A partir del año 2005 la Chacra Experimental Integrada Barrow (Ministerio de Asuntos Agrarios-INTA) comenzó a recibir consultas de productores y técnicos de su zona de influencia sobre raigrás perenne (Lolium perenne) sobreviviente a supuestas aplicaciones letales de glifosato.
En la campaña 2007/08, se constató en el partido de Coronel Dorrego (provincia de Buenos Aires) la presencia de una población de raigrás perenne que había sobrevivido al control con glifosato en los trabajos de barbecho previo a la siembra de trigo.
“La resistencia a glifosato de raigrás perenne puede transmitirse a la descendencia híbrida inter-específica, a través del polen, al cruzarse con raigrás anual (Lolium multiflorum)”, indicó Marcos Yanniccari, investigador del Instituto de Fisiología Vegetal (UNLP-Conicet), durante una conferencia ofrecida en el I Congreso Argentino de Malezas que se está realizando hoy en la ciudad de Buenos Aires.
Además, el polen sería un importante factor para la dispersión de la resistencia dentro de los 35 metros de distancia cuando se cruza una planta susceptible con una resistente. “Sin embargo, no se han podido descartar derivas de polen a mayores distancias que, si bien serían poco probables, podrían tener fuertes implicancias en la evolución de la resistencia a partir del incremento de la frecuencia inicial de genotipos resistentes”, explicó Yannicari.
Las plantas de raigrás perenne resistentes a glifosato mostraron una mayor actividad de la enzima EPSPs, casi tres veces superior a la detectada en plantas susceptibles. La mayor actividad de la EPSPs se asoció a una mayor expresión del gen que codifica la enzima.
Aunque la EPSPs de plantas resistentes fue inhibida por el glifosato, la mayor actividad basal de ésta explicaría la capacidad de las plantas de mantener la ruta del ácido shikímico activa luego de la aplicación de una dosis normalmente letal.
“Eso respondería por qué en las plantas resistentes el herbicida no afecta el crecimiento y, por lo tanto, por qué no son detectados efectos inhibitorios significativos sobre los demás procesos fisiológicos”, señaló Yannicari.
El I Congreso Argentino de Malezas, organizado por la Asociación Latinoamericana de Malezas (ALAM) y la Asociación Argentina de Ciencia de las Malezas (ASACIM), es también el XXII Congreso Latinoamericano de Malezas.