Mientras en nuestro país comenzó la cosecha a todo vapor, con la complicidad del clima, en EE.UU. se observan dudas respecto a la velocidad de siembra, aunque todavía está lejos de representar un impulso alcista. Además, esta semana tuvimos un informe de oferta y demanda del USDA que pasó casi desapercibido.
El último jueves tuvimos dos informes del USDA, por un lado, el de exportaciones, que invitó a la soja a abrir en baja, y por otro el de oferta y demanda que dejó poca tela por cortar, aún cuando suele ser más esperado. Respecto del primero, fue de los de mayor incidencia en la semana, ya que, contrario a lo esperado, se informaron cancelaciones, las cuales rondaron 175.000 toneladas. Esto podía esperarse en parte, considerando que las ventas totales se ubicaban en el 100,6% de lo anunciado por el USDA, pero no por eso dejó de impactar en el mercado. En especial si se tiene en cuenta que los operadores en Chicago ven confirmarse en estas cancelaciones la idea de que China está buscando sus granos en Sudamérica.
Mientras tanto, en relación al segundo informe, los stocks finales de soja en EE.UU. se ubicaron levemente debajo de lo esperado por el mercado y pusieron algo más de presión al precio del poroto. Sin embargo, esta novedad fue rápidamente digerida por los operadores y el daño fue menor.
Así, los informes que hasta aquí resultaban más esperados, comienzan a ceder su lugar privilegio para que lo tomen aquellos de clima y de siembra y desarrollo de los cultivos.
Precisamente, respecto a estos últimos puntos, nos encontramos en la puerta de ingreso al mercado climático estadounidense, y hay algunos sectores del extremo norte de EE.UU., donde se presentan sequías, y del extremo sur de dicho país, donde hay excesos hídricos. Estos podrían presentar problemas en las tareas de siembra y retrasar, o hasta desalentar las labores. Un caso llamativo es el de Minnesota, estado donde las lluvias han resultado escasas y se mantendrían en ausencia, siendo este el tercer productor dentro de los estados del país. En la medida que el foco se pose sobre el clima, la volatilidad en precios relacionada a precipitaciones y/o su ausencia podría despertar las cotizaciones de soja de su lateralización. Esto implica que podríamos ver subas si se profundizan los problemas, aunque si el desarrollo avanza en buena forma podríamos buscar nuevos pisos.
Mientras tanto en Argentina comenzó la cosecha con fuerza, y con ayuda del clima, el cual se muestra propicio a permitir el buen ritmo. El clima ha resultado propicio para las labores de recolección y se espera que se mantenga de este modo durante los próximos 14 días. Los rindes de soja en nuestro país resultan muy auspiciosos, ubicándose en 40.5qq/ha de momento, aunque decaerían con el ingreso de la cosecha en las zonas que aún no levantaron soja. Esto tiene como correlato los aumentos de producción que anunciaron varias instituciones en las últimas semanas, siendo el USDA el último en hacerlo, llegando a 57M de toneladas, mientras que la BCBA anuncia 58.5M. Mientras tanto, los camiones comienzan a agolparse en los accesos a los puertos de Rosario y alrededores. De momento llevamos recolectado el 14% del área esperada.
Las cotizaciones del poroto en Chicago no hicieron más que caer durante la semana. Luego de comenzar cerca de los 1000cts/bs (367u$s/tn), terminaron por descender a 950cts/bs (349u$s/tn). En este plazo tuvimos algunos condimentos que pudieron haber propiciado una suba, pero que se perdieron durante las sucesivas ruedas de operación. La cosecha en Brasil avanza a buen ritmo, aunque detrás del año pasado. Donde se evidencia más retraso es en las ventas, las cuales se ubican un 12% por detrás de lo comercializado en 2014. El incendio de depósitos de combustibles en el puerto de Santos detuvo la carga de buques sojeros, a la vez que obligó a vaciar los silos del puerto y esperar el fin del siniestro para continuar con la carga. Sin embargo, el efecto se diluyó en la semana.
Mientras tanto, en nuestro país, los precios del poroto siguieron un camino similar. La disponible retrocedió 60$/tn, hasta 1885$/tn, según la BCR, a la vez que la posición mayo pasó de 224u$s/tn a 216u$s/tn. La gran cosecha y el buen ritmo de recolección presionan los precios a la baja.
El panorama para el poroto parece poco propicio a subas si se tienen en cuenta los importantes stocks mundiales y la producción casi determinada en Sudamérica, así como la que llegaría desde EE.UU. Esto mismo lleva a que se deba ser cauto antes de plantear que se han alcanzado pisos, más aún considerando que esta semana perforamos los 220u$s/tn. Parece algo arriesgado quedarse abierto a mayores bajas, solo por creer que lo peor de la caída ya pasó. Quien tenga la posibilidad de financiarse en pesos a tasas cercanas al 30%, podría elegir esta opción para cubrir sus deudas y, luego, vender la mercadería en noviembre junto con el cierre del tipo de cambio para dicha fecha, lo que le dejaría una tasa en pesos superior al 40%. Quienes busquen una postura más conservadora, y que los deje abiertos a variaciones en el peso, podrían vender el futuro noviembre en 235u$s/tn y comprar algún call que los deje abiertos a subas de aquí a fin de año.
Cierto es que queda lugar para varias sorpresas hasta diciembre, pero habrían de enfrentarse a un contexto donde la soja está en tendencia bajista, y para pensar en romper con esta, deberían sortear varios obstáculos, antes de pensar en alzas sostenibles.
El maíz se encuentra en una situación similar en lo que a las tareas en ambos hemisferios respecta. Por un lado, se ubica ante el comienzo de la siembra en EE.UU., donde el inicio de la fecha óptima para dichos trabajos es la mitad de abril. El mercado sigue de cerca el desarrollo de esta actividad, considerando que podríamos ver un cambio en la siembra de los acres, pasando a ser implantados con soja, si el suelo no permite sembrar maíz. Sin embargo, esto todavía está lejos de impactar en precios, ya que solo sobre el final de la ventana de siembra habría confirmación de la variación, sobre todo al tener en cuenta que los farmers estadounidenses pueden, como han demostrado varias veces, sembrar entre 20% y 25% del área total en una semana. Por otro lado, el lunes 13/4 se presentará el primer avance de siembra, donde comenzaremos a tener mayor información de la situación descripta.
Mientras tanto en Argentina, la recolección de maíz alcanza el 17% del área a cosechar, con un rinde que ronda 89qq/ha. Cierto es que todavía resta agregar los rindes de zonas marginales, pero la proyección de forrajero para comercialización continúa rondando los 23M de toneladas.
La situación del maíz resulta algo endeble al contemplar que las últimas cinco ruedas terminaron con bajas, y que parece sostener una tendencia bajista de mediano plazo. A esto hay que sumar, a la hora de pensar en poner precio a la producción local, que nos enfrentamos a la ausencia de ROEs que incentiven compras de parte de exportadores, mientras que los ya otorgados, cerca de 8M, están prácticamente completados. El jueves comenzaron a circular rumores indicando una nueva apertura de permisos de exportación, sin precisar cantidad ni plazo. Puede que esta haya sido el causante de la recuperación que vio el disponible, el cual subió hasta ubicarse cerca de 980$/tn, según las condiciones de venta. De concretarse la apertura, y si el mercado da señales de reaccionar, podría ser una buena oportunidad para cerrar ventas.
Tal como el caso del poroto, el del forrajero es un escenario que deja poco lugar a las subas si antes no se presentan algunas noticias que agiten el avispero. En este caso podrían ser más cercanas si se traspasaran acres de maíz a soja en EE.UU., pero como se refirió previamente, aún falta para esa decisión.
Por último, creo importante destacar lo siguiente. Las tareas relacionadas
con la mejora de la producción van de a poco llegando a su fin en nuestro país,
final que tocaremos cuando termine la recolección de soja y maíz, o al menos los
cultivos de primera. Llegando este momento, el productor ha de prestar especial
atención a la comercialización si ha de asegurar una rentabilidad para todo su
esfuerzo. El contexto económico no ha jugado de la forma más favorable para el
agro argentino y, de momento, da pocas señales de que vaya a comportarse
distinto. Suponer que lo único que resta por hacer es guardar la soja y esperar
a que cambie la situación económica del país parece más bien un síntoma de
miopía. Es ahora cuando debe realizarse el ejercicio más fuerte en planificar la
comercialización de la cosecha, asegurando que se cubran las deudas, más allá de
la forma de pago, y se obtenga un margen de ganancia, más allá del negocio que
se utilice para vender.
Por Ignacio Cuevas – Analista de Mercados INTAGRO