San José - Productores de yuca y papa de Guatemala, Nicaragua y Honduras utilizan nuevas variedades y aplican prácticas innovadoras en sus cultivos, gracias a un programa ejecutado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) junto con los institutos nacionales de investigación agrícola (INIA) de estos países centroamericanos.
El Programa Regional de Investigación e Innovación por Cadenas de Valor Agrícola (PRIICA), financiado por la Unión Europea, apoyó en el 2014 la validación de la variedad de papa ‘INTA – Karú’ en Nicaragua y la variedad de yuca ‘ICTA – Izabal’ en Guatemala, así como una trampa pegante móvil para el control de la mosca Liriomyza sp., que afecta la producción papera en Honduras.
Estas innovaciones ya son aprovechadas por productores de pequeña escala en esos países, de acuerdo con Miguel Altamirano, coordinador del PRIICA.
‘INTA – Karú’ presenta un mayor grado de precocidad, es moderadamente resistente a la enfermedad conocida como tizón tardío y es bastante resistente al virus del enrollamiento de la hoja (PLRV, por sus siglas en inglés).
El uso de la trampa pegante para controlar la mosca minadora ha permitido reducir costos de producción.
Por su parte, ‘ICTA – Izabal’ muestra un alto rendimiento y una buena aceptación por parte del productor. Esta yuca tiene buenas características culinarias, pues se destaca por su tiempo de cocción, color blanco y buen sabor.
La validación de estas tecnologías ha sido llevada a cabo por los consorcios locales de investigación e innovación tecnológica agrícola (CLIITA), cuya creación ha impulsado el PRIICA, así como por el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícola (ICTA) de Guatemala y la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (DICTA) de Honduras.
En Centroamérica el PRIICA ha apoyado la conformación de 24 CLIITA, que en el 2015 continuarán validando prácticas y tecnologías, afirmó Altamirano. Además, se evaluará el impacto económico de las mismas con los productores y sus familias.
El programa, ejecutado en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, pretende reforzar la seguridad alimentaria y nutricional de los pequeños productores a través de innovaciones agrícolas. Sus fondos ascienden a €5,6 millones de euros.