Aún cuando las expectativas de una gran oferta procedente de Sudamérica presionan a la baja sobre los precios, en los últimos días la soja ha logrado mantener una suave tendencia positiva en términos de valores internacionales y, por ende, argentinos.
Existe un fundado optimismo respecto a la producción de la región.
El caso argentino lo justifica. La realidad es que las precipitaciones, a lo largo de diciembre, han sido generosas y, merced a éstas, la zona núcleo ha finalizado la siembra de primera en óptimas condiciones. Se estima que más o menos el 80% de las plantas se hallan en un estado de muy bueno o excelente.
El único problema de cierta gravedad reside en las plagas derivadas de la humedad.
La de segunda, en esta zona, se está finalizando.
El problema radica en la zona occidental. La banda que se extiende al oeste de la pampa húmeda es la que sufre de escasez de lluvias.
Sin embargo, en líneas generales, el panorama positivo. Los datos oficiales nos hablan de una cifra, a nivel nacional, algo superior a 20 millones de hectáreas.
Pero la situación no es tan alentadora en Brasil. Atención: acá puede estar preparándose un determinado trampolín de precios.
En algunas partes, de considerable extensión, los cultivos de este país han estado sometidos al stress por falta de lluvias adecuadas.
El hecho podría marcar una nueva tendencia en los valores ya que éstos se han establecido sobre la estimación de una cosecha de extraordinaria proporción. En definitiva, Brasil es el primer productor de esta oleaginosa en el hemisferio sur.
Así como podría establecerse este trampolín, también hay que remarcar la fuerza depresora que efectúa el dólar refortalecido.
La tendencia positiva en el valor de esta moneda en términos de otras, como el euro y las divisas asiáticas, contribuye a reprimir la demanda proveniente de los países que las utilizan.
Finalmente, hay que recordar que la baja en el precio del petróleo, aunque por ahora haya operado en contra, es probable que a la larga actúe como un elevador de los valores de los commodities agrícolas, especialmente de la soja.
¿Por qué razón?
Pues porque, a consecuencia de la disminución del precio del combustible, los países importadores de petróleo están mejorando sus cuentas externas y de esta forma, de a poco, podrían aumentar su interés en adquirir soja.
Veamos: ¿Cuáles son los primeros importadores de petróleo en el mundo?
El primer término, peleando codo a codo el primer puesto, se destacan China y Estados Unidos. Como este último produce cada año más petróleo, en poco tiempo irá perdiendo relevancia en el ránking de los importadores.
Pero el caso de China es diferente. Este país importa unos cinco millones de barriles por día. Y de la mano de la baja del precio, su superávit comercial se ha incrementado sustancialmente.
El gobierno de Xi Jinping seguirá el camino iniciado tras el estallido financiero global de 2008, es decir el de transición de un modelo exportador a ultranza a otro donde el consumo interno cumple un papel de extrema relevancia al punto tal que el crecimiento económico no sólo depende de las exportaciones sino también del consumo local fundamentalmente por un impulso en los salarios.
El tercer mayor consumidor de petróleo del mundo es Japón. Este país posee unos recursos de petróleo muy limitados.
India tiene el cuarto lugar entre los países consumidores más grandes del mundo. Con un nivel de importación neta de petróleo que se ha duplicado en los últimos años.
No hay que ser muy perspicaz para concluir que la baja del precio del combustible debería, en principio, favorecer la demanda. Y no sólo los mencionados países, sino también el sudeste asiático ha mejorado sus cuentas externas.
De los cuatro principales importadores, tres son compradores de granos provenientes del exterior. China, por caso, es el que más puede aportar en el aumento de la demanda de soja y sus derivados.
¿Será cuestión de aguardar a que la carga se acomode?
Finaliza el año. Este es el último comentario. Desde nuestra columna, saludamos a los lectores y agradecemos la atención brindada a lo largo de 2014.
¡Feliz Año Nuevo!