El gobierno nacional oficializó su primera proyección para la cosecha de trigo de la nueva campaña, que está en proceso de siembra, y calculó la producción en 12 millones de toneladas, volumen que representa un alza del 30% respecto al resultado del año pasado. El relevamiento está en línea con otras estimaciones privadas, como la de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, que prevé una cosecha de 11,5 millones de toneladas.
El dato oficial, publicado ayer por el Ministerio de Agricultura, significa que podrían ingresar divisas por exportaciones del cereal por unos u$s 1.500 millones, aunque el número final depende de cuánto permita exportar el Gobierno.
En función de la cosecha estimada, restando el consumo del mercado interno, habría unas 5,5 millones de toneladas disponibles para la exportación. De ese total, al momento el Gobierno autorizó ventas externas por 1,5 millón de toneladas, con envíos que podrán comenzar a partir de mediados de diciembre.
El anuncio oficial fue parte de la negociación con las cerealeras, que tras varias semanas de conversaciones, terminaron asegurándole al Gobierno el ingreso de divisas por u$s 5.700 millones para los últimos dos meses del año. Las liquidaciones, que se mantienen aunque con sus vaivenes, fueron parte de la inyección de dólares que fortalecieron las reservas del BCRA, que hoy alcanzan los u$s 28.812 millones.
En el sector estiman que, del saldo de trigo exportable, algo más de 4 millones de toneladas podrían salir del país en forma de granos, y el volumen restante sería destinado a harina, generando un saldo de poco más de 1 millón de toneladas de exportación (la diferencia se explica por el índice de reconversión del trigo en harina). Con un valor FOB en torno a los u$s 255 por tonelada de trigo y un precio de u$s 450 para la tonelada de harina, el monto total que potencialmente puede ingresar en concepto de ventas externas del cereal y su derivado ronda, entonces, los u$s 1.500 millones.
En el mercado esperan que no haya nuevos anuncios de liberación de exportaciones de trigo hasta entrado 2015. Adicionalmente, siendo un año electoral "no habrá margen para errores", aseguró una fuente del sector. Pese a las trabas a las ventas externas, está fresca en la memoria de los funcionarios la crisis de abastecimiento del año pasado que elevó con fuerza el precios del pan.
Las exportaciones de trigo requieren, desde 2006, autorización previa, y esa situación genera uno de los mayores reclamos del sector agropecuario, que sostiene que los precios internos y externos no pueden competir por tratarse de un mercado regulado.
En términos productivos, la tregua que dieron las lluvias en zonas clave del país en los últimos días permitieron avanzar con las actividades agrícolas.
Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, al momento se cosechó el 21% del área sembrada con trigo. Al mismo tiempo, avanza la siembra de soja, con 30% del área cubierta, de un total de 20,6 millones de hectáreas que implican un crecimiento interanual del 3% en el área sembrada con la oleaginosa.