La Asociación de la Cadena de la Soja Argentina celebrará su 10º Aniversario el próximo 30 de octubre en el Salón San Martín de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Pasado, presente y futuro de una cadena que nos atraviesa a todos y va por más.
En los ’70, la soja era prácticamente experimental. Pero hoy ocupa la mayor parte de la superficie agrícola argentina, genera el 25% de las divisas obtenidas en concepto de exportaciones, y está presente en unos 1018 productos que los argentinos compramos en el supermercado. Y pese a todo esto, tiene mucho potencial para seguir agrandándose.
De principio a fin, es la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (ACSOJA) el escenario donde este gran complejo establece sus consensos y se proyecta hacia el futuro bajo el slogan “Efectos positivos”.
En su décimo aniversario, la entidad llevará a cabo un encuentro del que participarán importantes referentes institucionales, empresariales y técnicos, en torno a tres paneles temáticos: el significado de la soja en la última década y los próximos diez años desde la perspectiva, por un lado, de la agroindustria y por otro, del sector de la producción, ciencia y técnica, insumos, comercio y servicios. Todo esto se debatirá el 30 de octubre, en el Salón San Martín de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, y a partir de las 15.30 horas.
“El cultivo de la soja, su industrialización, comercio y los mercados de consumo, son una actividad relativamente moderna a nivel mundial. De los principales países productores, la Argentina es el más joven”, acota Rodolfo Rossi, presidente de ACSOJA, para aclarar que en el país es una de las cadenas más competitivas en términos tecnológicos, productivos y de generación de divisas. Esto se explica por la aptitud agroecológica para el desarrollo del cultivo, la adopción constante de innovación y mejora tecnológica, tanto en la producción primaria como industrial, y el elevado saldo exportable en razón del bajo consumo interno.
Esas características distintivas empujaron fuertes inversiones que llevaron a que la Argentina sea hoy el país que más valor agrega al poroto de soja. Estados Unidos lo exporta tal cual en un 60%, le sigue Brasil y por último la Argentina, reconocida por contar con uno de los complejos industriales más desarrollados. De hecho, “es mayor la capacidad de proceso que las producciones que estamos logrando en los últimos 4 años. En ese mismo período, la Argentina se convirtió en el primer exportador mundial de biodiesel”, explica Rossi.
De un relevamiento realizado por ACSOJA en supermercados argentinos surge que hay 1.018 productos que contienen soja o algún derivado. El ingrediente más frecuente es la lecitina de soja (sumando también el rubro leche en polvo, crema de leche en polvo y cacao que contienen lecitina). Además, se encuentra proteína vegetal en medallones de carne y embutidos, bizcochuelos y budines, caldos y mezclas para preparar bizcochuelos. Hay aceite vegetal en snacks, panes y tostadas, mayonesas y conservas de pescados y mariscos. También se encuentra el grano en jugos y en salsa de soja.
Pero los usos de la oleaginosa no se acaban en la industria alimenticia para el consumo humano o animal (el más difundido, por cierto), también avanzan en la industria oleoquímica. Es el caso de Ford USA que aumentó el uso de materiales alternativos para disminuir el impacto en el medio ambiente. Presentó junto a Lear Corporation un nuevo apoyacabezas compuesto en un 25% de espuma de soja, material que es hasta un 24% más renovable que la espuma basada en petróleo y que reduce en un 67% las emisiones de compuestos orgánicos volátiles logrando con esto disminuir sus emisiones de dióxido de carbono en más de 15 millones de libras.
En la misma industria crecen los lubricantes a base de soja, que son tan buenos como los lubricantes derivados del petróleo, pero pueden soportar mayores temperaturas. Además, no son tóxicos, son renovables y no contaminantes. Por último, la soja también se usa en la industria cosmética y abre un nuevo espacio para las espumas, solventes, resinas, polímeros. Todos desarrollos que están vírgenes y que pueden generar nuevos trabajos.
Luis Zubizarreta, Vicepresidente de ACSOJA, opina que “es estratégico para la Argentina desarrollar las herramientas necesarias para agregar valor a nuestra producción agrícola. Claramente Argentina tiene ventajas comparativas en la producción de alimentos y una gran chance de liderar esta industria que se va transformando en un sector clave para el mundo en el Siglo XXI”.
En su opinión, “existe una puja con los países compradores de granos que lógicamente aspiran a comprar materia prima y agregar valor localmente; para ello utilizan diversos tipos de herramientas, registros de importación de difícil obtención a productos con valor agregado, así como diferenciales arancelarios a favor a la importación de materias primas, entre otros. Nuestro país debe hacer el esfuerzo con claras y persistentes políticas de Estado para agregar valor en origen, el mayor posible a nuestros granos, ya que cuantos más eslabones agreguemos a la cadena, más empleo, inversiones y riqueza se producirá en el país en un círculo virtuoso”.
“Este es un proceso multiplicador, pues derrama actividad fuertemente en otras cadenas productivas generando eficiencias clarísimas. Hoy somos el principal exportador de harinas, biodiesel y aceites crudos de soja del mundo. Con esos insumos disponibles localmente a precios muy competitivos deberíamos seguir multiplicando nuestra producción de carnes de pollo, cerdo y peces, además de bovina”, aseguró Zubizarreta.
En línea con esto, en la reunión por su Aniversario, ACSOJA estará lanzando un “Concurso de Ideas Proyecto sobre Nuevos Usos de la Soja”. El objetivo es impulsar el desarrollo de ideas innovadoras y nuevos eslabones que agreguen valor a una cadena que se agranda y cuenta con las mayores tasas de crecimiento del comercio mundial.