Necesitado de dólares, el Gobierno espera que las cerealeras comiencen a liquidar la cosecha que tienen guardada en silobolsas para garantizarse el ingreso de dinero fresco a través de las retenciones. Pero su esperanza encontró un inesperado obstáculo: a raíz de un conflicto por el encuadramiento sindical de 50 empleados, la actividad puede verse completamente paralizada.

El lunes por la tarde, la mayor planta de Cargill, una de las cerealeras más importantes del país, fue bloqueada por la filial rosarina de la Federación Aceitera Argentina. El Sindicato Aceitero de Rosario (SOEA) frenó todas las actividades del complejo Villa Gobernador Gálvez-Punta Alvear para reclamar que unos 50 empleados supuestamente tercerizados sean enmarcados dentro de su convenio.

A última hora del martes, los gremialistas resolvieron levantar la protesta tras haber recibido una convocatoria para reunirse con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Se verán el jueves a las 8:30 de la mañana.

Este jueves se definirá si habrá un paro en todos los puertos cerealeros del país

Al conocer la noticia, sus rivales de la Unión Recibidores de Granos y Afines de la Argentina (Urgara) lanzaron un paro en todos los puertos cerealeros y acopios de exportación del país para este miércoles. Pero antes de comenzar, aceptaron suspenderlo a cambio de un encuentro con el Gobierno.

"El SOEA pretende disfrazar con reclamos de los trabajadores esta práctica desleal de encuadramiento ilegal", cuestionó su secretario general, Alfredo Palacio. Esos 50 empleados cobran bajo el convenio de su sindicato y otras organizaciones similares.

El sindicato responsabilizó al Gobierno por dar lugar a ese tipo de reclamos y pidieron el encuentro para intentar impedir el pase: "Hemos pedido una reunión con el ministro Carlos Tomada para exigirle la participación como parte de este conflicto. Hemos agotado todas las instancias legales como corresponde, tratando de legitimizar nuestros derechos".

En cuanto Urgara anunció la medida de fuerza, el ministro Tomada se comunicó con Palacio y lo invitó a un encuentro para este jueves a condición de que levantasen la medida de fuerza. El líder gremial aceptó postergarla, pero aclaró que queda supeditada a que el Gobierno se comprometa a no autorizar cambios en el encuadramiento de sus afiliados. "Pospusimos la medida de fuerza a resultado del encuentro mostrando nuestra vocación de diálogo y que no queremos perjudicar el comercio exterior cerealero. No vamos a permitir el atropello de otros gremios del sector, y el Ministerio de Trabajo debe poner límites y que esto no vuelva a pasar", reclamó.