La campaña agrícola argentina 2015/16 continúa desarrollándose bajo gran incertidumbre. Así comienza el último informe técnico del Foreign Agricultural Service del Departamento de Agricultura norteamericano (Usda), que considera que si las condiciones actuales no cambian, la Argentina se encaminará a enfrentar una caída de entre 5% y 10% del área sembrada total en el próximo ciclo, que marcará los primeros meses del gobierno que suceda al de Cristina Fernández de Kirchner desde diciembre próximo.
El informe sostiene que las elecciones de octubre tendrán gran influencia en
las decisiones de siembra para la cosecha gruesa."Si las políticas (actuales)
continúan, puede haber un gran traspaso de área sembrada de maíz a soja",
sostiene el informe. Y considera factible que "con políticas más amigables, las
áreas destinadas a ambos cultivos serían similares a las del ciclo previo. Esas
son las únicas menciones que el reporte hace a la soja, porque no la incluye en
las proyecciones de área a sembrar y menos aún, de producción estimada.
El trabajo, que actualiza las previsiones sobre "granos y alimentos" y sirve de
base para las estimaciones oficiales del Usda sobre áreas sembradas, producción
y demanda de granos y oleaginosas, remarca que el escenario que el organismo
informó en el reporte anterior (marzo último) para la Argentina no sufrió
demasiados cambios.
Adicionalmente, pronostica bajas importantes para la producción de trigo, donde "ya se ha sembrado medio millón de hectáreas" menos que el año previo, sin reemplazo por la cebada (que cubrió casi la misma superficie que en 2014), y tiene un cálculo más que desalentador para la próxima campaña de maíz, con caídas de entre 15% y 30% en el área sembrada; sorgo y arroz.
"En general, la campaña 2014/15 tuvo altos rindes, pero la mayoría de los casos con rendimientos negativos", sostuvo el reporte.
Esa situación es producto de "una combinación de factores" que incluyen "precios globales de los commodities significativamente más bajos; alta inflación local con directo impacto en los costos de producción; una devaluación del peso muy por detrás de alza del costo de vida; retenciones; política interna que limita las ventas externas de trigo y maíz; costos elevados de fletes; alta presión tributaria y altas tasas de interés que limitan el acceso al financiamiento".