En lo que tiene que ver con la soja esto se debió a cierta preocupación climática apuntando a Brasil, mientras que en maíz la cuestión pasó más bien por la expectativa de que un mayor consumo lleve a la baja las existencias finales de EEUU. El trigo por su parte estuvo debilitado en el mercado internacional.

En estos momento el mercado de granos pasa por una bisagra: está terminando de cerrar los números de oferta y demanda de EEUU, y comenzando a enfocarse en las proyecciones de producción sudamericanas. Claramente esto no es un proceso brusco, sino algo que se va produciendo paulatinamente, pero estamos al momento en una fecha clave, ya que el lunes se publicará el reporte de producción final y stocks al primero de diciembre en EEUU. Ese informe le pone un cierre a las variables productivas de Norteamérica, y permite tener una mejor idea de como viene el consumo al comparar los stock que nos informaron en el trimestre pasado con este nuevo dato. Como siempre lo que influye aquí es el juego de realidades y expectativas de mercado, pero en el fondo lo que los analistas presentan en sus proyecciones previas son justamente sus estimaciones respecto de estos elementos fundamentales.

Por el lado de Sudamérica, si bien es cierto que la superficie sembrada de maíz y soja en nuestro subcontinente ya está definida, el clima es un factor clave en la producción, y diciembre/enero es el período crítico. Tenemos que dividir aquí lo que pasa en Argentina y el sur de Brasil, donde las condiciones en general son favorables, y lo que ocurre en el norte y este de Brasil, donde está faltando humedad, y los comentarios indican que los cultivos están sufriendo estrés. A pesar de ello la CONAB incrementó esta semana la producción esperada para Brasil en 100.000 tt a 95,9 mill.tt. Si bien la variación es menor, llama la atención dada la preocupación que se recoge por medios periodísticos por el devenir climático en ese país.

En cuanto al maíz, en Argentina las condiciones son muy buenas, pero el área ha caído fuertemente. En Brasil en tanto, las condiciones son similares que para la soja. Sin embargo la cuestión de fondo es que pasará con la safrinhia, cosecha de segunda que se practica en el norte de Brasil, y en donde al sembrarse soja muy tarde, y al tener precios poco competitivos se espera una caída en la apuesta productiva. Sin embargo como el precio del maíz se reacomodó en el último mes respecto al de la soja, podríamos ver alguna sorpresa.

Pensando en la perspectiva futura debemos mencionar que la marcha de la demanda debería continuar reduciendo el stock final esperado para EEUU, pero que aún con un recorte productivo en Brasil, las existencias de soja sudamericanas volverían a subir. De allí que sea importante capturar las subas en Chicago. En maíz podemos relajarnos un poco más, ya que hay contracción de producción.

Pero al momento de trillar los cultivos de cosecha gruesa por nuestra región, en marzo/mayo, lo que realmente se estará jugando será la siembra en EEUU, algo sobre lo cual todavía no tenemos muchos datos, pero se apunta a mantener la superficie de soja y reducir la de maíz. Si esto es así, la soja podría sufrir presión negativa nuevamente, y el maíz mejorar.

En cuanto al trigo, lo que suceda en el mercado internacional es un elemento menor, en definitiva en el mercado Argentino su cotización depende del ritmo de otorgamiento de ROE VERDE y la actitud de los exportadores en cuanto a si se ven forzados a competir con la compra de este cereal o no. Por lo pronto siguen tranquilos y esto lleva a que los valores estén lejos de la paridad de pago internacional.