Los dirigentes de tres de las cuatro gremiales agropecuarias encabezarán
entre este miércoles y el viernes un cese de comercialización de cereales y
hacienda en pie, para poner en agenda los problemas que atraviesa el sector,
exigir cambios urgentes en la política oficial y buscar que el campo sea parte
de la agenda fundamental de los precandidatos a suceder a la presidenta Cristina
Fernández de Kirchner desde diciembre próximo.
El paro dividió a la mesa de enlace, dado que por primera vez en los últimos
siete años no se moverá en bloque. Eso porque Federación Agraria (FAA) decidió
no adherir al cese comercial y lanzó su propia movilización hacia el Ministerio
de Agricultura para el jueves 19 en demanda de políticas "diferenciadas" para
los pequeños y medianos productores".
Pese a los esfuerzos de los dirigentes de las cuatro entidades, que
aseguraron que continuarán coordinando acciones en los temas en los que
coinciden, la decisión de los federados es un punto final en el camino que
recorrió el gremialismo rural desde el 11 de marzo de 2008, cuando el gobierno
de Cristina anunció la puesta en marcha de la resolución 125, que imponía las
retenciones móviles para los principales cultivos de la Argentina (soja, maíz,
trigo y girasol) y derivó en una pelea de cuatro meses que terminó en julio de
ese año con el voto "no positivo" del entonces vicepresidente Julio Cobos.
El presidente de Sociedad Rural (SRA), Luis Etchevehere, afirmó que la
protesta será "contundente" pero descartó que haya problemas de abastecimiento
en las ciudades. "Serán 3 días de cese de comercialización en toda la Argentina
y de todos los productores en señal de protesta a las políticas que lleva
adelante el Gobierno, como la altísima presión impositiva, prohibición de
exportación y la inflación que provoca costos exorbitantes", remarcó el
dirigente rural. La medida tendrá una modalidad "especial" para los productos
perecederos, como frutas, verduras y leche.
El cese comercializador, una modalidad que el sector rural ya adoptó en los
últimos años y que cuyo termómetro principal suele estar en el escaso o nulo
ingreso de animales al mercado de hacienda de Liniers, coincide con la previa al
inicio de la cosecha gruesa, de la que la soja es la estrella y se espera que
esta campaña deje una producción sin precedentes, calculada en 58 millones de
toneladas.
Esa previsión de cosecha récord local, sumada a la supercampaña que también
se espera en Brasil y la producción de casi 110 millones de toneladas de poroto
que tuvo Estados Unidos, y una demanda que no crece al ritmo de la oferta
global, son los principales factores que hacen que la oleaginosa valga hoy 28%
menos, o casi u$s 150 por tonelada (a precios FOB oficiales que son los que se
utilizan para calcular los valores internos y las retenciones) menos que a
principios de marzo de 2014.
A valores FOB actuales, si la producción sojera llega a las 58 millones de
toneladas, la campaña vale u$s 21.650 millones, eso es casi u$s 6000 millones
menos de lo que significaban las 53 millones de toneladas de soja 2013/14 que se
preveían recolectar a principios de marzo de 2014, cuando el FOB que informa el
Ministerio de Agricultura cotizaba a u$s 522 la tonelada.
A precios de Chicago, la diferencia es un poco mayor, en torno a u$s 7000 millones. La soja cerró el viernes con una caída semanal del 4,4%, hasta u$s 362 la tonelada. Eso es 32% menos o u$s 173 por tonelada menos de lo que los futuros a mayo cotizaban el 9 de marzo de 2014 en Chicago. A esos u$s 535 la tonelada, la cosecha argentina que estaba por arrancar valía u$s 28355 millones. Con los valores de Chicago actuales, la supercosecha argentina no llega a u$s 21.000 millones. Y los analistas creen que la baja de los precios persistirá, salvo que factores climáticos (como las lluvias que inundaron buena parte del área productiva argentina en las últimas semanas) afecten los rendimientos de los cultivos. La tendencia declinante, estiman los analistas, persistirá en momentos en que ya que comenzó a ingresar al circuito comercial la soja de Brasil (donde se espera una producción récord de más de 93 millones de toneladas) y porque la argentina entrará en competencia en apenas unas semanas.