"Mi voto es no positivo", dijo Julio Cobos en la madrugada del 17 de julio de 2008. Con esa frase de extraña construcción gramática, pronunciada cerca de las 5 de la mañana, el entonces vicepresidente de la Nación tuvo que desempatar la votación en el Senado sobre la resolución 125, que imponía derechos de exportación móviles a las exportaciones de granos. Tras cuatro meses de protestas continuas impulsadas por los productores, que incluyeron cortes de rutas y movilizaciones masivas en Rosario y Buenos Aires, ese día quedó derogada la medida.
Para descomprimir la situación, la Presidenta un mes antes había enviado al Congreso la polémica iniciativa, que fue aprobada por Diputados. Cuando llegó al Senado, se produjo un empate en 36 votos. En una dramática jornada, la decisión quedó en manos de Cobos, que casi nueve meses antes había triunfado en las elecciones como compañero de fórmula de Cristina Kirchner.
La resolución 125, redactada en marzo de 2008 por el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau (hoy candidato a jefe de gobierno porteño), pretendía establecer retenciones móviles con una fórmula de cálculo que, a medida que el precio de la soja aumentaba, el Estado se llevaba la mayor parte de la renta. Eso, y la intransigencia del Gobierno en no aceptar cambios a la medida, fue lo que provocó el rechazo generalizado de los productores agropecuarios. Siete años después, los productores volverán a las rutas.