En el norte de Santa Fe la alfalfa se toma revancha. La forrajera es reconocida como la base de la alimentación de los tambos de esa importante región lechera y hoy vuelve a recuperar parte del terreno que le quitó la soja en los últimos años. En buena medida esa tendencia es la resultante del comportamiento de los mercados granarios mundiales de los últimos meses, pero también es una mirada al mediano plazo. La alfalfa es un cultivo perenne, por lo tanto las inversiones en esta pastura representan una apuesta a la producción láctea de los próximos años.
En ese marco se realizó hace pocos días en Sunchales otra edición de Experiencia Forrajera, las jornadas organizadas por CLAAS y Forratec destinadas al entrenamiento en la confección de forrajes conservados.
Los productores lecheros, técnicos y contratistas de esa región tuvieron la oportunidad de escuchar y debatir con tres reconocidos especialistas. Fernando Bargo abrió el fuego con el tema “Eficiencia de conversión en sistemas lecheros de TMR parciales”, luego Paula Turiello se refirió a las “Consideraciones prácticas en el manejo de comedero de rodeos lecheros” y Patricio Aguirre Saravia, de la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros (CACF), se encargó de “Cómo ser eficientes a la hora de realizar silajes”.
Al referirse a los desafíos que enfrentan los sistemas de producción de leche, Bargo enfatizó en primer lugar la necesidad de que las vacas alcancen altos niveles de consumo de materia seca. Al respecto, indicó que eso justifica la tendencia hacia la utilización de raciones con menores tenores de humedad como es la elaboración de silajes que alcancen niveles de materia seca del orden del 40%.
También se refirió a la necesidad de disminuir la variabilidad que se suele encontrar en los niveles de consumo de las vacas y citó casos en los que, de un día para el otro, se encontraron variaciones del 25% en la cantidad de algunos ingredientes de la ración. “Este es un aspecto muy importante que se nos presenta tanto en el sistema confinado como en el pastoril –explicó-, como trabajamos con sistemas biológicos, enfrentamos planteos que son variables per se; nuestro desafío permanente es disminuir esa variabilidad”.
El especialista insistió en que en los tambos “hay que lograr altos consumos de materia seca, ya que esa es la vía para alcanzar una mayor eficiencia, y tenemos que disminuir la variación diaria de ese consumo”.
“Hemos medido casos en los que encontramos 7 u 8 litros de diferencia de producción de leche diaria entre grupos de vacas, sin que hubiese causas en términos nutricionales que lo justificaran –explicó-. Las causas estaban en deficiencias de manejo, como la falta de algún ingrediente en la dieta, o la variación drástica de la materia seca del alimento, o algún otro factor que explicó esa variación en la producción de leche y en el consumo”.
Otra de las recomendaciones que compartieron con Paula Turiello es la conveniencia de premezclar los ingredientes secos y luego agregar al mixer el resto de los componentes de la ración.
Aguirre Saravia se refirió a las diferentes situaciones con las que se suelen encontrar los contratistas al momento de realizar el picado y acondicionamiento de los silajes. “Nos enfrentamos permanentemente a situaciones variables que nos llevan a que los contratistas debamos colaborar en la toma de decisiones sobre algunas cuestiones que parecen menos importantes pero que son justamente las que hacen al buen aprovechamiento de las reservas de calidad que se pretenden obtener –explicó-, por lo tanto solemos manejarnos entre lo ideal que nos marca el manual y la realidad que nos encontramos en cada caso en función del híbrido, la fecha que se sembró, la fertilidad del lote y la variabilidad que existe entre años, de manera que tenemos que tener la cabeza un poco abierta para adaptarnos a la condición de cada momento”.
Uno de los asistentes fue el ingeniero agrónomo Hernán Pueyo, asesor con varios años de experiencia en la lechería extrapampeana. En su opinión, “la jornada dejó en claro la necesidad de seguir trabajando en la capacitación del personal que trabaja en la confección, conservación y suministro de los alimentos que se destinan a las vacas lecheras”.