La campaña 2015/16 se inició con serios problemas de excesos hídricos por las
intensas lluvias, especialmente a partir de julio, y los pronósticos de mediano
plazo indican que las precipitaciones continuarán por encima de los registros
históricos en esta primavera y en el otoño de 2016, por las consecuencias del
fenómeno de “El Niño”. Ante este escenario, un grupo de técnicos del INTA
Pergamino recomienda algunos criterios para tener en cuenta en el manejo de los
lotes agrícolas.
La mayor frecuencia e intensidad de las lluvias es esperable que provoquen
mayores volúmenes de escurrimiento superficial que podrían agravar la magnitud
de las pérdidas de suelo por erosión hídrica. Por eso, aconsejan conservar la
cobertura del suelo existente para disipar la energía de la lluvia y evitar los
laboreos que dejan poco rastrojo en superficie (por ejemplo, la rastra de
discos), además de mantener los lotes en siembra directa.
La siembra de los cultivos en forma perpendicular a la dirección de la
pendiente principal, o en curvas de nivel, también contribuirá a disminuir la
velocidad del escurrimiento.
En relación con la fertilidad del suelo, es necesario anticipar que el exceso
de lluvias incrementará las pérdidas de nutrientes móviles (nitrógeno, azufre)
por lixiviación, en particular en suelos franco arenosos, de textura gruesa. En
estas situaciones, es importante analizar el estado de los cultivos y la
disponibilidad de nutrientes en el suelo después del período con excesos de
agua, para luego evaluar económicamente la factibilidad de la fertilización.
En el caso del trigo y la cebada puede ser necesario evaluar y corregir la
oferta de nutrientes no sólo para sostener el nivel de rendimiento, sino también
para lograr parámetros de calidad, como proteína y gluten en trigo, o proteína y
calibre en cebada cervecera.
En este escenario hídrico, además, puede ser aconsejable utilizar cultivares
de ciclo corto en los cultivos de verano en lotes bajos o muy llanos, con el
objetivo de incrementar la seguridad de cosecha. Una buena idea también es
sembrar los lotes de maíz en forma temprana para lograr altas tasas de
crecimiento a comienzos del verano, que coincidan con las etapas determinantes
del rendimiento.
El mismo criterio debería adoptarse para la soja de primera, ya que será
necesario disminuir la distancia entre surcos para garantizar buenos niveles de
cobertura, particularmente en variedades de ciclo intermedio o corto con porte
erecto y escasa ramificación.
En zonas con influencia de la napa freática, la medición de su profundidad es
un dato clave para la toma de decisiones. Cuando se encuentra a menos de un
metro en el comienzo de la campaña, los riesgos productivos pueden incrementarse
considerablemente. Por el contrario, si la profundidad de la napa es mayor se
sugiere la siembra temprana con alta tecnología.
El manejo sanitario también será clave. En trigo y cebada, las lluvias
podrían promover el desarrollo y evolución de manchas foliares y royas en estos
cultivos, y favorecer la aparición de la fusariosis de la espiga.
En los lotes de maíz de primera, será fundamental usar semilla de excelente
calidad y tratarla con productos específicos para evitar pérdidas de plantas por
“damping off” ante períodos de lluvias abundantes durante la implantación.
Frente a la probable ocurrencia temprana de roya común del maíz y de
tormentas con viento que lastimen las hojas y favorezcan la aparición de
bacteriosis foliares, deberá consultarse el perfil sanitario del híbrido,
monitorear el cultivo e identificar correctamente el agente causal de la
enfermedad.
En cuanto a la soja, la calidad de la semilla a sembrar será de una
importancia central para optimizar la eficiencia en el establecimiento del
cultivo. El tratamiento de semillas para el control de hongos y oomicetes del
suelo capaces de producir “damping off” (marchitamiento fúngico) en pre o post
emergencia es particularmente aconsejable para evitar una disminución en el
stand de plantas.
Respecto de la presión de las malezas, habrá que controlar la perdurabilidad
de los herbicidas residuales en el suelo durante el barbecho químico. Con este
propósito, será necesario recorrer frecuentemente los lotes para evaluar la
necesidad de efectuar nuevos controles previos a la siembra.
También es importante intensificar la periodicidad de los monitoreos en lotes
con malezas resistentes o tolerantes, a los efectos de evitar escapes y el
consecuente aumento de su dispersión por la elevada disponibilidad de agua.
Las plagas también pueden generar muchos problemas. Desde el INTA Pergamino aconsejan planificar las aplicaciones con tiempo, porque puede haber problemas para ingresar a los lotes por falta de piso.