La cartera que comanda Augusto Costa recibirá esta semana a referentes de las empresas que participan en el plan oficial de Precios Cuidados para definir el número del último aumento del año, con el que tendrán que manejarse hasta enero de 2015.
La semana pasada, las compañías empezaron a enviarle a la Secretaría de
Comercio los formularios que reflejan la suba trimestral de sus costos y que
avalan sus reclamos de aumentos.
El plan, que se puso en marcha en enero de este año como el caballito de
batalla contra la inflación, con foco en alimentos y bebidas, ya tuvo dos
aumentos, del 4,6% en abril y del 4% en julio.
Para el próximo trimestre, los empresarios aspiran a un máximo del 5% de incremento promedio.
Es su apuesta realista, aunque desde algunas empresas consultadas, las recomposiciones, incluyendo la próxima, mantendrán un alto desfasaje con el aumento de sus costos.
La incidencia del plan no es equivalente para las empresas, que tienen distintos insumos y variable participación en el programa, tanto por la oferta de productos como el volumen de mercadería que canalizan a través de Precios Cuidados.
Sin embargo, hay denominadores comunes a la hora de explicar los mayores gastos. Para el primer trimestre, contabilizaban una devaluación del orden del 20%, que impactó de manera dispar a las compañías. Para el segundo trimestre, suman a nuevos movimientos del dólar las recomposiciones salariales que cerraron, en muchos casos, por encima del 35% y en prácticamente ninguno, por debajo del 30%. Una nueva cuota de la recomposición salarial impactará con un 15% a un 20% de ahora a fin de año. En tercer término, la suba del combustible, del orden del 40% en lo que va del año, también presiona.
Más allá de las expectativas de máxima, en el mercado se baraja una brecha de entre 3% y 5% para la nueva recomposición de precios del programa.
Mientras la inflación oficial acumulada del primer trimestre del año fue del 10%, la del segundo trimestre se ubicó en el 4,5% y la del tercer trimestre, aún sin saber el resultado del mes de septiembre, seguiría demostrando que, en línea con el argumento oficial, se contuvo la suba de los precios. Los últimos datos del Indec fijaron en 1,4% y 1,3% la inflación de julio y agosto, respectivamente. Si bien desde marzo la medición del Indec se distancia cada vez más de los resultados de los privados, de no mediar una suba del indicador del Gobierno para septiembre, las relaciones anteriores implican que en principio, el gobierno nacional no estará de acuerdo con una suba mayor a la del 4%, en promedio, del tercer trimestre. Más allá de los promedios, la dispersión en las subas es alta por estacionalidad y demás factores que diferencian a los productos.
Al reclamo por los Precios Cuidados los empresarios suman la necesidad de incrementar los valores por fuera del plan, algo difícil de lograr, por un lado, porque aseguran que también están monitoreados por Comercio y, por otro, porque la caída del consumo y la cautela de los compradores los desalienta.
Según un reciente informe de Kantar Worldpanel, el consumo general en supermercados cayó 2% y en uno de los rubros más golpeados, los lácteos, la merma fue del 6% en los ocho primeros meses del año. En paralelo, las estimaciones oficiales de consumo en supermercados que publica el Indec reflejan que las compras crecen por debajo de la inflación, es decir, retroceden en términos reales.
Este mediodía, referentes de la Copal, que representa a las mayores alimenticias del país, tendrán su reunión semanal en la cual, además de las estrategias judiciales contra la Ley de Abastecimiento, tendrán tiempo de poner en común sus visiones por la cuestión de precios cuidados, aunque luego negociarán con el Gobierno por separado.