La cuarta reunión internacional convocada esta semana por el Inta Manfredi contó con expertos extranjeros, más de 40 empresas proveedoras de tecnología y más de 400 productores y técnicos anotados para actualizarse e interiorizarse de las últimas novedades. Una buena parte de ellos provino de zonas de la provincia y del país donde hay déficit de lluvias y o se apunta a dar nuevos saltos y mejorar en el empleo de los componentes del sistema, según informó La Voz del Interior.
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Bajo el concepto general de un “uso eficiente del agua para riego”, el temario hizo foco en algunos ítems de avanzada: riego por sitio específico; goteo subterráneo –con experiencias en Estados Unidos y Francia–; fuentes alternativas de agua para riego y sus normativas de uso (a cargo de la española Pilar Román, que trabaja para la FAO); experiencias locales en la utilización de aguas residuales.
Los participantes recibieron, además, una publicación conteniendo 12 materiales presentados para esta ocasión por investigadores y técnicos del país y del exterior.
Variable en pivotes
El chileno Stanley Best, del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), organismo equivalente al Inta nacional, expuso sobre las tecnologías que se están aplicando para el desarrollo de riego variable por pivotes. “Hacer un riego homogéneo nos produce diferencias importantes de producción, especialmente en nuestro país, que tiene una heterogeneidad de suelos abismal. Hemos encontrado los 16 tipos de suelos en una superficie de 60 hectáreas”, ejemplificó.
En este caso, entre el instrumental que se baraja para el monitoreo de los déficit hídricos se cuenta con sensores de humedad en tiempo real, que aportan información sobre el contenido de humedad en el perfil. Los sensores permiten contar con información para la toma de decisiones de riego, que hoy es canalizada por Internet (web y smartphones) o usar sistemas de alerta (vía sms y e-mails).
La información meteorológica es obtenida desde estaciones automáticas, que permiten tener una rápida respuesta a las condiciones ambientales adversas que puedan presentarse. Es importante no sólo para evaluar déficit hídrico, sino también para determinar alertas tempranas de probabilidad de aparición de enfermedades o riesgos de heladas.
Junto con las citadas herramientas, explicó Best, la termografía infrarroja es una metodología que permite la detección remota del estrés hídrico, a partir de la interacción de la radiación con la vegetación.
También se recurre a la información satelital para evaluar la evapotranspiración en el cultivo y observar el estatus hídrico, de real importancia en el manejo predial.
Cómo se aplica
Según el experto chileno, los pivotes centrales, de amplia difusión a nivel de productores, son impulsados por motores eléctricos o de aceite hidráulico, guiados por un panel de control. En el caso de la aplicación variable en pivotes, explicó, existen dos grandes incorporaciones tecnológicas que están asociadas al riego por zonas angulares (trozos de torta) o la que incorpora la variabilidad también en la línea de riego.
Ambos incorporan la posibilidad de riego variable y son los de mayor precisión en cuanto a capturar la variabilidad de riego, pero enfrentan la desventaja de su alto costo (cercano a los 30 mil dólares en el país trasandino).
El uso conjunto de sistemas de monitoreo de riego (cuándo regar), asociados a sistemas de distribución del riego variable –explicó Best– permiten llevar a cabo un uso eficiente y efectivo del recurso hídrico y potenciar las producciones según el requerimiento de cada zona.
“La aplicación de agua para un requerimiento hídrico no sólo viene a adicionar el agua, sino también a conservar los nutrientes. Si estamos teniendo un exceso de agua en una zona, vamos a tener lixiviaciones de nitrógeno, vamos a tener mermas; y eso nos conlleva a la reducción de las ganancias. Por lo tanto, el control por sitio del agua también se relaciona con la agricultura de precisión”, indicó Best.
En este punto, se está incorporando el fertirriego y también la aplicación simultánea de algunos agroquímicos, lo que permite eliminar labores dentro del cultivo.
En esta operación, en el centro sur de Chile se incluye al maíz, remolacha azucarera y cultivos industriales, como achicoria. Dentro del esquema entran también trigo y avena.
Menos energía
Un sistema de riego diferencial permite bajar entre 10 y 15 por ciento el costo de la energía aplicada en el pivote, estimó. El impacto en términos productivos es más difícil de evaluar, debido a que el efecto de una aplicación no se ve, sino que es un continuo a lo largo de un ciclo. “Al final uno tiene la respuesta; hay que focalizarse en el control de gestión del riego durante toda la temporada y ahí es uno de los puntos en los que todavía nos falta mejorar; es muy importante el seguimiento”, acotó.
Un dato económico a contabilizar es que, a través de una ley de riego, el Estado chileno subsidia los proyectos, en algunos casos hasta el 50 por ciento.
Goteros enterrados
Eduardo Martellotto –uno de los iniciadores de la experimentación con riego en el Inta Manfredi hace 20 años–, junto con Aquiles Salinas, convocó al estadounidense Freddie Lamm, de la Universidad de Kansas, para dar referencias sobre las experiencias con riego por goteo subterráneo en el país del norte. Según sus referencias, tienen cerca de dos millones de hectáreas bajo sistemas de micro irrigación, sobre un total de 14 millones con diferentes modos de riego.
“Lo que realmente está cambiando, más allá de la superficie, es el tipo y los sistemas de riego, y no hay un mayor crecimiento debido a la disputa por el agua para uso humano y otros destinos”, explicó.
Diez años atrás, California era el estado con mayor área bajo riego, un estatus que ahora pasó a manos de Nebraska. Y en las planicies agrícolas el riego por surco le está cediendo su lugar al riego presurizado (por aspersión o goteo).
Después de años de investigación, en la década de 1980 el riego por goteo enterrado ya estaba instalado en los sistemas productivos. “La razón de ir al goteo enterrado es lograr que el sistema permanezca por mucho tiempo y no estar cambiándolo todos los años, como puede ser el goteo superficial”, acotó Lamm. Se obtuvieron mejores resultados, sobre todo ante lo que se denomina “riego deficitario” para el que se busca estabilizar rendimientos. La mayor área de riego enterrado en Estados Unidos se encuentra en Texas, destinada al cultivo de algodón, debido al decaimiento del recurso hídrico en ese estado.
En la Universidad de Kansas, donde trabaja Lamm, abordaron esta problemática como tema de investigación, con la idea de proteger la cantidad y la calidad del agua, y el desarrollo de esta tecnología.
En algunos estados, sobre todo en la zona algodonera, hay subsidios para cubrir una parte de las inversiones. En Nebraska, cuando se pasa del sistema de riego por surco al presurizado por pivote, el farmer recibe un incentivo estatal para pagar ese cambio; lo mismo si pasa al goteo enterrado.
Adopción en Francia
Jean Claude Mailhol expuso sobre las experiencias, algo más recientes en Francia, sobre riego por goteo enterrado en secuencias que incluyen maíz para semilla, trigo y producción de melones. Las razones para su adopción, explicó, apuntan a un menor empleo de mano de obra y el menor consumo de agua. Uno de los inconvenientes es la obturación de los conductos y la necesidad de realizar su limpieza al final del ciclo del cultivo con agua y ácido. También están los riesgos de compactación del suelo por el paso de la maquinaria durante la cosecha y después de una lluvia. “El costo también es un poco alto, pero tenemos productores que han experimentado en suelo arenoso con distanciamiento entre líneas de un metro, o de 1,50-1,60 metros y han visto que sus rendimientos han crecido en comparación con otros sistemas, como aspersión por cañón”, mencionó.