"El Marco General del proyecto remarca como un logro el castigo a los pooles de siembra mediante un aumento en la tasa del Impuesto de Sellos, afirmando que la modalidad constituye un negocio financiero" se quejó Carlos Barrero, del estudio Barrero & Larroudé, y añadió que "nuevamente es manifiesto el desconocimiento de la actividad de los pooles, muchas veces realizadas por pequeños productores para poder lograr la escala suficiente para hacerse fuerte en los contratos de la cadena de producción".
El documento también explicita que "en nuestra Provincia, tanto la imposición sobre los inmuebles como sobre los automotores y embarcaciones deportivas se aplica a tasas progresivas entendiéndose que estas materias representan capacidad contributiva directa". "No resulta coherente la comparación de inmuebles rurales con embarcaciones deportivas a los efectos de diseñar una política tributaria. Estos bienes en todos los países están exentos o son categorizados en forma diferencial, con reducción de su base imponible, para promover el ahorro y la inversión", enfatizó Barrero.
Sobre la valuación fiscal de los campos, el proyecto requiere que "se correspondan con las verdaderamente pagadas por el mercado". Para Barrero, sin embargo, la valuación que tiene el mercado de la tierra rural no es congruente o consistente con su valor productivo, lo que queda demostrado en quebrantos y muy baja rentabilidad en la empresa agropecuaria.
Y se propone un incremento del 30% de las valuaciones fiscales, además entre un 30% y 35% del impuesto para el año fiscal 2015.