CÓRDOBA.- El sector de los frigoríficos en Córdoba sigue en crisis. En los últimos años cerraron cinco establecimientos medianos y grandes (representaban 200.000 cabezas, 18% de la faena cordobesa) y el único exportador que queda, Logros, está trabajando al 70% de su capacidad.
Aunque a mediano plazo las expectativas mejoran por la recuperación de la ganadería, la coyuntura es complicada. Por un lado, el valor del cuero está a niveles de 2013 (nominalmente 5% más bajo, pero frente al pico de septiembre de 2014 cayó 65%), a lo que se suman el incremento de los costos internos (60% en dos años sólo por paritarias) y la falta de novillos de exportación.
Los establecimientos, dice Daniel Urcía, presidente de la Asociación de Frigoríficos e Industrias de la Carne de Córdoba (AFIC), trabajan "a quebranto; la reinversión es importante en la faena y tiene un costo alto. Ahora está todo parado". La AFIC pidió una reunión al Ministerio de Producción provincial para analizar la situación.
Las exportaciones pasaron de representar 20% en los mejores años (2005 a 2009) a 6% en la actualidad. El consumo interno hoy es 94% del negocio y tiene pocas posibilidades de crecimiento, ya que los argentinos tienen el récord mundial de consumo de proteína animal, con 120 kilos por habitante por año.
Según analistas del sector, para que la industria aumente, el volumen de producción debe ir hacia la exportación, lo que hace imprescindible superar problemas estructurales. Urcía señala que para avanzar en las soluciones se requiere una mirada de "integración".
Logros, en Río Segundo, es el único exportador a todo destino. En el Sindicato Único de Trabajadores de la Carne, Carlos Correa confirmó a LA NACION que la actividad está al 70%: "Han caído las ventas y no hay ganado de exportación. No hay suspensiones porque nuestro convenio garantiza el pago de 70 horas quincenales; estamos al límite". La planta emplea a 430 personas.
En Córdoba quedaron 35 frigoríficos. Entre los cinco que cerraron (Estancias del Sur, Col Car, Tinacher, Carnes Huinca y San Javier) se perdieron 2000 empleos, el 30% del promedio histórico en la provincia. Y no parece haber posibilidad de que reabran porque no hay interesados.
"No se trata de buenas intenciones -explica Urcía-. Lo más barato es facilitar que reabran, pero lo más difícil es sostenerlos." Un establecimiento como Estancias del Sur requiere un capital de trabajo de $ 60 millones mensuales. Con 400 empleados, a un promedio salarial de $ 15.000 por cada uno, sólo la mano de obra implica $ 6 millones al mes. El cálculo es que con menos de 2500 animales para faenar los números no cierran.
Carnes Huinca cerró hace un año. Sus dueños, las cadenas Cencosud (Disco, Jumbo y Vea) y Casino (Hipermercado Libertad), decidieron llevar la producción a San Luis. La Municipalidad de Huinca Renancó anunció que se haría cargo. El proyecto quedó en la nada porque los costos operativos superaban sus posibilidades y, además, no tenían compradores de la producción garantizados. Los anteriores dueños tenían hacienda y, además, colocaban la carne en sus bocas de venta.
Urcía apunta que para entrar al negocio se necesita una importante capacidad financiera. No sólo para comprar la hacienda. Con una oferta limitada, la competencia se hace intensa y quien entra en el negocio debe pagar más. La actividad "no lo devuelve" rápidamente, porque las carnicerías no pueden aumentar los precios y, además, hay problemas en la cadena de pagos. "Los que están intentan no perder volumen, porque si no, pierden plata", resume.
Si alguna de las plantas cerradas reabriera, tendría que recertificar para exportar, porque ya perdieron la habilitación. Respecto de la posibilidad que abre la apertura del mercado estadounidense, ni siquiera Logros puede enviar a ese destino ya que cuando las exportaciones se clausuraron, en 2001, la planta no existía.
Un paro complica a los exportadores
El Sindicato de Trabajadores de la Carne del Gran Buenos Aires (Sicgba) alertó por el cierre de los frigoríficos exportadores, que durará diez días. La situación de las plantas es consecuencia del paro de trabajadores del Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa), enrolados en ATE, que impide la emisión de documentación fitosanitaria para el traslado de hacienda.
De todos modos, y al margen de este hecho puntual, el sindicato de trabajadores de la carne provincial advirtió por la crisis en general de la actividad y señaló que el Gobierno, pocos meses antes de finalizar su mandato, está dejando un saldo de "7500 suspensiones, 3500 despidos programados y 1000 retiros voluntarios" entre el personal de los frigoríficos exportadores.
Las consecuencias del paro ya habían sido advertidas por el Consorcio de Exportadores de Carnes ABC, que agrupa a los principales frigoríficos.