Próximos a iniciar una nueva campaña, la reducción de superficie prevista en algunos cultivos de verano -maíz y girasol principalmente- libera lotes que podrían ser destinados a soja. Pese a ello, durante las últimas semanas se han relevado factores que atenuarían la expansión de área de esta oleaginosa durante los próximos meses.
En consecuencia, la siembra de soja podría cubrir un área tentativa de 20.600.000 hectáreas durante la campaña 2014/15, registrando un incremento interanual del 1,2 % (siembra 13/14: 20,35 MHa), que de concretarse representaría un nuevo récord de siembra nacional para este cultivo.
La mayoría de los factores adversos que fueron relevados durante las últimas semanas tiene por común denominador el actual precio de mercado junto con su evolución esperada para el corto y mediano plazo.
Ante la previsión de una cosecha récord en los Estados Unidos, y la consecuente recomposición de los niveles de stock internacionales, la cotización internacional de la soja se encuentra en valores sustancialmente menores a los verificados en años recientes, lo cual presiona de manera negativa sobre la rentabilidad prevista para el nuevo ciclo. Dicha situación frena la expansión de área que podría registrar el cultivo durante los próximos meses.
Puntualmente, sobre el norte del área agrícola nacional se evalúa la posibilidad de destinar parte de la superficie disponible hacia cultivos alternativos como porotos, algodón, sésamo y chía entre otros. Sobre la región NOA también se suma la desventaja de haber sufrido durante las últimas campañas gran presión de insectos en lotes de soja, principalmente picudo (Rhyssomatus subtflis), provocando reducciones sobre el rendimiento a cosecha. Por otra parte, debido a la falta de precipitaciones registrada durante los meses previos, esta última región también mantiene serias limitaciones de cara al inicio de la nueva campaña.
En paralelo, se prevé que muchos cuadros de baja aptitud agrícola, ubicados principalmente sobre la periferia a las regiones Núcleo Norte y Sur, queden sin sembrar o sean destinados a ganadería, debido a su acotado potencial productivo. Gran parte de estos lotes, dependiendo de los precios de mercado para soja o maíz, pueden o no ser incorporados al circuito agrícola. Durante esta nueva campaña, la caída de los precios en cultivos de verano impacta sobre el margen de ganancia e incrementa el riesgo de inversión, desalentando la siembra sobre cuadros que, por sus propias características edáficas o climáticas en cada región, presentan menores potenciales de rendimiento.
Otro factor que imprime incertidumbre sobre la superficie que ocupará el cultivo de soja son los arrendamientos aún pendientes. El retraso en la definición de esta superficie genera inconvenientes para la preparación de los barbechos químicos, incrementado su costo y disminuyendo su eficiencia. Por otra parte, el control tardío de malezas provoca una mayor pérdida de agua útil en el perfil del suelo, disminuyendo en consecuencia la oferta hídrica disponible para el cultivo.
Por el contrario, el factor que permite anticipar la expansión de área se centra en la reducción de la superficie a ocupar por de maíz y girasol. Varios de estos cuadros liberados serán implantados con soja y este traslado de superficie se explica por la menor inversión inicial que demanda esta oleaginosa, como así también por registrar una comercialización más fluida en comparación a los demás cultivos extensivos de verano.
Bajo este escenario, se prevé que las zonas ubicadas sobre el norte de la región agrícola tiendan a trasladar una mayor cantidad de lotes hacia cultivos regionales o hacia la actividad ganadera; mientras que sectores del sur del área agrícola registre incrementos más importantes en el cultivo soja.
En relación a esto últimos, también se relevó un gran interés por la incorporación de soja sobre rastrojo de trigo y cebada, y esta decisión tiene mayor peso sobre el sector sur, en donde se concentra la mayor superficie destinada a cultivos de invierno. Esta estrategia productiva, favorecida por las buenas condiciones hídricas relevadas sobre gran parte del área nacional, tiene como objetivo diversificar costos y riesgos, como así también mantener cubierto el lote durante un mayor periodo de tiempo para reducir la incidencia de malezas resistentes y la cantidad de aplicaciones de herbicidas necesarios para su control.
Durante el inicio de la nueva campaña, las condiciones climáticas y la humedad disponible en los cuadros no sería un factor limitante en gran parte de la región. Al presente informe, extensas áreas ubicadas sobre el centro y sur de la región agrícola han logrado recomponer su oferta hídrica gracias a las lluvias acumuladas durante invierno y parte de la primavera. No obstante, hay zonas bien definidas que aún presentan ambientes adversos, y si está condición se mantiene podría limitar la superficie disponible para la siembra en algunas regiones puntuales.
En relación a esto último, extensas áreas del extremo norte del país mantienen una condición de déficit hídrico que, de no revertirse en los próximos meses, impactaría de forma negativa sobre el área de soja en las regiones NOA y NEA. En contraposición, sobre el extremo opuesto del área agrícola, excesos hídricos acumulados durante otoño e invierno también podrían limitar la oferta de lotes en sectores del centro, este y sudeste de la provincia de Buenos Aires (ver Informe de Situación Nº4, publicado el 19/09/2014). Así mismo, sectores del Núcleo Norte y Sur también acumularon gran cantidad de agua durante los meses previos, en consecuencia aún se relevan lotes anegados en los departamentos de Marcos Juárez, sobre el este de Córdoba; como así también en periferia a Melincué y Elortondo, sobre el Sur de Santa Fe. Conjuntamente todas estas adversidades ambientales representarían un limitante para el crecimiento del área y tenderían a frenar la expansión del cultivo a nivel nacional.
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