En 2013, unas 150 firmas recibieron permisos del gobierno para exportar dicho cereal, aunque no todas ellas tenían puerto o silos propios. En 2008 eran solo una tercera parte de las existen ahora.

La clave de este boom está en los permisos de exportación (los ROE Verde) que distribuye la Secretaría de Comercio, antes manejada por Guillermo Moreno y ahora por Augusto Costa, un hombre de Axel Kicillof. Por lógica, la mayor parte de esos ROE se sigue dando a las exportadoras tradicionales nucleadas en CIARA-CEC. Pero desde hace un par de años cerca de 25% de los cupos de exportación de trigo y maíz se han destinado a los socios de la flamante Cámara de Productores y Exportadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO).

CAPECO no es otra cosa que un invento de Moreno y de su ladero en el sector empresario, el ruralista kirchnerista Ider Peretti, quien también se alzó con la presidencia de la Confederación General Económica (CGE). Su acta social es de junio de 2012, pero recién se inscribió ante AFIP en noviembre de 2013. Todavía no presentó balance, pero ya distribuyó (sin ninguna normativa de respaldo) negocios de exportación por varios cientos de millones de dólares.

Clarín contó el caso de Alimentos y Forrajes SA, dudosa firma habilitada hace solo dos años como exportadora, que está ligada a un grupo denunciado por el Estado por presuntas irregularidades en un caso de exportación de trigo en 2009. Días atrás, recibió ROE para exportar maíz por 100.000 toneladas, valuadas en 16 millones de dólares. Quien en CAPECO asigna esos permisos sería Silvia Borgogno, la esposa de Peretti.

Esta semana llamó la atención de los operadores un nuevo caso: el de Andreoli SA, una vieja empresa agrícola de Chivilcoy que recién comenzó tímidamente a exportar maíz en 2008. Ahora recibió ROE por 60.000 toneladas. Uno de sus dueños es Claudio Andreoli, un empresario amigo del ministro Florencio Randazzo y a quien Peretti nombró titular de la Comisión de Agricultura y Producción de la CGE hace pocos meses.