Mientras las discusiones salariales en la industria metalúrgica continúan estancadas, las paritarias en el sector aceitero ingresaron ayer en un sendero de conflicto, con la amenaza latente de una huelga desde el próximo lunes que paralizaría por completo la actividad en los puertos del Gran Rosario, el principal complejo agroexportador del país.
La advertencia fue lanzada por la federación gremial aceitera y la CGT regional San Lorenzo (que agrupa a 13 organizaciones sindicales) tras el fracaso de la reunión paritaria mantenida en el Ministerio de Trabajo con directivos de las cámaras Ciara, Ciavec y Carbio. La representación sindical, que reclama un incremento salarial del 42%, repudió la falta de un ofrecimiento que contemple su pedido y alertó que si el lunes 4 de mayo, cuando vence la conciliación obligatoria dictada en el conflicto, no se logra un acuerdo, pondrán en marcha un paro que afectará las exportaciones granarias. "La negociación se prolonga desde hace casi un mes y no hay perspectivas de acuerdo. Si no hay una respuesta en la audiencia del lunes 4, daremos inicio al plan de lucha con la huelga nacional", indicó la federación aceitera, que lidera Daniel Yofra, en un comunicado de prensa.
El estancamiento de la paritaria aceitera tiene lugar en el marco de que continúa demorada la definición de la discusión salarial en la industria metalúrgica, la negociación en la que el Gobierno aspira a imponer un aumento por debajo del 30% que luego funcione como referencia para el resto de las actividades. Ayer, con la mediación de funcionarios de la cartera laboral, la conducción de la UOM, que lidera Antonio Caló, volvió a reunirse con los representantes de las seis cámaras empresarias del sector, pero no hubo avances importantes de cara a la resolución de un acuerdo, por lo que el encuentro pasó a un nuevo cuarto intermedio hasta mañana a las 17.
Desde el gremio metalúrgico no descartaron anoche la posibilidad de avanzar con la concreción del paro de 36 horas que mantienen en suspenso si en la nueva reunión de mañana no alcanzan un entendimiento. "Se está dilatando demasiado y los metalúrgicos están esperando el aumento", indicó un referente de la UOM, quien �sin embargo� se mostró esperanzado en lograr destrabar las discusiones esta misma semana.
En el gremio de Caló deslizaron su disposición a aceptar un incremento escalonado del 30% (su planteo original era de una suba de 32% en dos tramos), aunque como condición exigen que se garantice un piso salarial de $ 8.500. A su vez, desde las cámaras ratificaron su última propuesta de un aumento de 25% en dos cuotas.
La demora en el cierre de la UOM, además de frenar la definición de la negociación de los aceiteros, también complica la definición de otras paritarias clave, como comercio y bancarios. En este último caso, la Asociación Bancaria, el gremio que lidera Sergio Palazzo, amenaza con un paro la próxima semana en reclamo de una suba de 33% más una compensación por los descuentos de Ganancias.