Ambas contiendas están entrelazadas. Los principales candidatos a la Presidencia, Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa, actúan en el campo futbolístico. Esta vinculación, por un momento, los complica. Porque en plena campaña electoral deben definirse frente a un singular aspirante a conducir la AFA: Marcelo Tinelli. Y Tinelli, por su enorme popularidad, podría hacerles daño.
Hay también un factor más tenebroso que vincula fútbol y política. La Presidenta se asoció a Grondona en el negocio de la transmisión de los partidos, que la expone a un doble frente judicial, en Buenos Aires y en Nueva York. Se espera que el viernes, en Brooklyn, declare el ex gerente general de Torneos y Competencias S.A. Alejandro Burzaco. Pero fuentes muy fiables indican que ya lo hizo, involucrando en la trama de corrupción a Luis Segura, el candidato a la reelección como titular de la AFA; a José Luis Meiszner, álter ego del candidato a gobernador Aníbal Fernández en Quilmes, y a Pablo Paladino, a quien Fernández encargó la administración del programa Fútbol para Todos. Más sinsabores para Scioli y su campaña.
A medida que se interna en el laberinto de la AFA, Tinelli debe ir advirtiendo que la influencia de la política sobre el fútbol es superior a la esperada. El miércoles pasado, por ejemplo, perdió la elección de los representantes de la Primera B en la asamblea que elegirá al presidente, posiblemente el 1º de marzo. Allí ganó su principal rival, Segura. Es el heredero de la cofradía, por llamarla de algún modo, que respondía a Grondona. Esa noche debió desempatar votándose a sí mismo. El líder de la oposición al showman en la B fue Claudio "Chiqui" Tapia, el yerno de Hugo Moyano que dirige Barracas Central.
Tapia acaba de ser denunciado por Graciela Ocaña por designar en la Ceamse, el organismo que controla los residuos del área metropolitana, a varios presidentes de clubes del conurbano. "Chiqui" adelanta el voto de Moyano, que preside Independiente.
Segura no compite contra Tinelli, sino contra la Justicia. La de los Estados Unidos y la argentina. Tinelli, amigo de Burzaco y, en la desgracia, su benefactor, lo sabe. Tinelli tampoco compite contra Segura, sino contra una ley universal. Quienes obtienen una porción de poder en un organismo colegiado, como los centenares de dirigentes que actúan en la AFA, detestan ceder ese capital a alguien que adquirió notoriedad en otro campo. El Congreso ha dado grandes lecciones de que la fama es puro cuento. De Pinky a Del Sel, de Scioli a Reutemann, las estrellas han sido allí discriminadas por su notoriedad. Por eso el daño de Burzaco al sueño de Segura no garantiza un beneficio automático para las pretensiones de Tinelli.
"Chiqui" Tapia ocupa la vicepresidencia 2» de la AFA, en reemplazo del presidente de Boca, Daniel Angelici, quien renunció después del turbulento partido contra River por la Copa Libertadores. Desde entonces, Angelici se mantiene equidistante. Expresa también a Macri, su líder. Sin hacerlo público, el candidato de Cambiemos tomó distancia de Tinelli después de aquella apertura de ShowMatch a la que asistió con sus dos competidores. Al parecer le molestó la ostensible preferencia del conductor por Scioli. Alguien que acompañó a Macri aquella noche cuenta: "A Mauricio y Massa los atendieron por la puerta de atrás. Scioli ocupó con su mujer y sus amigos un camarín gigantesco. Todo era naranja". Massa, que ejerce una influencia determinante sobre Tigre, también mira de lejos a Tinelli por un par de compromisos incumplidos.
Hay que comprender el favoritismo de Scioli. Tinelli tiene un contrato para publicitar al Banco Provincia. Y comparte con Scioli un alegrante: Lautaro Mauro, gestor de negocios que ganó celebridad durante el escándalo Ciccone. Por estos motivos, y hasta las elecciones, el crack del futsal se inclina a favor del animador. Además, con Aníbal Fernández en la boleta, lo único que le falta es que lo vinculen con Segura.
El político encargado de conseguir adhesiones para Tinelli es Gabriel Mariotto. Curioso destino: de encabezar la revolución contra la corporación mediática, Mariotto pasó a servir como puntero del astro de Canal 13. Todo con el mismo énfasis. El delegado de Mariotto en la AFA es el tesorero Eduardo Spinosa, presidente de Banfield.
La pasión tinellista de Mariotto sufre, sin embargo, algunos altibajos. El jueves pasado inició una negociación con Segura, a través de un inesperado mediador: Alberto Fernández. El ex jefe de Gabinete asesora a Segura y a su hijo, Luis Fernando, que conducen Argentinos Juniors, su club. ¿Existe el temor a una ruptura como la que acaba de ocurrir en la confederación del fútbol brasileño?
Desinformados sobre las probables declaraciones de Burzaco, Mariotto y Fernández discutieron un acuerdo entre Tinelli y el atribulado Segura. Enigma 1: ¿Tinelli o Scioli autorizaron la gestión? Enigma 2: la visita de Fernández al jefe de Gabinete de Scioli, Alberto Pérez, el lunes pasado, en el Banco Provincia, ¿fue parte de las tratativas? Tinelli, en este caso, habría hecho un milagro: que un massista y crítico acérrimo de la Presidenta, como Fernández, sea bien recibido en el campamento de Scioli.
Quizás al candidato del Frente para la Victoria le interese cada vez menos lo que opine la líder del Frente para la Victoria. En su cordialidad con Tinelli, Scioli ignora los planes de La Cámpora. Porque Máximo Kirchner tiene la esperanza de consagrar como presidente de la AFA a Víctor Blanco, el titular de su cuadro, Racing Club. El bachiller Kirchner interviene en el fútbol a través del senador provincial Santiago Carreras, candidato a la vicepresidencia de Boca en la fórmula del sindicalista Víctor Santamaría, líder del peronismo porteño que se opone a Macri. El hijo de la Presidenta cree que, cuando Segura se termine de desgastar, él podrá imponer a Blanco. Es una estrategia disparatada: si Segura se deteriora, es por las transacciones oscuras con el gobierno de su madre. ¿Pactará Máximo Kirchner con Tinelli? La posibilidad se exploró cuando Tinelli visitó al boquense Carlos Zannini, acompañado por el alegrante Mauro. ¿Participó Máximo de la reunión? Sería irónico: hace dos veranos se opuso a que Tinelli gestione Fútbol para Todos. Un error: tal vez su mamá se habría ahorrado una pesadilla.
Las ambiciones de Tinelli se cruzan con las de Máximo Kirchner en un punto: Cristóbal López. El megainquilino del joven Kirchner es socio mayoritario de Tinelli en Ideas del Sur. López pretende expandir al fútbol su negocio de apuestas. En público, el showman suele desentenderse de esa pretensión. Pero Fabián De Souza insiste en el proyecto ante Fabián Scoltore, el responsable de las efectividades conducentes de Tinelli. De Souza es el representante de López ante la Casa Rosada. ¿O es al revés? La proximidad de López tal vez explique la reticencia de Angelici, quien también vive del juego. Y de otros dirigentes que no quieren prestarse a un negocio sospechoso y, sobre todo, ajeno.
Dolor de cabeza
En el ajedrez de la AFA hay otra figura decisiva: María Servini de Cubría. La jueza federal recibió ya dos informes de Alicia López y Alberto Piotti, los veedores que designó para examinar el convenio con la Casa Rosada por el programa Fútbol para Todos. La causa, que se inició también con una denuncia de Ocaña, podría convertirse en uno de los mayores dolores de cabeza de la Presidenta una vez que deje el poder. En ella hay indicios de que el Gobierno aumentó los giros a la AFA, sin justificación alguna, hasta $ 5.277.004,57. Además de gastar de más, recaudó de menos: restringió la publicidad privada a la firma Iveco, que abonó $ 28 millones en ocho años. Un capítulo aparte es el colosal desvío de dinero al programa de seguridad AFA Plus, que nunca funcionó. O la donación de 2% de lo recaudado a la misteriosa fundación El Futbolista. Como Hebe de Bonafini durante el escándalo Sueños Compartidos, los directivos del fútbol sostienen que el destino de los subsidios es una cuestión privada. La Justicia ya rechazó el argumento, a instancias del fiscal Raúl Pleé, al investigar a Sergio Schoklender: todo recurso procedente del Tesoro es público. Cristina Kirchner logró lo impensable: superponer la imagen de Bonafini con la de Grondona. Cuando se vaya, se van a extrañar tantas sorpresas.
Servini remitió a la justicia de Nueva York sus investigaciones, que se cruzarán con la información ofrecida por Burzaco. Los trascendidos indican que, junto a Segura, señaló a Meiszner. Es el socio futbolístico de Aníbal en Quilmes, y su vínculo con Grondona en la negociación televisiva. Su hijo, Andrés Meiszner, estuvo al frente del Renar a instancias de Fernández. Para él trabajaba Martín Lanatta, el presidiario que identificó a Fernández con la deplorable "Morsa". Las novedades neoyorquinas podrían acelerar la causa que Bonadio sigue a Meiszner en Buenos Aires. Atormentado, Meiszner se internó en una clínica. El único funcionario mencionado por Burzaco sería Paladino, responsable de FPT. Es tan allegado a Fernández como Meiszner.
En la AFA hay pánico. Recibieron una lluvia de fondos estatales y las finanzas empeoraron. Un diálogo tal vez explica todo. El 29 de junio pasado, Segura visitó al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray. Precavido, se hizo acompañar por Blanco, el delegado de Máximo Kirchner en Racing. Echegaray, después de un rato, preguntó: "En este último año ¿qué han estado haciendo?". Respondió Segura: "Seguimos el estilo de don Julio". Echegaray: "Me temo, entonces, que están en problemas".