La República Argentina posee una superficie cultivada con vid de más de 228 mil hectáreas, según las estadísticas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). En los últimos 10 años, nuestro país se incorporó a los países exportadores de vinos ocupando un lugar central en la lista de los diez países que producen el 80% de vino del planeta.
Los cambios en la composición y tipología de la oferta multiplicaron las oportunidades de negocios por el reconocimiento de las cualidades de los vinos argentinos en el exterior. Como consecuencia de la expansión de los horizontes productivos, hoy surgen emprendimientos en lugares antes impensados como es el caso de la provincia de La Pampa.
En el año 2006, con el proyecto de poner en producción el área bajo riego de la localidad de Casa de Piedra (provincia de La Pampa), el Ente Provincial del Río Colorado (creado para expandir la frontera fértil en el sudoeste pampeano) decidió desarrollar una chacra experimental para generar datos sobre el desempeño de distintos cultivos.
En el año 2011, y en base a la experiencia recogida, se continuó trabajando con uvas para vinificar y se plantaron 5 hectáreas con nuevos varietales de tintos y blancas. Durante el 2012 y 2013 se elaboraron vinos con cepas Malbec de las uvas producidas en la chacra experimental y se obtuvieron las primeras sesenta botellas de esta cosecha inicial que se denominó “Planicie”.
Hasta la fecha no se han encontrado problemas sanitarios en La Pampa. “Este dato no es menor, ya que posiciona a la provincia como centro de inversiones y abre un abanico de posibilidades por no tener problemas sanitarios instalados en la zona. En este aspecto, la función del Senasa es clave ya que su Programa de Prevención y Erradicación de Lobesia botrana permite preservar los cultivos de vid implantados en las nuevas áreas productivas”, afirma Diana Guillén, presidenta del organismo fitozoosanitario nacional.
En relación al tema, Enzo Mugnani, asesor de planeamiento del Ente Provincial del Río Colorado, afirmó que la provincia de La Pampa presenta condiciones ambientales sumamente favorables para el desarrollo de la producción vitivinícola.
Estos son puntos fuertes a favor de la vitivinicultura en La Pampa, ya que el concepto de viticultura sustentable constituye el nuevo camino a seguir en el comercio internacional de vinos. “Aplicar este concepto es producir garantizando la salud de productores y consumidores, y respetando el medio ambiente a través de buenas prácticas agrícolas que signifiquen un manejo responsable y cuidadoso del agua, la generación de energías alternativas, el uso responsable de fitosanitarios y la preservación de la flora y fauna autóctonas”, explica Diego Quiroga, director nacional de Protección Vegetal del Senasa.
Asimismo, Mugnani describió a la producción vitivinícola como intensiva dado que requiere una alta ocupación de mano de obra y genera un importante valor agregado al final de la cadena productiva. En nuestro país, la elaboración de vino y mosto demanda casi 38.000 empleos directos a nivel nacional. Por eso, la zona se está convirtiendo en un polo de producción en constante crecimiento gracias a la actividad humana y comercial que requiere a partir de la cual se generan estructuras productivas, comerciales y de servicios.
De modo que la industria vitivinícola pampeana viene presentando un sostenido crecimiento en cantidad y calidad. Un fiel reflejo de ello son las bodegas presentes en las zonas de 25 de Mayo, de Gobernador Duval y en Casa de Piedra.
Acciones del Senasa
A través de sus programas, el Senasa asume la responsabilidad de ejecutar las políticas nacionales en materia de sanidad y calidad agroalimentaria verificando el cumplimiento de la normativa vigente.
Dentro de este marco, y gracias la descentralización operativa que generó un reordenamiento del Organismo, se posibilitó –con la creación de quince centros regionales– una mayor y permanente articulación con los actores locales públicos y privados.
“Como consecuencia de todo este proceso de cambio institucional, el Senasa actúa en la provincia de La Pampa atendiendo a los compromisos asumidos en los programas de protección vegetal que son de su responsabilidad. Así trabaja con los ingenieros agrónomos del área en la prevención de los problemas sanitarios que pueden afectar a la producción, como la polilla del racimo de la vid o Lobesia botrana”, sostiene Adrián Sago, director del Centro Regional La Pampa-San Luis del Senasa.
Esta plaga ataca los cultivos de vid, afectando tanto su producción como su calidad para consumo en fresco y vinificación. En abril del 2008, el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) de Chile declaró la presencia de la plaga en zonas de su territorio, próximas a los cultivos de vid en Argentina. Por eso, el Senasa dispuso el alerta fitosanitario e implementó una serie de medidas de prevención que determinan, entre otras cosas, la denuncia obligatoria de la presencia de la plaga.
Como parte de estas medidas de prevención, se estableció una red de monitoreo con trampas específicas de atracción sexual, distribuidas a lo largo de las principales zonas productoras de vid del país. Estas acciones de vigilancia son coordinadas por el Senasa y participan los institutos nacionales de Vitivinicultura (INV) y de Tecnología Agropecuaria (INTA), junto a los organismos fitosanitarios provinciales
Tareas específicas en la zona
En La Pampa y San Luis, en el marco de su Programa Nacional de Prevención y Erradicación de Lobesia botrana, el Senasa realiza tareas de vigilancia y monitoreo de la plaga. Las actividades se realizan en los viñedos ubicados en las localidades de Colonia 25 de Mayo, Casa de Piedra y Gobernador Duval (La Pampa) y en los departamentos de Ayacucho, Chacabuco y Capital (San Luis).
Las tareas del monitoreador consisten en revisar las trampas colocadas para la polilla de la vid y la presencia de pseudococcidos ssp. Estas se deben mantener operativas para observar si se detectan ejemplares de las plagas en las regiones productoras, lo que permite aseverar que se mantiene la condición de área libre. “Hasta el momento no se han registrado capturas, por lo que las provincias permanecen libres de la plaga. En Casa de Piedra hay colocadas 6 trampas; en Gobernador Duval, 5; en 25 de Mayo, 6; y en General Acha, una. Estas acciones permiten agregarle valor a la producción y contribuyen al crecimiento productivo de la zona”, concluye Julio García Maiztegui, coordinador de Protección Vegetal del Centro Regional La Pampa-San Luis del Senasa.