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Muy difícil hablar de cambio en el discurso de Mauricio Macri: lo que él afirmó ahora ya lo había dicho en noviembre de 2014, primero por AM Mitre, luego lo amplió por AM La Red, y también hubo una crónica en el diario La Nación. En ese momento no sorprendió tanto que hablara de mantener estatal a Aerolíneas Argentinas, de continuar con la Asignación Universal por Hijo, etc. Lo que sí sorprendió fue que, luego de aquel nuevo discurso, Macri decidió ignorarlo en los hechos y su apertura fue tan limitada que le impidió incorporar a Sergio Massa, un error enorme de su campaña, consecuencia, en parte, de dar por cierto un conjunto de mentiras que le lanzó el Frente para la Victoria. Por lo tanto, lo que importa es si Macri está realizando un cambio de estrategia o no lo está haciendo. El periodista e historiador Ceferino Reato dialogó con Urgente24 Radio (FM Concepto) sobre el cambio en el precandidato Macri y su impacto en el electorado.

Desde su columna dominical 
Desde su columna dominical en el diario Clarín, Eduardo van der Kooy explicó su enfoque acerca del giro en el discurso y la estrategia deMauricio Macri:
 
"(...) El macrismo venía encallado en la idea de que un 60% de la sociedad aspira a un cambio para el gobierno que viene. La convicción surgía de trabajos de opinión pública que, sobre todo, maceró el ecuatoriano Jaime Durán Barba. Cambio y pureza, eran las palabras contundentes del plan. La percepción indujo a Macri a desistir de cualquier acercamiento con el Frente Renovador de Sergio Massa. También lo impulsó a retacear al radicalismo lugares en la confección de los binomios y las listas. Sólo a último momento, de apuro, aceptó colocar al lado de María Eugenia Vidal, en Buenos Aires, al radical Daniel Salvador. Pero ese ex intendente casi no asoma en la campaña, en la publicidad, ni en los timbreos que Macri, Vidal y Gabriela Michetti realizan en los rincones inhóspitos del Conurbano. Los radicales no dejan de tomar nota.
 
Nadie conoce bien si los números ajustados del balotaje en la Capital estremecieron los cimientos de la estrategia macrista original. O si existieron otros indicios antes de esa ingrata novedad. Vidal y Michetti habrían recogido la certeza de que en los sectores más desprotegidos de la sociedad, que están por encima de un tercio, el kirchnerismo habría sabido inocular el miedo. La creencia de que una hipotética futura administración macrista nacional sea restrictiva y fulmine las prestaciones sociales que Cristina expandió a falta de un esquema para generar desarrollo y trabajo. Se sabe que 17 millones de personas, entre ellos los jubilados, dependen directa o indirectamente del dinero del Estado.
 
Esa presunción podría ayudar a comprender las seguridades que Macri brindó acerca de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la ANSeS o los planes sociales. Menos explicables resultaron sus argumentos sobre Aerolíneas Argentinas en el instante en que la empresa desnudó su descontrol en el comienzo de las vacaciones invernales. A los ciudadanos que viajan por el aire podría importarles más la eficiencia del servicio que la identidad de la aerolínea. Sobre todo si su déficit es millonario, como lo es. Sólo el desorden operativo de los últimos días habría tenido un costo aproximado a los US$ 10 millones. 
 
Las vacilaciones macristas sobre el horizonte de un cambio tampoco parecieron rodar bien en el interior de la coalición. Sanz sigue convencido, como Carrió, de que la demanda de ese cambio existiría. Las diferencias podrán disimularse en el tránsito hacia las PASO porque aquel par de dirigentes pulsea con Macri la candidatura a presidente del sector. Pero la vida política continuará. ¿Cómo concialiarán esa ambivalencia hasta octubre si el ganador fuera el líder del PRO? ¿Cómo lo harían si llegara a irrumpir el senador radical?
 
En el fondo podría estar despuntando otra cosa. La dificultad de la alianza para su consolidación. (...)".
 
 
Desde el diario La Nación (de línea editorial que simpatiza mucho con el PRO), Lucrecia Bullrich intentó un enfoque positivo de lo que está sucediendo, a propósito de lo que afirma el columnisa de Clarín: Macri abre un abanico para consolidar un espacio. 
 
"(...) ¿Habrá gestos de apertura de Macri hacia sus aliados en los próximos 15 días? ¿Alguna señal de que el "amarillo puro" podría admitir matices antes de la interna? ¿O seguirá refugiado en su estrategia individual sin mirar hacia los costados?
 
Cerca de Macri aseguran que el jefe de Pro "ya entendió que tiene que abrirse" y citan como primera evidencia el giro discursivo que hizo el domingo (cuya oportunidad, modo e intensidad todavía se discuten dentro de Pro). 
 
(...) desde Tucumán, donde por pocas horas no se cruzó con Carrió, Sanz celebró el giro retórico de Macri y lo interpretó como un acercamiento al discurso y las prioridades de la UCR. "No creo que Macri se haya kirchnerizado, en todo caso, hay una visión suya del Estado acercada al radicalismo", evaluó ...
 
Más allá de las campañas individuales, en Pro, la UCR y la CC existe consenso en torno a que Macri, Sanz y Carrió deberían mostrarse juntos antes del 9 de agosto. De hecho, hay conversaciones para generar "por lo menos una" coincidencia en las próximas dos semanas.
 
(...) Cerca de Sanz prefieren poner el acento en que los 15 días previos a las PASO "serán de plena competencia" y citan el discurso del líder radical contra "el riesgo de la estrategia monocolor" (que, igual que Macri, Sanz estrenó esta semana).
 
"Somos socios, pero ahora competimos", analizó ante LA NACION Walter Ceballos, candidato a diputado por San Luis y hombre de confianza de Sanz. Obediente al pedido de mayor apertura que su jefe le hizo a Macri, añadió: "El que gane las PASO de Cambiemos va a necesitar de todos para ganar en octubre". El acento en el "todos" no fue inocente. (...)".
 
Precisamente lo que ocurre con Macri fue el motivo del diálogo con Ceferino Reato en Urgente24 Radio, antes que escribieran los colegas de Clarín y La Nación. 
 explicó su enfoque acerca del giro en el discurso y la estrategia de Mauricio Macri:
 
"(...) El macrismo venía encallado en la idea de que un 60% de la sociedad aspira a un cambio para el gobierno que viene. La convicción surgía de trabajos de opinión pública que, sobre todo, maceró el ecuatoriano Jaime Durán Barba. Cambio y pureza, eran las palabras contundentes del plan. La percepción indujo a Macri a desistir de cualquier acercamiento con el Frente Renovador de Sergio Massa. También lo impulsó a retacear al radicalismo lugares en la confección de los binomios y las listas. Sólo a último momento, de apuro, aceptó colocar al lado de María Eugenia Vidal, en Buenos Aires, al radical Daniel Salvador. Pero ese ex intendente casi no asoma en la campaña, en la publicidad, ni en los timbreos que Macri, Vidal y Gabriela Michetti realizan en los rincones inhóspitos del Conurbano. Los radicales no dejan de tomar nota.
 
Nadie conoce bien si los números ajustados del balotaje en la Capital estremecieron los cimientos de la estrategia macrista original. O si existieron otros indicios antes de esa ingrata novedad. Vidal y Michetti habrían recogido la certeza de que en los sectores más desprotegidos de la sociedad, que están por encima de un tercio, el kirchnerismo habría sabido inocular el miedo. La creencia de que una hipotética futura administración macrista nacional sea restrictiva y fulmine las prestaciones sociales que Cristina expandió a falta de un esquema para generar desarrollo y trabajo. Se sabe que 17 millones de personas, entre ellos los jubilados, dependen directa o indirectamente del dinero del Estado.
 
Esa presunción podría ayudar a comprender las seguridades que Macri brindó acerca de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la ANSeS o los planes sociales. Menos explicables resultaron sus argumentos sobre Aerolíneas Argentinas en el instante en que la empresa desnudó su descontrol en el comienzo de las vacaciones invernales. A los ciudadanos que viajan por el aire podría importarles más la eficiencia del servicio que la identidad de la aerolínea. Sobre todo si su déficit es millonario, como lo es. Sólo el desorden operativo de los últimos días habría tenido un costo aproximado a los US$ 10 millones. 
 
Las vacilaciones macristas sobre el horizonte de un cambio tampoco parecieron rodar bien en el interior de la coalición. Sanz sigue convencido, como Carrió, de que la demanda de ese cambio existiría. Las diferencias podrán disimularse en el tránsito hacia las PASO porque aquel par de dirigentes pulsea con Macri la candidatura a presidente del sector. Pero la vida política continuará. ¿Cómo concialiarán esa ambivalencia hasta octubre si el ganador fuera el líder del PRO? ¿Cómo lo harían si llegara a irrumpir el senador radical?
 
En el fondo podría estar despuntando otra cosa. La dificultad de la alianza para su consolidación. (...)".
 
 
Desde el diario La Nación (de línea editorial que simpatiza mucho con el PRO), Lucrecia Bullrich intentó un enfoque positivo de lo que está sucediendo, a propósito de lo que afirma el columnisa de Clarín: Macri abre un abanico para consolidar un espacio. 
 
"(...) ¿Habrá gestos de apertura de Macri hacia sus aliados en los próximos 15 días? ¿Alguna señal de que el "amarillo puro" podría admitir matices antes de la interna? ¿O seguirá refugiado en su estrategia individual sin mirar hacia los costados?
 
Cerca de Macri aseguran que el jefe de Pro "ya entendió que tiene que abrirse" y citan como primera evidencia el giro discursivo que hizo el domingo (cuya oportunidad, modo e intensidad todavía se discuten dentro de Pro). 
 
(...) desde Tucumán, donde por pocas horas no se cruzó con Carrió, Sanz celebró el giro retórico de Macri y lo interpretó como un acercamiento al discurso y las prioridades de la UCR. "No creo que Macri se haya kirchnerizado, en todo caso, hay una visión suya del Estado acercada al radicalismo", evaluó ...
 
Más allá de las campañas individuales, en Pro, la UCR y la CC existe consenso en torno a que Macri, Sanz y Carrió deberían mostrarse juntos antes del 9 de agosto. De hecho, hay conversaciones para generar "por lo menos una" coincidencia en las próximas dos semanas.
 
(...) Cerca de Sanz prefieren poner el acento en que los 15 días previos a las PASO "serán de plena competencia" y citan el discurso del líder radical contra "el riesgo de la estrategia monocolor" (que, igual que Macri, Sanz estrenó esta semana).
 
"Somos socios, pero ahora competimos", analizó ante LA NACION Walter Ceballos, candidato a diputado por San Luis y hombre de confianza de Sanz. Obediente al pedido de mayor apertura que su jefe le hizo a Macri, añadió: "El que gane las PASO de Cambiemos va a necesitar de todos para ganar en octubre". El acento en el "todos" no fue inocente. (...)".
 
Precisamente lo que ocurre con Macri fue el motivo del diálogo con Ceferino Reato en Urgente24 Radio, antes que escribieran los colegas de Clarín y La Nación. 
“El PRO intenta captar un sector de votantes que prefería a Scioli, que quiere cambio pero en el estilo tienen miedo o están contentos con algunas políticas del kirchnerismo, que sería parte del consenso social post crisis del 2001, que lo aprovecha y lo convierte en algo redituable. Hablamos de esa preferencia del Estado frente al mercado, por el consumo, por las inversiones, etc., pero en realidad todas las políticas del kirchnerismo que impactó todo en ese consenso social, tiene todavía mayoría popular y electoral”, analizó Reato. 
 
Más adelante, él se refirió al estilo del PRO para llevar adelante sus políticas y campaña electoral: “El PRO es un partido muy pragmático y de gestión, les cuesta confrontar, fijate (Miguel)  Del Sel. (Daniel) Scioli se da el lujo de llevar a (Carlos) Zannini, que es una persona oscura y la única persona que lo critica fuerte es (Elisa) Carrió, pero nadie del PRO se atreve a decir nada. Les ha ido bien con otro estilo y evitan la confrontación”.
 
Parte del diálogo con Ceferino Reato: 
 
Edgar Mainhard: -¿Y cómo ves el supuesto cambio de discurso del PRO? 
 
Ceferino Reato: -El PRO intenta captar un sector de votantes que prefería a Scioli, que quiere cambio pero en el estilo tienen miedo o están contentos con algunas políticas del kirchnerismo, que sería parte del consenso social post crisis del 2001, que lo aprovecha y lo convierte en algo redituable. Hablamos de esa preferencia del Estado frente al mercado, por el consumo, por las inversiones, etc pero en realidad todas las políticas del kirchnerismo que impactó todo en ese consenso social, tiene todavía mayoría popular y electoral. 
 
EM: -¿Te acordás que Néstor Kirchner decía: “venimos del séptimo infierno”?, intentaba convertir el consenso social en un eslogan... 
 
CR: -También sobre los DDHH, como demanda que había resurgido luego de 2001. El PRO llegó al convencimiento que había que cambiar el discurso, habrá que ver si ganan o pierden, pero eligieron mal el momento de anunciar eso porque sonó en el marco de un triunfo que no fue el esperado, como un cambio obligado por una situación de derrota o no esperada. 
 
EM: -¿Lo tolera el votante tradicional del PRO y lo entiende? 
 
CR: -Puede ser que alguno se escapen hacia Carrió pero todos sumados después de agosto, piensa que no queda otra que votarlo a él. El cambio es difícil porque falta poco tiempo y Scioli se viene posicionando bien en ese sector. Pero el cambio de discurso demuestra que Macri quiere ganar. 
 
EM: -Además de que con el timing hubo un problema, ¿no es tardío también? 
 
CR: -Sí, es como una reacción tardía porque no tiene nada que ver con lo que venían diciendo los gurús del PRO. Si este discurso lo hubiesen tenido hace un mes, hubiesen cerrado con Massa en la provincia porque la ausencia de alianza se debe a un discurso anterior.
 
EM: -Eso es lo mas llamativo, la contradicción... 
 
CR: -Hasta hace un mes el 60% de la gente quería un cambio y hoy ese porcentaje se ha reducido.
 
Claudio Chiaruttini: -Lo lógico era cambiar el discurso y luego hacer un acuerdo con Massa pero hicieron exactamente al revés, generando doble efecto negativo...
 
CR: -Ellos no cerraron con Massa porque decían que la gente quiere un cambio neto y no se tenían que mezclar con los que estuvieron con el kirchnerismo. Las encuestas hace un tiempo detectaban otra realidad pero el cambio quizás haya surgido hace 2 semanas, esto se da por la aparente ‘calma económica’ y para cada sector hay una prebenda, sabemos que eso termina mal. Las crisis nos hacen más pobres desde el punto de vista de la cultura política. El interior sufre por la situación de los sectores agrícolas, pero eso no lo vemos en las ciudades y eso explica la fortaleza que se le atribuye al voto de Scioli. Cambiaron el estilo pero ¿mantener Aerolíneas Argentinas y el Fútbol para Todos?... estamos financiando delincuentes que además, no sucede esto ni siquiera en Brasil. 
 
CCh: -Pensando en ratio deportivo que guía las decisiones de Mauricio Macri, ¿no era de esperar? 
 
CR: -Sí, es un cambio muy abrupto y shockeó. AA puede perder todo lo que se le ocurra y no estamos en condiciones de financiar nada. 
 
EM: -¡Qué oportunidad pierde Macri de ir más allá en el debate y hacer un debate político en serio...!
 
CR: -Él estima que eso era contraproducente porque se quedaba con un 30% y perdía la elección en primera vuelta. Hay una noción del Estado como protector y desconfianza de las empresas privadas. Te dicen que todo tiene que ser estatal como si el Estado fuera eficiente en las demostraciones que tenemos todos los días. 
 
CCh: -Este gobierno ha dicho que el administrar del Estado siempre es más eficiente que el privado... 
 
CR: -Mucha gente lo piensa y lo cree. 
 
CCh: -Luis Costa, de la consultora Ipsos, tuiteó un tracking de cómo la gente siente si la empresa debe ser pública o privada desde Carlos Menem hasta acá y se nota que la gente quiere el Estado sobre un privado... 
 
CR: -Porque hay un sector de la clase media desconfiado de la globalización y de la competencia, que cree que sus saberes no sirven y necesita una protección del Estado. Pero hay motivos que ponen en cuestión eso. La noción de que vamos a pagar la fiesta no se aprendió. 
 
EM: -Ahí pierde liderazgo la oposición porque tendrías que confrontar a la gente y decir que financiar Aerolíneas y demás, tiene que ver con que se licuen los salarios...
 
CR: -Pero el PRO es un partido muy pragmático y de gestión, les cuesta confrontar, fijate Del Sel. Scioli se da el lujo de llevar a Zannini que es una persona oscura y la única persona que lo critica fuerte es Carrió, pero nadie del PRO se atreve a decir nada. Les ha ido bien con otro estilo y evitan la confrontación.