¿Cómo está el mundo?

Es cierto: hay problemas muy serios. Sin embargo, no son tan negativos para la soja, como suele expresarse últimamente.

Veamos.

La cosecha en EE.UU. comenzará a fines del mes de septiembre. Pocos días quedan, entonces, para comprobar cuán voluminosa será. Y como sabemos, aún cuando la próxima estimación del USDA corrija hacia abajo, las perspectivas productivas son elevadas.

También, el dólar desde hace meses no ha dejado de fortalecerse. Sólo en los últimos días hubo retrocesos.

China no deja de asustar. La acentuada corrección de los índices accionarios en los mercados de este país han puesto en guardia a los operadores.

La depreciación del yuan chino sigue dejando secuelas.

Desde hace años que EE.UU. pretende que China deje que el yuan se aprecie con respecto al dólar para reducir su déficit comercial.

Pero el gigante asiático se resiste a la presión norteamericana pues su modelo se fundamenta en promover las exportaciones.

A las pruebas hay que remitirse. ¿Qué puede ser más claro que la reciente devaluación del yuan?

Evolución dólar / yuan. Desde Octubre 2011


El gráfico muestra cómo el yuan venía apreciándose respecto al dólar.

Esta tendencia se revierte claramente a mediados del mes de agosto.

Evolución del dólar / yuan en agosto.


Pero en los últimos días, se notó una acentuada desvalorización del dólar que vino a limitar las bajas en los valores de la soja.

Como si su hubiese llegado a un piso en el valor de la oleaginosa, en gran parte porque este mismo valor alienta las exportaciones de EE.UU., ahora los precios se mantienen en un nivel sin mayores alteraciones. De hecho, las exportaciones comenzaron a aumentar.

El gráfico muestra cómo rebota el euro y el dólar comienza a caer a partir del día 24 de agosto pasado.

Agosto 2015


Pese al pesimismo imperante respecto al precio internacional de la soja, vale recordar que éste es un insumo central en la industria alimenticia de Asia.

La creciente clase media global en Asia, África y Medio Oriente asegura que el consumo de proteínas animales continúe en suba.

Además, los costos por fletes -a consecuencia de la reducción del precio del petróleo- han bajado.

Entonces, aún con crisis, la clase media del mundo emergente activa una demanda insatisfecha que promueve el consumo de proteínas animales procedentes de una industria cárnica que tiene como insumos principales a los granos, especialmente a la soja.

A no desesperar, entonces.

Que lo que se necesita no está afuera, sino acá adentro. Y, en tal sentido, hay una razonable esperanza de cambio para fin de año.