Siguen pasando los días y las semanas y la evolución de los cultivos de la cosecha gruesa de Sudamérica continúa siendo prácticamente ideal. Las noticias que llegan desde Bolivia, Paraguay y Uruguay son muy halagüeñas en relación a la adecuada evolución de los cultivos de la actual cosecha gruesa. Se esperan buenos rindes con correcta calidad comercial, garantizando el volumen necesario para el consumo interno de los mencionados países y lógicamente interesantes cifras de saldo exportable.
En tanto en Brasil, a pesar de que también el clima viene acompañando a los cultivos de maíz y soja, han comenzado a generarse noticias “preocupantes” en algunas zonas de producción. El clima seco comenzó a perjudicar a algunas plantas especialmente de soja generando la posibilidad de que los rindes sean inferiores a los calculados hasta este momento.
En los estados de Goiás y de Mato Grosso do Sul ya existen algunos campos donde se habla de pérdidas importantes. A tal punto llega esta preocupación, que algunas consultoras privadas hablan de pérdidas significativas, animándose a modificar hacia abajo sus estimaciones de producción. Una consultora privada brasileña modificó su estimado de 95,4 a 91,6 millones de toneladas de soja.
Muchos analistas internacionales todavía no toman estas perspectivas como correctas o al menos las consideran “apresuradas” a la espera de posibles lluvias para los próximos días.
Además, se nota que el mercado internacional tampoco está tomando en cuenta estas informaciones, ya que quedó en evidencia que sigue la tranquilidad de los precios de la soja, el maíz y el trigo. A pesar de que en alguna jornada los valores toman rumbo positivo, luego los precios vuelven a caer y en muchos casos por debajo de lo que estaban.
También se debe considerar que tanto 95 millones o 91,6 millones de toneladas de soja, para Brasil es “un cosechón”. “Este año los brasileños apostaron a la soja, sembrándola hasta debajo de la cama” decía un analista del vecino país. Y esto es lo que también debemos tomar en cuenta. Que se sembró tantas hectáreas de soja, que en algunos casos se implantaron lotes en zonas que no son muy aptas para la oleaginosa. Y esto genera la posibilidad de que esos campos tengan problemas de producción.
En nuestro país, la evolución de los maíces, los girasoles y las sojas es bastante adecuada. De continuar el clima con el régimen de lluvias habitual en las zonas de producción de pampa húmeda, se espera que los rindes sean los correctos obteniéndose semillas de calidad comercial interesante para el consumo interno y para la exportación.
En relación al mercado, en Argentina continuamos viendo mucho cereal en manos de los productores que no ha sido vendido. No tan solo hay un carry over importantísimo en soja, sino que también existe mucho maíz y trigo sin vender. Entendemos que en algún momento los chacareros saldrán a vender parte de estos granos que tienen almacenados desde el año pasado.
La gran incógnita es: ¿qué harán con lo que cosechen este año?
Para obtener la respuesta falta poco. Si los mercados fueran transparentes y con precios coincidentes con lo que ocurre en el extranjero, muchos productores no hubieran retenido nada y lo que cosechen este año lo venderían. Tal cual se viene haciendo año tras año desde hace más de 50 años.
Pero si todo continúa como hasta ahora, difícil es poder vaticinar qué hará el hombre de campo argentino.