Luego de recorrer los primeros 20 días de este 2015, seguimos viendo como los valores de los commodities agropecuarios continúan deprimidos sin posibilidades de recuperación alguna. Cómo lo venimos anticipando en nuestros informes semanales, a pesar de que existan algunas correcciones a la suba, estas son puntuales y duran muy poco tiempo, volviendo los precios a su tendencia negativa que vienen manteniendo en los últimos meses. Insistimos que no existen noticias que puedan llegar a generar algún tipo de cambio de tendencia hacia arriba que pueda sostenerse en el tiempo.

Al monitorear la evolución de los cultivos sudamericanos, vemos que la evolución de los mismos es casi ideal. Tanto Paraguay, Bolivia, Uruguay, Brasil y Argentina están en condiciones de tener una muy buena cosecha. Esto hace que el mundo esté convencido de que la continuidad de la oferta de granos está asegurada, al menos hasta que ingrese la cosecha del hemisferio norte. Así es como los fondos de inversión volvieron a participar agresivamente en los mercados de futuros tomando clara posición vendedora en especial en la soja, maíz y trigo. Esto hace que las posiciones lejanas se encuentren con un “techo” de valor, presionado por las ventas de los especuladores.

En algún momento se consideró que la demanda del sudeste asiático impulsaría los precios a la suba, pero esta situación quedó empalidecida por el continuo derrumbe de los valores del petróleo. Recordemos que mientras el petróleo siga cotizando por debajo de los 50 dólares, será muy difícil que exista alguna recuperación de los valores del maíz y la soja por el aumento del consumo de los biocombustibles. Ya en los EEUU comenzó a manifestarse una disminución del consumo de etanol por los altos valores que tiene en relación a los combustibles fósiles. Además, también debemos considerar que mientras el dólar continúe su rally alcista, los precios de los commodities no tendrán posibilidades de recuperación.

En nuestro país la situación continúa como hace meses. Sigue difícil y complicada la comercialización del trigo, que cada vez vale menos. Aquellos productores que tienen el cereal en condiciones cámara y que no pueden defenderse con alguna calidad superior, se les está haciendo muy complicado el obtener un precio “razonable” para la venta. Ni que hablar buscar condiciones atractivas en contratos “a fijar precio”.

Todo esto genera una notable falta de transparencia en este mercado, haciendo imposible poder realizar un cálculo de tendencia de precios relacionados con lo que ocurre en el exterior. Hoy el trigo vale lo que los compradores de la exportación y molineros quieren.

En relación a la soja, los productores argentinos siguen teniendo en sus silos grandes cantidades almacenadas. ¿Cuánta soja hay guardada? Es una incógnita que se resolverá con el tiempo. Sería temerario intentar arriesgar cifras y nos podríamos equivocar. Pero que exista tanto tonelaje sin vender y en manos de los chacareros, es una variable que influirá en la formación de precios cuando comience a ingresar la nueva cosecha 2015. Porque a pesar de que los productores querrán retener lo más posible, muchos deberán salir a vender para cubrir sus gastos. Costos que cada vez son más altos por influencia de la importantísima inflación que tienen nuestro país.

En definitiva, este 2015 es muy particular por ser un año de elecciones presidenciales. Y siempre hay sorpresas demagógicas que alientan a algún sector. Pero en este caso, olvidémonos que el sector agropecuario tenga algún tipo de “beneficio” en vísperas a las presidenciales, ya que todos sabemos que piensa el actual gobierno de los productores agropecuarios argentinos.