La aplicación de nuevas licencias de importación que Brasil comenzó a instrumentar desde el viernes pasado para las peras y manzanas argentinas ha provocado mucha preocupación en el sector, que teme que la demora en las autorizaciones genere un impacto financiero negativo en el sector.
En efecto, el 3 de este mes, Brasil notificó a importadores y despachantes de Aduana que comenzaría a aplicar desde el 10 una licencia adicional a la ya existente, medida que tiene alcance también para las frutas de Paraguay y Uruguay.
"Hoy la manzana de la Argentina, para poder ser importada, requiere una autorización del Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento de Brasil a través de una licencia. Ahora se le suma otra licencia, que abarca también a las peras y en la que, además, intervienen en la aprobación el Departamento de Sanidad Vegetal de ese ministerio y otros organismos a nivel nacional y estadual, según sea el destino de la fruta, lo que puede llegar a generar demoras en las autorizaciones", dijo a LA NACION el director ejecutivo de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), Marcelo Loyarte.
Según el directivo, con la reglamentación vigente el trámite demora unos 15 días, con una dinámica bastante normal. "Pero ahora no sabemos a cuánto se puede extender, aunque de lo que estamos seguros es de que se van a prolongar por varios días y ello va a ralentizar las operaciones y provocará un impacto financiero negativo, ya que se acumula el ingreso de fruta. Y a mayor volumen, menor precio", explicó.
Loyarte agregó otra preocupación, y es que el segundo semestre del año es cuando Brasil se convierte en el mercado excluyente para las peras y las manzanas argentinas.
"No sabemos cuál fue el argumento de Brasil para tomar esta determinación. Hemos solicitado al Ministerio de Agricultura de la Nación, al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), a la Cancillería y a la embajada que por favor soliciten la eliminación de esta medida en la próxima reunión del Mercosur", agregó Loyarte. A propósito, el directivo de CAFI señaló que, en términos de la normativa del Mercosur, "una medida de esta naturaleza no debería implementarse".
Brasil representa entre el 30 y el 35 por ciento de las exportaciones argentinas de peras y manzanas, que anualmente suman entre 190.000 y 200.000 toneladas por unos 200 millones de dólares. Un 60% corresponde a peras y el resto, a manzanas.
"Por ser un mercado cercano, el impacto de una medida de esta naturaleza afecta a pequeños, medianos y grandes exportadores, sin distinción", agregó el industrial.
En noviembre de 2011, Brasil ya había implementado medidas de esta naturaleza con un agravante: en aquella época, los camiones que estaban en tránsito no pudieron entrar porque la medida se aplicó de un día para el otro y eso generó un daño importante porque había muchos vehículos parados en la frontera. El perjuicio fue varias veces millonario en dólares y afectó a todos los exportadores.
En esta ocasión, en cambio, los camiones que estaban en tránsito al momento de anunciarse la medida pudieron ingresar sin problemas.
"No obstante, ya comienzan a concentrarse muchos camiones en la frontera. Cabe aclarar que el tránsito con fruta hacia Brasil es muy fluido y emplea unos 600 camiones al año para el transporte", concluyó Loyarte.