Es lógico: los tenedores de soja transitan estos días con sumo temor. Impera el desconcierto y las dudas sobre un futuro “algo mejor”.

Sin embargo, una cosa está relativamente clara. A nivel local se ha forjado un piso de $2.000. Es un dato alentador. De hecho, hace varios días que no baja del nivel de 2.100. Hoy, jueves 16 de julio por ejemplo, el disponible hizo $2130 en tanto que en el Mercado a Término de Rosario (ROFEX), el contrato de soja fábrica Julio fijó un valor de u$s 233.50.

Es poco, ciertamente; pero es algo. Vale recordar que hace tan sólo un mes, aproximadamente, el piso se hallaba cerca de $1830.

El reporte del USDA del viernes pasado trajo datos que actuaron a favor de los precios. Pero también arrojaron dudas que finalmente deprimieron los valores.

Como tal reporte, finalmente, puso en evidencia la reducción de existencias correspondientes al ciclo pasado, respecto a los cálculos del 1 de junio pasado, incluso más allá de lo que los agentes sospechaban, los precios despertaron de su letargo.

El mercado tomó así en cuenta que el nivel de stocks es menor a lo pensado.

Pero así como el organismo confirmó la reducción de stocks, no hizo lo mismo con lo que se aguardaba respecto a los rindes.

Los operadores, viendo cómo evolucionaron los cultivos bajo el exceso de lluvias, esperaban una estimación en baja para los rendimientos por parte del organismo. Y ella no se dio.

La cosa quedó igual que en el anterior reporte. El baldazo de agua fría sobre los mercados detuvo la senda ascendente.

El mes que viene será decisivo en términos de precios. En agosto se publicarán estos datos y, como resultado de lo que prevén los agentes, es muy probable que allí se reduzcan los rindes finalmente.

Otro factor depresor en los valores han sido, hasta la fecha, los problemas económicos y financieros de China. Pero la realidad es que, difícilmente se pronuncien.

Así las cosas, si los daños por exceso de agua se evalúan correctamente, es probable que la tendencia alcista siga en camino. Suavemente, pero en marcha.

No es tiempo, ahora, de escepticismo. Las perspectivas muestran mejoras.