Si un escándalo está por estallar, ellos se encargan. Si falta dinero, ellos harán lo que haya que hacer. Y si hay algún problema doméstico que puede arruinarlo todo -de esos que no deben trascender a la prensa-, ellos saldrán al rescate. Siempre están con los candidatos, pero muchos de ellos prefieren mantenerse lejos del alto perfil. Son los "solucionadores". Son los miembros del círculo ya no "rojo", sino "negro", los todoterreno que rodean a los presidenciables.
Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa cuentan con estos colaboradores
que a menudo combinan funciones públicas con las otras, por demás discretas, y
que incluyen hacer todo lo que sea necesario -y "todo" es "todo"- para contener
a los candidatos. O, a veces, evitar que se desate una tormenta y, si eso es ine-vitable,
reducir sus efectos al mínimo posible.
Scioli se apoya para eso en tres grandes espadas. A las cuales pueden sumarse, en ciertos casos, dos o tres más. Son Alberto Pérez, Rafael Perelmiter y Ricardo Casal. Y no son pocos los que suman a Karina Rabolini al ruedo, en un tándem que registra antecedentes locales y en el exterior, como los Clinton o, más ajustados, los franceses Sarkozy.
Sin embargo, difícilmente algún colaborador de Scioli o de cualquier otro
presidenciable concentre la influencia que muestra Nicolás Caputo sobre Mauricio
Macri. Por si queda alguna duda: fue la persona que pagó el rescate cuando el
jefe de gobierno estuvo secuestrado, en 1991. A otro nivel, Macri confía en su
amigo José Torello y escucha con atención a Daniel Angelici y, al parecer, a
Enrique "Coti" Nosiglia, aunque para ofrecerle una visión política nacional.
A diferencia de Macri, Massa cuenta con la primera referente en su propia casa: Malena Galmarini. Sus allegados todavía recuerdan que los lunes eran días de trabajo agotador durante la gestión de Massa en Tigre, después de pasar el fin de semana junto a su mujer. El círculo íntimo lo completan Ezequiel "Kelo" Melaraña y Eduardo Cergnul. Para hablar de dinero, en cambio, el líder de Frente Renovador elige a Jorge Brito y Daniel Vila.
Jefe de Gabinete bonaerense, Pérez lleva años junto a Scioli, como uno de sus
baluartes a la hora de la gestión política. Es, también, uno de sus "comodines",
al decir de confidentes del candidato, a cargo de que nada falte... y nada
sobre.
A Pérez se suma Perelmiter, el verdadero alfil de Scioli para la economía. Porque hay muchas figuras que ocupan el candelero como potenciales ocupantes del Palacio de Hacienda. Pero ya sean las cuentas públicas de la provincia de Buenos Aires -y, de ganar, de la Nación- como los números privadísimos de Scioli, Perelmiter es su hombre. Y así lo es desde los tiempos de los negocios de su padre y de la motonáutica.
Casal es la tercera pata del trípode naranja. Ministro de Justicia bonaerense -y antes también de Seguridad-, es la voz de Scioli ante jueces y fiscales, también su principal operador judicial y hasta su primera fuente de consulta jurídica cuando de asuntos calientes, sensibles o incómodos se trata. Es Casal quien deriva temas o convoca a "solucionadores" específicos.
A ellos se suman otros jugadores. Uno de ellos es José "Pepe" Scioli, hermano del candidato. Y hay quienes hasta suman a Rubén Mousalli, "uno de los dueños de todos los secretos de Scioli", como lo definen los periodistas Pablo Ibáñez y Walter Schmidt, autores del libro Scioli secreto, biografía del candidato naranja.
Otros ciñen a Mousalli en un rol menor, acotado al mundo más íntimo del ex motonauta puertas adentro de Villa La Ñata, como acotado está el ex titular de Lotería bonaerense, Luis "Chiche" Pelusso, al mundo del juego, donde se mueven montañas de efectivo.
Karina Rabolini es, en cambio, mucho más de lo que puede parecer. "No te
confundas. Tiene su carácter y el mismo objetivo que Daniel. Y ella marca de qué
temas no se habla más, y friza o echa gente del entorno", indica un integrante
del círculo íntimo, que cuenta con una sucursal en Italia. ¿Por qué? Porque
allá, en la península, reside Stefano Garelli, un ex accionista de Camuzzi que
figura como dueño de dos estancias en la zona de Tandil, La Morocha y La
Estrella, que el ex motonauta usa y disfruta como propias.
En el universo amarillo, en cambio, domina un latiguillo. "Hablá con Nicky",
repite Macri cuando un tema se empieza a complicar, desde recaudar dinero para
la campaña hasta cortar una cabeza dentro de Pro. Se conocen desde la
adolescencia, cuando fueron compañeros en el colegio Cardenal Newman y desde ese
momento fueron inseparables. "Es el hermano que elegí en esta vida", repite el
jefe de gobierno porteño.
Juntos, "Mauri" y "Nicky" recorrieron el camino de los negocios. Juntos fundaron, a principios de los 80, la empresa Mirgor SA, que Macri abandonó una década después para sumergirse en Boca. Caputo continúa ligado a las empresas del grupo familiar. Su cercanía con Macri no le impidió ganar varios contratos con el gobierno porteño, a través de la firma SES SA, por al menos $ 1000 millones, según datos que publicó el diario Perfil.
"No opera en las sombras; es la sombra de Mauricio", relata un dirigente que comparte reuniones con ambos. Y recuerda que es el único que se anima a criticarlo en público, aunque después se arremanga para ayudarlo. Como cuando desembolsó $ 4,5 millones para financiar la instalación de "Macri Presidente" durante 2014 y como sucederá con otros tantos millones que -sostienen dentro de Pro- gatillará para financiar los comicios de octubre. O como cuando se encarga de recibir a los empresarios que Macri prefiere evitar para negociar aportes electorales. Caputo incluso ingresa sin autorización previa al despacho del jefe de gobierno porteño cuando él no está para hacer reuniones personales. Se mueve con la misma naturalidad que el administrador de la casa.
José Torello integra el mismo grupo de amigos que Macri y Caputo. También egresado del Cardenal Newman y apoderado macrista, cuenta con la confianza del líder de Pro para, por ejemplo, organizar su fiesta de casamiento con Juliana Awada. "Son amigos, pero en política es un empleado de Mauricio", sostiene una fuente de trato cotidiano con Macri. A él acude para resolver algunos temas legales. Sus enemigos, en cambio, supieron atribuirle mucho más, como la supuesta negociación del convenio del juego porteño con Néstor Kirchner y Cristóbal López.
Por su parte, Daniel Angelici, presidente de Boca, es uno de los más respetados por el líder de Pro. Macri admira su picardía para manejar temas sensibles, como el día a día del club o, más importante aún, oficiar de operador en la Justicia. Hay excepciones. Por ejemplo, cuando el gas pimienta generó la suspensión del superclásico en la Bombonera. Uno de los encargados de investigar los incidentes fue el fiscal general porteño, Martín Ocampo, amigo de Angelici.
Otro histórico operador político que siempre está cerca de Macri es el "Coti"
Nosiglia, un amigo de la familia, que suele aconsejarlo, aunque lejos está de
ser uno de sus "solucionadores", sino que más lo toma como fuente de consulta en
su estrategia nacional.
¿Y Massa? Para el referente de Tigre, la política empieza por casa. Malena
Galmarini es la única que se anima a levantarle la voz o ponerle un freno, y
ganó preponderancia durante la crisis interna del Frente Renovador.
Junto a Malena, Massa se apoya también en dos viejos amigos del secundario en el Instituto Agustiniano. Uno es Ezequiel "Kelo" Melaraña, que oficia informalmente de secretario privado. Está en todos los detalles. Desde la administración de los fondos de campaña -una tarea reservada para dirigentes de confianza ciega- hasta la gestión del Club Atlético Tigre, donde fue vicepresidente.
"Kelo" aporta criterio y moderación cuando Massa piensa demasiado en grande, sostiene un dirigente que lo trata a diario. De hecho, Melaraña recuerda en público cuando Massa le pidió que comprara el pase de Fernando Gago cuando jugaba en Real Madrid, amparado en la "buena onda" que él tenía con el jugador. "Sergio, te pido por favor. Gago entra el vestuario de Tigre una vez y no vuelve nunca más", lo frenó, a las carcajadas.
Por su parte, Eduardo Cergnul es uno de los pocos que no se desespera si el ex titular de la Anses no le envía un mensaje de WhatsApp durante una semana. De extremo bajo perfil, Cergnul transpira si su nombre aparece en los diarios. Es su abogado de máxima confianza. Lo acompañó a Massa en toda su trayectoria política, desde sus primeros pasos en San Martín. Fue secretario legal y técnico en Tigre y ahora, como apoderado del Frente Renovador, se encarga de la ingeniería legal electoral.
Con distintos roles, en tanto, tres empresarios sostienen el sueño presidencial de Massa. Jorge Brito fue señalado como "el banquero de Kirchner" en Wikileaks, pero es consejero y financista del candidato. Según revelaron desde su entorno a LA NACION, el dueño de Banco Macro financió tanto su campaña a la intendencia de Tigre como la campaña legislativa del 2013 y la actual carrera presidencial. "Sin él esta campaña no se hubiera podido hacer", sentenció una fuente que conoce el armado del ex intendente de Tigre. Gracias a sus contactos y a su influencia es un interlocutor asiduo de Massa.
La arena del balneario CR, en Pinamar, es clave en la relación que mantiene Massa con el empresario de medios Daniel Vila. Comparten en familia varias semanas de vacaciones, lo que terminó por sellar una relación de más confianza. "Vila es el Cristóbal López de Massa", se animó a definir un colaborador del candidato.
Sin embargo, los aportes económicos de Vila -afirman- menguaron en los últimos meses de campaña, aunque desde el massismo destacan la importancia de la relación para tener "minutos de aire" en América TV.
Autor de Massa. La biografía no autorizada, el periodista Diego Genoud consignó tres jugadores más. El ex diputado nacional y dueño de Canal 26, Miguel Ángel Pierri -proveedor de papel para sus boletas-, el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández -hoy totalmente afuera del esquema- y Gabriel Mihura Estrada, apoderado del Frente Renovador, operador judicial y, según Genoud, "gran conocedor de los vericuetos del Estado y con buena relación con el sector privado".