El aumento del precio de la carne viene recortando el consumo en el país, y desde enero esa dinámica se mantuvo, dadas las significativas variaciones que experimentó el valor del producto en la góndola.
Según un trabajo publicado por la consultora abeceb.com, el consumo anual per cápita de carne de vaca fue de 60,2 kilos en los primeros siete meses de 2014, un 4,4% menos que en el mismo período de 2013.
El análisis de los datos del consumo y los precios confirma que los valores de los cortes definen la decisión de compra de los argentinos. Prueba de ello es el hecho de que la caída en el consumo de pollo, que tuvo un aumento de precios menor, fue mucho más leve, y alcanzó el 1,3% entre enero y julio.
Entre los valores de los distintos tipos de carne, el estudio indica que los precios de la carne vacuna se incrementaron nada menos que 58% en los últimos doce meses, por encima del 39% que subió la carne aviar y 42% la porcina.
A pesar de la preferencia cultural por la carne bovina, el precio empieza a imponerse en las decisiones de consumo local.
Entre las principales causas del incremento del precio de la carne vacuna está la caída en la oferta de ganado, asegura el informe. En particular, las malas condiciones climáticas, esto es, el exceso de lluvias, impactaron negativamente en la oferta en los últimos meses, lo que aceleró fuertemente la suba en los precios del ganado en pie, y, aunque en menor medida, de los cortes al consumidor. Así, en agosto el precio promedio del ganado en pie fue un 81% superior al observado en igual mes de 2013, asegura abeceb.com.
El impacto del precio en la elección de los compradores se nota en la caída
del consumo de ese producto y el sostenimiento o incremento de las otras.
En contraste, el consumo de carne porcina, que también se ha abaratado respecto
de la vacuna, acumula un aumento de 3,1%. En el largo plazo, se observa también
una marcada tendencia a la incorporación de un mayor consumo de cerdo en la
dieta de los argentinos, donde aún tiene mucho por ganar: el consumo per cápita
en Argentina es de 10,6 kilos, siendo sensiblemente inferior a la media mundial,
de 17 kilos per cápita.
La tendencia se verifica al ver la actual composición del consumo de la canasta de carnes. Mientras que 2007 la carne vacuna ocupaba el 65% del consumo nacional, ese guarismo ahora se ubica en el 55%. La carne de pollo, por su parte, paso de una participación del 27,4% a los actuales 35,4%, mientras que la carne de cerdo varió de 7,5% a 9,6% dentro de la composición de la demanda local.
Si bien la diferencia en cantidades consumida con relación a las otras carnes sigue siendo abrumadora, la relación comienza a ser mucho más dinámica en favor de la carne de pollo, y especialmente de cerdo.