El atril vacío correspondiente a Daniel Scioli y, por lo tanto, la ausencia de la voz del oficialismo fue la nota destacada del histórico debate que protagonizaron ayer los cinco candidatos presidenciales que se prestaron a participar de la iniciativa de Argentina Debate, celebrada ayer en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Transmitido en directo por dos canales, América y Canal 26, el encuentro tuvo un pico de rating de 14 puntos sumadas ambas señales.

La experiencia demostró que se trata de una iniciativa saludable y que, más allá de alguna que otra chicana entre los candidatos, las diferentes fuerzas y frentes que participan en la vida política nacional pueden compartir un mismo escenario para confrontar sus ideas. Las propuestas le ganaron a la confrontación en este primer debate presidencial en el país.

En este contexto, Sergio Massa (UNA) y Margarita Stolbizer (Progresistas) se mostraron como los más astutos a la hora de aprovechar la oportunidad para exponer sus propuestas de campaña. Por su parte, el postulante del Frente de Izquierda, Nicolás del Caño, fue el más punzante al momento de aprovechar los momentos en que las reglas del debate permitieron realizarles preguntas a sus contendientes.

Tal vez los que más tardaron en tomarle el pulso al sistema fueron Mauricio Macri (Cambiemos) y Adolfo Rodríguez Saá (Compromiso Federal), que fueron los que más problemas tuvieron en desarrollar sus ideas y desaprovecharon la oportunidad de poner en aprietos a sus rivales.

A lo largo de las dos horas que duró el debate, los cinco candidatos coincidieron en criticar en duros términos los doce años de gobiernos kirchneristas, responsabilizándolos por los altos índices de inflación, el incremento de la pobreza -que coincidieron en calcular en 12 millones de argentinos-, los altos niveles de corrupción, el aumento de la inseguridad y, sobre todo, el auge del narcotráfico y la virtual inexistencia de políticas para combatir este flagelo.

El otro punto de coincidencia fueron las críticas al candidato del Frente para la Victoria por haberse ausentado del debate con el argumento de que no se había sancionado una ley que reglamentara el procedimiento.

En medio de las quejas por la "falta de respeto" que implicaba la negativa del candidato oficialista, Massa fue quien dejó más en evidencia a Scioli. Al momento de tener que utilizar los 30 segundos que le correspondían al postulante del FPV, que se repartieron entre los participantes en los diferentes bloques temáticos, pidió dejar correr ese tiempo en silencio.

Incómodos

A la hora de las confrontaciones, fueron Del Caño y Stolbizer quienes mejor utilizaron este recurso para poner en aprietos a sus rivales. Así, la candidata de Progresistas puso incómodo a Macri al preguntarle sobre las contrataciones directas al periodista Fernando Niembro. "Me parece injusta tu pregunta, Margarita; en ocho años de gobierno no tuvimos ni una denuncia por corrupción y en los últimos 20 días hemos tenidos decenas; ésa es la forma en que hace campaña el Gobierno", replicó el líder de Pro.

Del Caño, por su parte, le preguntó a Massa con qué autoridad moral proponía controlar el presentismo de los docentes cuando había faltado al 90 por ciento de las sesiones de la Cámara de Diputados. "Lamento que estés mintiendo; el trabajo parlamentario es también la presentación de códigos y no declarar el día de la mermelada", replicó el ex intendente de Tigre.

Entre Macri y Massa, los mejor posicionados para pelear por un lugar en un eventual ballottage con Scioli, también hubo un cruce luego de que el candidato de UNA le enrostrara al líder de Pro el beneficio a amigos y familiares en la contratación de servicios en su gestión en el gobierno. "Podrías haberte ahorrado la chicana, que no hace más que dejar en claro tus diez años de kirchnerismo", le respondió Macri.

Más allá de estos cruces, lo que dominó fueron las exposiciones de las propuestas, que dejaron en claro algunos puntos de contacto entre las distintas plataformas. Con matices, los cinco candidatos coincidieron en la necesidad de combatir la inflación, eliminar impuestos distorsivos como Ganancias y retenciones, generar empleo y mejorar la calidad de la educación y del servicio de justicia.