Luego de que el Banco Popular de China devaluara tres veces el yuan, en el orden del 7%, creció de forma exponencial la preocupación sobre la salud del gigante asiático, la segunda economía del planeta.
Como país proveedor y exportador de alimentos a China por 4500 millones de dólares durante el año pasado, es lógico que aquí se agiten fantasmas sobre las consecuencias de tener por delante una crisis o un desaceleramiento de la actividad económica de nuestro socio comercial.
A estos interrogantes les dio respuesta una autoridad mundial en la economía del desarrollo como es el economista y profesor Justin Yifu Lin. Además de haber sido vicepresidente senior del Banco Mundial y autor de numerosos libros, es un hombre de consulta permanente de Xi Jinping, presidente de China, con el que estuvo reunido hace diez días. De paso por Buenos Aires, en un viaje en el que brindó conferencias en el Banco Provincia de la mano de su presidente, Gustavo Marangoni, y en la empresa Techint, aceptó una entrevista con LA NACION. Optimista sobre el futuro de la economía china, estima que dejará de ser un país de ingresos medios para convertirse en uno de altos ingresos en los próximos 25 años, Justin Lin no dejó de ser cauteloso sobre las políticas que deben aplicar los gobiernos para enfrentar los desafíos presentes y futuros.
-¿Algunos analistas arriesgan que la crisis de la economía china es más profunda de lo que se exhibe y que este año tendría una fuerte desaceleración con un crecimiento de apenas el 2%. ¿Cuál es su opinión sobre este vaticinio que tendría graves consecuencias en los países proveedores de commodities?
-Es imposible que China tenga este año un crecimiento tan bajo. Basta con ir a China para darse cuenta de que esas estimaciones no tienen ningún sentido. La economía china es mucho más solida, dinámica y robusta que otras economías. Mi opinión es que China va a mantener una tasa de crecimiento del 7% para los próximos 10 años. Si bien esto significa una reducción del 25% con el crecimiento que tuvimos en los últimos años, no hay que olvidar que la tasa del 7% está entre los crecimientos más importantes del mundo. Si consideramos el tamaño de la economía china, el año pasado fue del 13%, vemos que es uno de los responsables del crecimiento mundial. China sola va a contribuir con un cuarto del crecimiento global, que apenas alcanzará el 4%. La devaluación del yuan de esta semana se explica como un ajuste obligado por el cambio de política. La idea es aumentar la flexibilidad de la tasa de cambio. En términos generales no veo la posibilidad de una depreciación demasiado importante.
-Las importaciones de aceites, granos y alimentos a China correrán la misma suerte que las reducciones que se están realizando con la importación de otras commodities, como el hierro y acero?
-Son importaciones que no van de la mano. La reducción de esos commodities ligados a la construcción es consecuencia de una merma en la inversión debido a una sobreoferta momentánea de viviendas. En algunas ciudades se encuentran casas vacías. Pero China está lanzada a un fuerte proceso de urbanización. Actualmente la tasa de urbanización es del 55% sobre el total de la población. Para convertirnos en un país de altos ingresos la tasa de urbanización tiene que crecer hasta el 80%. Con el crecimiento proyectado de nuestra economía al 7% van a aumentar los puestos de trabajo y los ingresos por lo que la gente va a exigir mejores viviendas y más grandes. Con la demanda futura la actual sobreoferta de viviendas va a desaparecer.
-La urbanización y el aumento de ingresos y de consumo son una garantía en el tiempo que China va a seguir importando aceites, granos y alimentos. ¿Una buena noticia para nuestro país?
-Así es. Si mantenemos este crecimiento proyectado la urbanización crecerá al 1% anual y en 25 años el 80% de la población será urbana. En 2040 China será un país de altos ingresos y alto consumo que se encontrará obligada a importar alimentos. A lo que hay que agregar que al subir los salarios perderemos en la producción de alimentos nuestra actual ventaja competitiva, que es la mano de obra barata que se aplica intensivamente en las pequeñas granjas. Ustedes, al tener grandes extensiones, pueden utilizar maquinaria agrícola, para nosotros es más complicado. Con mano de obra más costosa tendremos más dificultades para producir alimentos.
-El futuro depende entonces de la tasa de crecimiento que logre la economía china. ¿Qué factores juegan a favor del 7% de crecimiento y qué factores amenazan este objetivo?
-En cualquier país, hay tres motores del crecimiento: las exportaciones, la inversión y el consumo. Las exportaciones sufren una merma porque los países de altos ingresos no se han recuperado en su totalidad de la crisis de 2008 y no han vuelto al mismo nivel de importaciones. En el pasado las exportaciones chinas crecían anualmente al 15% y este año solo van a crecer al 5%. Esto sin dudas desaceleró el crecimiento económico de China.
-¿Esto los obligó a devaluar?
-En cierto modo, y también porque nuestra moneda estaba ligada al dólar norteamericano. Recientemente el dólar se revaluó contra el yen y esto hizo que se sobrevaluara nuestra moneda. Tuvimos que hacer una corrección. En el pasado había una fluctuación del 2% sobre la tasa de referencia que fijaba nuestro Banco Central. Ahora cambiamos esas reglas de referencia buscando más flexibilidad.
-¿No observa entonces que el crecimiento de la economía de China venga de la mano de las exportaciones, apuntarán al mercado interno?
-Así es. Las exportaciones no van a ser el motor del crecimiento futuro. Europa, Estados Unidos y Japón no han implementado reformas estructurales por lo que no van a poder recuperarse y tener el mismo nivel de importaciones que tenían antes de la crisis del 2008. Por lo tanto, para crecer debemos apuntar a tener un crecimiento interno que tiene dos fuentes, las inversiones y el consumo.
-¿Qué sectores de la economía china brindan oportunidades de inversión?
- Así como no hay oportunidades en actividades ligadas a la construcción porque tenemos sobreproducción de cemento, hierro, vidrios y aluminios hay grandes oportunidades de inversión en la modernización de nuestra industria. China es un país de ingresos medios y la mayoría de las industrias están en sectores de bajos ingresos. Se puede invertir en sectores de mayor valor. También hay oportunidades de inversión en mejorar aún más la infraestructura lo mismo que en protección del medio ambiente y urbanización. Estos sectores van a traer un muy buen retorno a la inversión tanto en términos sociales como económicos. Esto es lo que distingue China de los países de altos ingresos: tiene más oportunidades de inversión. Ellos ya tienen industrias líderes, infraestructura y ya han completado el proceso de urbanización. Las inversiones que se realizarán en China generarán más puestos de trabajo y mejores ingresos que asegurará un mayor consumo. Y los alimentos siempre son los primeros en ser más demandados.
-Entonces a pesar de la devaluación del yuan y de la ola de temor que se reflejó en las caídas de las Bolsas del mundo, ¿usted es optimista sobre el futuro de la economía china?
-Sí, con cautela. Cautela porque se necesitan las políticas adecuadas para aprovechar las oportunidades. Hay que tener un buen marco para aprovecharlas.