Una dura frase que expresaron en voz baja dos referentes en el rubro de los viveros para el agro gráfica la situación del sector: “Los viveros se están viniendo abajo”. Es que según un sondeo en tres viveros de la plaza local, dentro de la provincia cada vez se venden menos plantines para superficies nuevas y reposición, y este año no es la excepción: cayó hasta 50% la venta de plantines de vid y hasta el 70% la de olivos respecto a igual lapso del año pasado. En el sector privado, entidades olivícolas y de viñateros no dudaron en atribuírselo a la crisis que sufre el agro, con precios estancados y alza de costos, según publicó Diario de Cuyo.

“Los únicos plantines de vid que se venden son para clientes de otras provincias, especialmente de Córdoba. Lo que sale mucho es la variedad Cabernet”, dijo un reconocido viverista de Pocito en voz baja. Por parte del olivo, la situación es más rigurosa, ya que desde los viveros confirmaron que este año directamente es imposible conseguir clientes; “tuve que regalar 110 mil plantas porque no las vendía”, confirmó otro empresario conocido de Pocito. “No se está vendiendo nada, es imposible seguir porque al campo lo han aniquilado”, agregó y confió que este año se vio obligado a reducir el personal.

Los viveristas coincidieron en que incluso el mes de febrero, en el que tradicionalmente se registran buenas ventas, este año fue muy malo, ya que hubo una importante disminución que dejó una caída del 91% en las ventas de esta planta.

La consecuencia directa de la falta de inversión en el campo se refleja en viñedos viejos y con menor rendimiento. Los viñateros no sólo adquieren nuevas plantas para incrementar las hectáreas cultivadas, sino que luego de unos años deben comprar vid para renovar los parrales viejos. Juan José Ramos, presidente de la Asociación de Viñateros, le atribuyó este desplome en las ventas a la dura situación que experimenta actualmente la vitivinicultura: “Es imposible reponer las plantas, el viñatero con todos los problemas económicos que está atravesando no puede pensar en ponerse a replantar los parrales o hacer barbecho”. Por su lado, Eduardo Garcés, titular de la Federación de Viñateros destacó que la “la durabilidad de un viñedo, en promedio de todas la variedades, suele ser alrededor de 20 años”, por lo que siempre es necesario reponer plantas. No obstante, no ocultó su anhelo de que no repunte la venta para nuevas plantaciones. “Entendemos la situación de los viveros pero como viñateros esperamos que se mantenga la misma cantidad de producción porque nuestro sector no soporta más viñedos”, se quejó.

La presidente de la Cámara Olivícola, Analía Mingorance, ratificó el dato de una disminución del 70% en ventas de plantines de olivo en la provincia en el primer semestre, “aunque quizá el mes que viene aumente, porque la fecha para plantar es en septiembre, cuando ya pasaron los vientos Zonda”. La titular de la entidad aseguró que este derrumbe en las ventas se debe a que la olivicultura ha dejado de ser rentable, por sus altos costos de producción: “El olivo es un gasto de $2.500 de costo por hectárea cultivada, además las retenciones de exportación; y así no podemos competir con los productores españoles”.