La oferta del cereal pampeano, que este año fue mínima, sería de unas 5,5 millones de toneladas, más otras 750.000 toneladas de harina. Pero los negocios podrían malograrse si el Gobierno vuelve a demorar la aprobación de los permisos de embarque.
El análisis sobre las chances argentinas de recuperar su principal mercado triguero (en los últimos años, por falta de oferta local, Brasil tuvo que importar el cereal de Rusia, Ucrania, Estados Unidos o Canadá), fueron lanzadas en el 21 Congreso de Abitrigo por el titular del Centro de Corredores de Cereales, Javier Buján. Frente a los principales importadores del vecino país, el analista aseguró que se espera un crecimiento de la cosecha del 14% y que la oferta sería suficiente para multiplicar “tres veces y media” la oferta de este año.
Según datos oficiales, la Argentina exportó a Brasil en 2013 solo 2,11 millones de toneladas, mientras que en el primer semestre de 2014 superó 1 millón. La demanda del vecino país, que es el mayor importador mundial, es muy superior, de entre 5 y 7 millones de toneladas.
Los pronósticos de Buján coinciden con los de las grandes bolsas de cereales del país. La de Rosario calculó que se sembraron 4,36 millones de hectáreas de trigo y se cosecharían 12 millones de toneladas. La de Buenos Aires es más moderada, con 4,10 millones y 11,5 millones, respectivamente. En cualquier caso, habría un saldo exportable de 5 o 6 millones de toneladas.
El Gobierno -que todavía no habilitó permisos de exportación para el trigo que ya comenzó a cosecharse- es todavía más optimista, pues el Ministerio de Agricultura sostuvo que el área sembrada trepó a 4,6 millones de hectáreas. En ese caso, si el rinde fuera el histórico promedio, la producción rozaría las 13 millones de toneladas.