Cualquier solución siempre es más fácil si se parte de cifras reales y de un buen diagnóstico de porqué se llegó a esta alarmante pobreza e indigencia después de 10 años de mayores ingresos al estado que se tenga memoria, por la mayor actividad de todos los sectores, mayores exportaciones a los mercados al mundo y una recaudación inédita de impuestos como no hay antecedente en el país.
Como todo mal no tiene una sola causa ni un solo responsable, de ahí que me parece oportuno responder a la pregunta del título de la nota sobre el aumento de la pobreza y las villas miserias, con estas dos primeras respuestas para poder abrir un debate constructivo, para ir a fondo con el diagnóstico que necesitamos y de esa forma encontrar las propuestas para terminar con este flagelo que azota a la Nación.
La primera respuesta fue por la falta de una propuesta de desarrollo nacional planificado, con un objetivo geopolítico de poblar el interior para incluir a la mayor cantidad de habitantes de todos los rincones del país, en un trabajo formal para disponer de un ingreso mínimo en dónde vivían. Esto se podría haber empezado a concretar en la última década, por los grandes recursos disponibles del aporte de las actividades del agro y del complejo agroindustrial que se extienden en todo el territorio, si hubiéramos podido trabajar en un sistema federal de gobierno, sin discriminación y en igualdad de condiciones con los otros sectores de la economía, exportando libremente a todos los mercados del mundo.
La segunda respuesta está en la cultura de la corporación política, que en su gran mayoría vive de la prebenda del estado, por lo cual nunca tienen intención de cambiar esta cultura nacional enquistada en el poder. La reforma de la constitución de 1994 vino a legalizarla, agravando el problema de hace 60 años. A partir de esa fecha tenemos que soportar un sistema unitario de recaudación de ingresos, concentrados en la presidencia de la Nación, por medio de los impuestos por exportar, inflacionario y al cheque, agravado por el manejo discrecional del presupuesto, por la delegaciones de funciones legislativas todos los años por la emergencia económica. Como broche de oro en 1994 terminaron con el federalismo político, disponiendo un único distrito electoral para todo el país y con solamente el 40% gana en primera vuelta.
Conclusión: La estrategia de la mayoría de la corporación política, es que hay que seguir fomentando la radicación de habitantes en el gran Buenos Aires porque de esa forma aumenta el caudal de votos para consolidar el poder del que gobierna. Aunque no existan fuentes de trabajo, existe el festival de subsidios discrecionales para manejo de los punteros políticos, a pesar de que ahora no hay recursos genuinos para pagarlos. Se da la paradoja en esta cultura política que la gran mayoría de la corporación - del oficialismo y de la oposición - no están dispuestos a racionalizarlos antes los riesgos de una reacción social de la gente, porque fueron educados para no trabajar y ser esclavos de la demagogia y el clientelismo.
Por estas dos razones fundamentales - falta de un plan de desarrollo y por la cultura de la corporación política mayoritaria- se generaron la mayor cantidad de pobreza y villas miserias, a pesar de los grandes ingresos que aporto el interior, apropiados por el gobierno nacional por medio de legislaciones unitarias, con los consentimientos de los delegados que gobiernan la mayoría de las provincias.
Mi principal conclusión es que el aumento de los pobres mal alimentados y peor educados, fueron y son funcionales para mantener la fábrica de pobres de la actual corporación política en el poder desde hace 60 años, con el falso argumento de vivir con lo nuestro y defender la mesa de los argentinos, para seguir subsidiando una industria ineficiente concentrada en las grandes ciudades, a costa del interior y del sector agropecuario.
Lamentablemente estamos en la puerta de un nuevo quiebre económico y social consecuencia de las mismas políticas y de los mismos políticos sin ideología. Todos los colectivos que pasan siempre los lleva a destino. Sería de esperar que la nueva crisis que se avecina, sea la última oportunidad para poder recapacitar y cambiar dicha cultura en nuestra dirigencia.
No es momento para llorar sobre la leche derramada, los tiempos que vienen son muy difíciles y hay que sobreponerse para salir adelante con la dirigencia que sepa mirar el futuro y tenga capacidad de cambio con esperanzas, para poder hacer una nueva propuesta nacional, para definitivamente cambiar esta cultura política egoísta e individualista en el próximo ciclo político que se inicia a partir del 2016, si queremos empezar a remontar nuestra decadencia y colocarlo nuevamente a nivel de los países que competían con nosotros.
Al hacer mi propuesta que adjunto más abajo, revisé nuestro pasado, evalué el presente y proyecté un aporte simple del agro al futuro, me di cuenta que era evidente que necesitamos consensuar cuanto antes una nueva propuesta económica y social para el país. Se trata de un compromiso entre todos los sectores y la dirigencia política para revertir definitivamente la actual decadencia, con un proyecto planificado de crecimiento y de desarrollo a largo plazo, en función de valores, objetivos económicos generales y objetivos sectoriales de política agropecuaria y agroindustrial a ser respetada.
Por Arturo Navarro - Consultor