con unos US$ 800 millones, 100 millones menos. A
esta industria también se le achicó el atractivo mercado de exportación, por
menor demanda. De US$ 300 millones retrocederá a US$ 150 millones este año.
En este contexto, el empleo viene resintiéndose. La industria semillera lleva perdido desde 2014 un 14% de su dotación de personal. Son unos 1120 puestos de trabajo menos sobre una ocupación directa de 8000 personas. "Las inversiones en plantas están paradas porque la capacidad instalada supera las ventas", expresó Miguel Rapela, director ejecutivo de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA).
En agroquímicos, el mercado facturó US$ 2739 millones en 2014 y podría
finalizar en US$ 2300 a 2400 millones este año. "El mercado va a bajar entre 15
y 20 por ciento como mínimo", señaló José Adriani, líder del negocio de
protección de cultivos de Dupont. En esta reducción influye una baja de ciertos
productos genéricos y, según Adriani, "un menor uso de tecnología en algún
segmento de los productores debido a la situación económica".
De esta manera, el mercado de agroquímicos resignará al menos US$ 439 millones luego de haber crecido a un promedio del 10% por año en los últimos cuatro años, sobre todo por la necesidad de afrontar malezas de difícil control.
Pese a las menores ventas, en este rubro las empresas apuntan por ahora a mantener los puestos de trabajo. "Las compañías están realizando un esfuerzo para retener el personal", dijo Federico Landgraf, director ejecutivo de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe).
"No se escuchan medidas de reducción de personal", agregó Armando Allinghi, director ejecutivo de la Cámara Argentina de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), otra entidad sectorial. Allinghi precisó que hay proyectos para aumentar la capacidad productiva que tal vez pueden haber "disminuido el ritmo de avance de obras".
En este mismo rubro, un empresario confió que las casas matrices están pidiendo a sus filiales bajar entre 20 a 25% sus presupuestos para gastos de viajes, publicidad y hasta para las fiestas de fin de año, entre otros aspectos.
En fertilizantes, el mercado, que fue de 3,12 millones de toneladas en 2014, bajará a 2,5 millones de toneladas este año, nivel similar a 2008. En plata, la facturación retrocederá de US$ 1628 millones a US$ 1278 millones, 350 millones menos. "La baja del mercado en dólares responde claramente a la baja del volumen [demanda]", subrayó María Fernanda González Sanjuan, gerenta de Fertilizar.
También hay una fuerte preocupación entre los empresarios de maquinaria agrícola nacional. "Estamos con una caída del 50 por ciento en lo que va del año", remarcó Marcelo Valfiorani, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma). Algunas firmas redujeron la jornada laboral y otras comenzaron a alternar días de trabajo.
Preocupaciones empresariales
La reducción del mercado, en especial en trigo y maíz, tiene en alerta a la industria semillera.
Las casas matrices siguen con atención no sólo la caída de las ventas, sino el impacto de la inflación y de la suba de los costos. Piden ajustes.
Algunas multinacionales están complicadas para girar al exterior porque no exportan y no pueden compensar divisas.
Hay un atraso en la cobranza a los productores que se suma a la demora en las compras de la nueva campaña.