El ministro de Economía y precandidato a diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires, Axel Kicillof, se apartó por un momento de la defensa dogmática del "modelo" que suele hacer en sus exposiciones públicas y dejó definiciones optimistas, pero moderadas, con respecto a la economía que recibirá el próximo gobierno. Tendrá -sostuvo- un crecimiento mínimo, con una inflación alta aunque en desaceleración; deudas por encima del 40% del producto bruto interno, y la expectativa de que una mejora de la economía mundial le permita al país comenzar a reducir el creciente déficit fiscal, que consideró transitorio.

En una entrevista con Joaquín Morales Solá para el ciclo Conversaciones en LA NACION, que transitó con tono afable y una sonrisa distendida incluso para responder consultas sobre la devaluación de enero del año pasado, el encarecimiento de los precios o el cepo cambiario, Kicillof reconoció que la demanda de los fondos buitre es un problema todavía no resuelto. "Pagar es una trampa. No pagar nada es imposible. Lo entiendo. Entonces estamos trabajando en una negociación, que implica una correlación de fuerzas, como pasó con Repsol", dijo.

El ministro de Economía despertó interés en la Redacción de LA NACION, apenas un escalón por debajo del que atrajo la presencia de la actriz Natalio Oreiro, que semanas atrás participó del mismo ciclo. Kicillof se mostró sorprendido por la cantidad de gente que se acercó a saludarlo.

Respecto de la pelea con los fondos buitre, profundizó: "Cuando ocurrió lo de YPF, Repsol pidió US$ 18.000 millones. Terminó cobrando US$ 5000 millones en bonos a 10 años. Me pongo en el lugar de Paul Singer [titular del fondo Elliot], donde no quiero estar ni un minuto. Hay un candidato a presidente que tiene chances de ganar [por Mauricio Macri], que dice que me va a pagar todo lo que pido. ¿Negocio con estos que me quieren pagar muchísimo menos de lo que pido? No. Ahora agradezco que el Pro diga que si ganaran negociarían con la garra con la que se hizo en todo este tiempo", sostuvo.

También anticipó un debilitamiento de los acreedores del país. "Si se deja pasar el tiempo, el poder va disminuyendo. Creo que los buitres están bastante desinflados. Es cuestión de encontrar la oportunidad precisa. Se deberían sentar en algún momento con más cordura. En condiciones justas, equitativas, sostenibles para la Argentina. No tienen la espada de Damocles sobre la Argentina, tienen un escarbadientes. Tenemos que arreglarlo, pero en condiciones razonables, que no comprometan el futuro".

El jefe del Palacio de Hacienda fue moderadamente optimista sobre el futuro. "El término herencia económica es bastante amplio. Casi todo gobierno que toma el mando dice que tiene una herencia muy pesada, difícil de resolver. Dudo que el próximo diga eso. Porque había problemas que había en el año 2001, uno de ellos tremendo y dominante, como la deuda externa. El peso de los intereses de la deuda sobre el presupuesto, el producto bruto, que en 2001 llegó a ese exagerado 166%. Hoy está en 40 por ciento."

Según su mirada, la economía está empezando a mejorar. "Veo en el segundo semestre de este año señales categóricas. Incluso [Orlando] Ferreres, un consultor privado, está mostrando una evolución positiva del PBI. Vamos a tener crecimiento. Ni siquiera el FMI dice que va a bajar. Una cosa es estar cayendo 2%, como le pasa a Brasil, y otra es crecer poco. Habrá que ver qué podemos hacer desde el Gobierno para consolidar y acelerar ese crecimiento." Pero el contexto internacional será problemático: "China va a tener este año el peor crecimiento de los últimos 25 años, 6,8%. Es decir, el mundo está bastante desacelerado en general. El Gobierno que venga va a recibir un año más de nuestra economía en un contexto complejo", explicó Kicillof.

Respecto del encarecimiento de los precios, sostuvo: "A mí la inflación me da más bajo del 25%. En el presupuesto dijimos 15%. Ahora decimos, entre 18 y 20%, y la oposición habla de un máximo 25%. Veo una fuerte desaceleración. Si me preguntás, sería mejor que continúe la desaceleración. Sí, por supuesto. Por eso trabajamos para ese lado".

"El año pasado hablaban de espiral inflacionaria. A mí no me tranquiliza que los economistas se equivoquen. Yo también di una inflación alta a principios de 2014: 3,7%. Anualizado, era 44%. Ahora, la del último mes da 11%. Incluso para [Carlos] Melconian la inflación mensual fue de 0,9%, más baja que la del Indec". Y aumentó la apuesta: "Les pregunto a los que se equivocaron con los pronósticos si se pueden hacer cargo de lo que proponían. Se pudo desacelerar la inflación sin hacer un ajuste", sentenció.

"Los economistas ortodoxos están escandalizados con el déficit fiscal. Hay una relación entre el déficit financiero y el PBI de 3,7%. No tenemos un déficit que nos ponga más arriba de los países de la región ni de Estados Unidos. Cuando vimos venir la crisis internacional, tomamos una serie de medidas. Procrear, Progresar, Precios Cuidados, Ahora 12. Se llama política anticíclica. Entiendo que hay economistas que no quieren que el Estado se meta con el ciclo económico, pero son pocos. Eso genera déficit, es cierto, pero es transitorio", anticipó Kicillof.

Sobre la devaluación de Brasil, aseguró que "la Argentina no se desespera. Cuando sube Lula, el dólar estaba 4 reales. Hoy está 3,3, luego de la última devaluación. Cuando Brasil devalúa, lo último que debe hacer la Argentina es aplicar una reacción espejo, sobre todo porque Brasil demostró que devalúa y revalúa. Las devaluaciones grandes son recesivas e inflacionarias. Arman lío interno y no reactivan exportaciones".

Optimista, pese a todo

Inflación

"La inflación me da más bajo del 25 por ciento. En el presupuesto dijimos 15 por ciento. Ahora decimos entre 18 y 20 por ciento, y la oposición habla de un máximo 25 por ciento. Veo una fuerte desaceleración. Si me preguntás, sería mejor que continúe la desaceleración. Sí, por supuesto. Por eso trabajamos para ese lado"

Déficit

"Los economistas ortodoxos están escandalizados con el déficit fiscal. Hay una relación entre el déficit financiero y el PBI de 3,7 por ciento. Cuando vimos venir la crisis internacional, tomamos una serie de medidas. Se llama política anticíclica. Entiendo que hay economistas que no quieren que el Estado se meta con el ciclo económico, pero son pocos. Eso genera déficit, es cierto, pero es transitorio".