Ante la decisión de los productores agropecuarios de realizar un cese de actividades desde el 24 al 28 del corriente mes, la Bolsa de Cereales de Córdoba expresa su solidaridad con este reclamo que asume como propio, dada la apremiante situación que atraviesan gran parte de los integrantes del sector que representa.

La distorsión de precios relativos; el aumento inexplicable de los combustibles, insumo indispensable para el desarrollo de las tareas industriales, agropecuarias, etc. que impulsa los aumentos en los fletes; la intervención de los mercados con su discrecional entrega de Roes, y demás reglamentaciones que atentan contra un fluido comercio exterior de los granos, carnes y demás productos agroindustriales; la asfixiante política tributaria, basada en impuestos distorsivos tales como derechos de exportaciones también llamadas retenciones, impuesto a los débitos bancarios, IVA con alícuotas diferenciadas que determinan un crédito fiscal irrecuperable para los productores como último eslabón de la cadena; el costo que significa el impuesto inmobiliario rural y la tasa vial; agravado además por la caída de los precios internacionales, llevan al quebranto de los productores y cuánto más chicos sean éstos, más rápido.

Esta situación nos obliga a solicitar una vez más a los distintos estamentos gubernamentales la inmediata revisión de la política agropecuaria y tributaria.

Solicitamos también que el Banco de la Nación Argentina restituya la asistencia a los productores y a toda la cadena agroindustrial, tal como lo ha hecho a lo largo de su historia, interrumpida ahora en uno de los momentos más acuciantes y de mayor necesidad. Sumado esto, el nivel de tasas del sistema financiero argentino desalienta todo emprendimiento y actividad económica sustentable.

Genera un sentimiento de impotencia y sorprende que nuestros países vecinos integrantes del Mercosur crezcan en su producción agrícola, lechera o ganadera, confinando a Argentina, que siempre los había superado, a posiciones más relegadas en el comercio mundial.

Una vez más los productores deben recurrir a medidas de fuerza indeseadas frente a la inacción oficial y a la falta de respuestas a su situación de ahogo financiero y quebranto, en lugar de sentarse a la mesa junto a ellos para delinear las políticas estratégicas que permitan desarrollar normalmente la actividad y que beneficien al país en su conjunto. Esta institución demanda constructivamente un inmediato cambio en la política agropecuaria y tributaria. Creemos firmemente, que la labor conjunta entre lo público y lo privado, brindarán las herramientas necesarias para superar este tipo de adversidades.