La importancia del Mercosur en el suministro mundial de alimentos es abrumadora. La región controla el 55% de los intercambios mundiales de soja, y casi el 70% de las exportaciones de harina y el 61% del aceite derivado de esta oleaginosa”, recalcó Leandro Pierbattisti, moderador de la mesa destinada a la región en el seminario Agrotendencias 2014, donde panelistas de primer nivel analizaron las fortalezas de cada país.
Brasil, en los últimos 10 años, aumentó un 115% sus exportaciones de soja, Uruguay las quintuplicó y Paraguay las duplicó. En maíz, en ese período, Brasil multiplicó en más de 20 veces sus envíos al exterior, mientras que Paraguay pasó de exportar 400.000 toneladas a las 3 millones actuales. Además, Uruguay, que no exportaba trigo hasta hace unos años atrás, llegó a colocar en 2011/12 casi 2 millones de toneladas en los mercados internacionales. "Todo esto da cuenta de la importancia mundial del bloque en cuanto al suministro de alimentos", resalta el analista.
Carlos Cogo, de Consultoría Agroeconómica, se refirió al lugar que Brasil le da a los agronegocios. Como en la Argentina, "en el país hay problemas políticos, pero ellos no le impiden avanzar en las exportaciones".
El crecimiento en soja en los últimos cinco años fue enorme y "en los medios se habla de sojización, pero la producción de maíz es de 77 millones de toneladas, y la cosecha de maíz de segunda, mal llamada safrinha, ya roza los 50 millones de toneladas, con casi 10 millones de hectáreas asignadas", destacó. Uno de los ejes de esa expansión fue la introducción de variedades genéticamente modificas.
"Hoy China representa solo el 30% de la exportación y no compra solo soja, sino también azúcar, pollo, maíz y otros productos agropecuarios", destacó. Y Brasil pasó a ser el mayor exportador del mundo de soja, el segundo de maíz, y el primero de café, azúcar y jugo de naranja, entre otros puestos importantes del ranking de comercio global agroalimentario.
"Se ha criticado mucho a Brasil porque no exporta valor agregado; no hay reintegro, avanza el poroto y se detiene el extrusado", señaló. Otro inconveniente es que "las exportaciones de soja se concentran en un corto período de 3 o 4 meses".
"Las exportaciones de maíz son lo contrario de las de soja: a veces no pueden cargar ni un barco en invierno, todo lo copa la soja", con lo que se despachan en la segunda cosecha. Las exportaciones previstas son de 21 millones de toneladas.
En cuanto a trigo, el área creció y el 94% de la producción se concentra en el sur. La demanda interna es de unos 4,5 millones de toneladas. Para abastecer a los molinos de trigo del nordeste, el flete es 5 o 6 veces más barato desde la Argentina por mar que desde su propio territorio por tierra. "Brasil va a seguir importando 5 millones de toneladas en 2015, y exportará 1 millón para desahogar la producción del sur".
Otra debilidad es la capacidad de almacenamiento. Hoy es de unos 45 millones de toneladas, y hay un plan de inversión del Gobierno para levantar silos por 65 millones toneladas más. "Pero la producción va más rápido, hay deficiencias de almacenamiento, no hay silos en las estancias", dijo.
En cuanto a la flota de maquinarias, si bien se ha renovado mucho en tractores y cosechadoras, todavía falta mucho. "Hay dos líneas de créditos de 10 a 12 años con tasas de 4,5% anual y 2 o 3 años de gracia".
La modalidad de transporte es un problema serio en Brasil, con un escasísimo uso del tren y puertos saturados, aunque a futuro hay nuevos emprendimientos portuarios en el norte.
Ariel Bogliaccini, del Ministerio de Ganadería y Agricultura uruguayo, describió la situación de Uruguay en etapas desde 1900. "De 1969 al 80, hubo un estancamiento total de la producción. Desde 2001, creció exponencialmente una utilización de los territorios agrícolas de Uruguay, con expansión del área, de la producción y de la productividad". Desde entonces, el área se multiplicó por cuatro y la productividad, por cinco".
Esta fase de evolución reciente de la agricultura se estabilizó en 2012, en 2,5 millones de hectáreas y 8 millones de toneladas, con aumento de la actividad en casi todas las fases de las cadenas de valor.
Hasta 2002, Uruguay solo produjo trigo para el mercado interno, que consume 450.000 toneladas. Entre 2005 y 2006 comenzó a exportar. La soja tuvo una curva de crecimiento constante, que se estabilizó en 2013-14, con 3,6 millones de toneladas.
En 1998, Uruguay tenía solo infraestructura para mercado interno. Al crecer la producción, la capacidad de almacenamiento creció de 1 a 6 millones de toneladas. De esos 6 millones de toneladas de capacidad, se usa un poco menos de 4 millones.
Gustavo Fernández Casares, de Grupo Negocios, se refirió a las potencialidades de Paraguay y las limitaciones que tuvieron a fin de los 70, cuando las hectáreas valían u$s 600 a 700, mientras que en algunos lugares hoy llegan a u$s 30.000.
El orador destacó que el país tiene estabilidad, un crecimiento de 3,5% anuales, 7 años de superávit fiscal y muy baja deuda pública, con una inflación de 1 dígito. La intervención gubernamental y la carga impositiva son bajas.
El sector agropecuario tiene baja tasa impositiva (10% IVA, 10% de Renta personal) respecto de la región. Paraguay duplicó la producción de soja en los últimos 10 años y es el 6° productor mundial, con 8 millones de toneladas, mientras que ocupa el 4° puesto exportador mundial. La expansión fue motorizada por los llamados "brasiguayos".