El resultado de la reciente encuesta de Poliarquía para LA NACION, que le asignó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner un 40% de imagen positiva animó a algunos dirigentes oficialistas, que comienzan a dar por sentado que, de mantener esos niveles de percepción en la opinión pública, la primera mandataria debería postularse a una candidatura en las elecciones nacionales de 2015 . Esa esperanza cundió en las filas del cristinismo, aun cuando el mismo sondeo arrojó que el 41% de las 1300 personas consultadas entre el 17 y el 22 de octubre tiene una imagen negativa sobre la jefa del Estado.

"Si una encuesta hecha para LA NACION arroja un 40% de imagen positiva, eso significa que ése es el mínimo de apoyo que tendría en una elección", razonó un dirigente kirchnerista, que probablemente olvidó que la imagen positiva no necesariamente se convierte en intención de voto.

Los números de Poliarquía sobre la imagen presidencial, sin embargo, provocaron debate entre dirigentes de la oposición y entre otros analistas de opinión pública. La consultora Management & Fit, que mide mensualmente esa variable en todo el país había mostrado en su encuesta cerrada el 9 de septiembre entre 2400 personas, que la imagen positiva de Cristina Kirchner era de apenas el 26,5%, mientras que la mala llegaba al 43,8% y la regular al 25,2%; un 4,5% de los consultados no contestó o indicó que no sabía qué responder.

Los números de Poliarquía sobre la imagen presidencial provocaron debate entre dirigentes de la oposición y entre otros analistas de opinión pública

La gran diferencia con el sondeo de Poliarquía, según Mariel Fornoni, directora de Management & Fit, "reside en la cuarta parte de ciudadanos que a nosotros nos dijo tener una opinión regular sobre la Presidenta", porcentaje que en el sondeo de Poliarquía se redujo al 19%. La especialista aclaró que, en los próximos días, concluirán el sondeo correspondiente a este mes, que permitirá hacer un cotejo más certero.

Hay otra forma en que Management & Fit evalúa a la Presidenta. Es preguntando qué tanta confianza genera la forma en que Cristina Kirchner conduce el gobierno nacional. Ante este interrogante preciso, el 37% hizo una evaluación positiva (19%, mucha confianza; 18%, algo de confianza) y el 61,9% lo hizo negativamente (22,4%, poca confianza; 39,5%, nada de confianza).

En cambio, frente a la pregunta sobre la confianza que suscita Axel Kicillof conduciendo la economía nacional, los números son bastante más negativos. Sólo el 29,5% le tiene mucho o algo de confianza, en tanto que el 66,9% declara poco o nada de confianza.

Al margen de este debate sobre cómo medir a las principales figuras del Gobierno, en el cristinismo crece la idea de que, con los actuales niveles de imagen, la Presidenta debería postularse. Dado que no hay posibilidad de ser reelegida al frente del Poder Ejecutivo Nacional, las opciones, serían tres: 1) Ser candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires; 2) postularse como representante en el Parlamento del Mercosur, o 3) ser candidata a gobernadora bonaerense.

En los últimos días, también han crecido las versiones de que, finalmente, la Presidenta podría avalar una candidatura presidencial de Daniel Scioli . La alternativa de que el ministro del Interior, Florencio Randazzo , busque suceder a Scioli como gobernador bonaerense y de que Cristina Kirchner encabece la lista de diputados nacionales en la cual abundarían los representantes de La Cámpora y de otras agrupaciones claramente afines al kirchnerismo, también comienza a ser comentada con fuerza. Por ahora, un obstáculo para ese esquema sería la resistencia de Randazzo a abandonar su deseo de competir por la candidatura presidencial.

En los planes del cristinismo no se descarta que, por la dinámica de la sociedad, el candidato presidencial oficialista pueda perder

En los planes del cristinismo no se descarta que, por la dinámica de la sociedad, el candidato presidencial oficialista pueda perder. Ante esa hipotética contingencia, se espera poblar la Cámara de Diputados y, en menor medida, el Senado, de legisladores afines al más puro kirchnerismo. Mantener en el Congreso el mayor número de bancas le permitiría al actual partido gobernante negociar desde una eventual posición opositora con el próximo gobierno. El canje de gobernabilidad a cambio de impunidad es una transacción que nadie reconocerá públicamente, pero que puede rondar las cabezas de quienes contemplan el notable crecimiento de las denuncias sobre corrupción que vienen sacudiendo al gobierno de Cristina Kirchner.