La pérdida de competitividad de la industria argentina de alimentos y bebidas ya se siente en la balanza comercial del país. En el sector, informaron que en octubre pasado las exportaciones del rubro sufrieron la cuarta caída consecutiva en dólares, con una baja interanual de 2,1%, y alertaron que el impacto se ve con especial fuerza entre las economías regionales, que en los primeros diez meses de 2014 acumularon una baja de 11,9% en sus ingresos.
De acuerdo con un informe de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), en octubre las exportaciones del complejo de alimentos y bebidas sumaron US$ 2270 millones y, de esta manera, en el período enero-octubre de 2014 sufrieron una caída de 3,3 por ciento. La baja además fue acompañada por un retroceso de 2,7% en los precios promedio por tonelada.
Los industriales además precisaron que de los 17 sectores que integran el complejo, doce registraron bajas acumuladas durante los primeros diez meses del año, como en los casos del café, la pesca, el arroz y las carnes rojas.
"Desde el sector privado realizamos importantes esfuerzos y esperamos que el Gobierno dé prioridad y resuelva los problemas que requieren solución urgente. Éstos son los problemas estructurales que afectan seriamente la competitividad, como la presión fiscal acumulada entre la nacional, provincial y municipal, así como los costos logísticos, los incentivos para el empleo en las economías regionales, y un acuerdo con los holdouts para la necesaria inversión pública en infraestructura, así como la privada", señaló Daniel Funes de Rioja, presidente de Copal.
Las más golpeadas
Las llamadas economías regionales constituyen, por lejos, el sector más afectado por esta pérdida de competitividad. Según Copal, durante el período enero-octubre las ventas al exterior de los principales complejos productivos del interior del país retrocedieron 11,9 por ciento.
Los productores de conservas de frutas lideran el ranking de bajas en las exportaciones, con una espectacular caída del 60,4% frente a 2013, aunque a la cadena de valor de la uva no le fue mucho mejor, con un descenso interanual de 45,6%, mientras que los fabricantes de aceites de oliva sufrieron una caída de 36,2% y los de aceitunas, de 25,1 por ciento.
La crisis también se sintió con fuerza entre los productores del Alto Valle, que vieron cómo sus ingresos por exportaciones de manzanas cayeron 9,2% y los de las peras, un 10 por ciento. Según las estimaciones de la Cámara de Fruticultores Integrados (Cafi), la baja en el precio internacional de producción, sumada a la devaluación del rublo -Rusia es uno de los principales compradores de frutas argentinas-, podría provocar que las empresas de Río Negro y Neuquén resignaran ingresos por US$ 100 millones durante este año.
"Estamos atravesando la crisis más grave de la historia de los valles", afirmó Jorge Figueroa, titular de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén.
Difíciles de reconquistar
En el caso de la industria vitivinícola, con epicentro en las provincias de Mendoza y San Juan, el panorama es igual de preocupante. Por primera vez en la década, en 2013 cayó la facturación por exportaciones de vinos argentinos y cuando se hagan los números finales de 2014 se estima una nueva baja del 5% en los ingresos provenientes de las ventas al exterior, que se ubicarían en US$ 823 millones.
Las bodegas locales además advierten que los mercados internacionales que se pierden a manos de competidores como Chile, Australia o Estados Unidos después son muy difíciles de reconquistar, más allá de las campañas de marketing que se hagan para posicionar al malbec argentino.
Reclaman ayuda oficial
Productores de peras y manzanas de los valles de Río Negro y Neuquén se reunieron ayer con funcionarios para presentar la crisis que atraviesa el sector, y a la espera de medidas, se volverán a reunir hoy en la Jefatura de Gabinete, según indicó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Jorge Figueroa, titular de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, dijo que el sector "está atravesando la crisis más grave de la historia de los valles". Los productores demandaron "la urgente asistencia del Estado para poder levantar la cosecha".